Capítulo 1

Sicilia, Italia

Alesha Ratazzi :

–Muchachos prepárense en breve bajamos–avisa Lorenzo por la radio.

Tomo mi arma, la reviso para comprobar que no hayan inconvenientes,escucho como los motores se apagan,olvido todo lo que tengo en la mente y me sentro en mi objetivo,todos toman sus posiciones y se abre la puerta de los aviones acelarandome el corazón este operativo tiene que salir limpio y sin problema o de lo contrario nuestras cabezas volarán,bajamos con cuidado observando todo a nuestro alrededor,el aire azota mi rostro,nuestro principal objetivo acaba de aterrizar, reconozco a las personas que bajan de los aviones a su alrededor y una hilera de carros blindados nos recibe en la pista.

–Este bando, comiencen a bajar la mercancía–le ordena Lorenzo al lado izquierdo los cuales acatan la orden de inmediato.

–Y este ocúpense de la vigilancia del lugar–demanda señalando mi grupo.

Nos dividimos acatando la orden y me encargo del lado sur del lugar junto con otros tres compañeros.Este cruze es pequeño por lo cual no requiere mucho personal,aún así siempre hay que tener los ojos bien atentos.Miro hacia los lados, no se ven moros en la costa pero me llama la atención un ruido a lo lejos lo que me pone en alarma, cuando se pueden divisar unos autos a lo lejos,miro a mis compañeros y tomo mi radio de inmediato.

–Se acercan tres camionetas–informo–se acercan tres camionetas, código verde,todos aquí–repito,tomando mi AK-57, preparándome para disparar al ver que comienzan a bajar.

–Bajen las armas,fuerzas policiales de Italia–ese es el detonante para comenzar a disparar.

Logro acabar con tres policías,los demás no tardan en llegar,los federales también disparan a quemar ropa hiriendo a mí compañero, avanzo sin mirar atrás,solo queda una camioneta,logro llegar hasta ella,pero como era de esperarse me intercepta un policía tirandome al suelo con una perfecta llave,me muevo rápido y forcejeo con el logrando pegarme a la camioneta y poner una bomba, sé que en poco tiempo explotará así que me muevo rápido tirarando al policía al suelo,ganando unos pocos segundos que me sirven para escabullirme.

–¡Cuidado!¡Rápido!–me avisan al sentir el estruendo de la bomba y logro subirme a la camioneta que me esperaba a tiempo.

–¡En marcha!–ordena Lorenzo–Casi no la cuentas Alesha–me dice sacándome una sonrisa irónica por lo que acaba de decir.

–Sabes que yo siempre salgo ilesa Lorenzo–le recuerdo–¿pudieron sacar toda la mercancía?–le cuestiono,sino todo habrá sido en vano y nos meteríamos en serios problemas.

–Toda llegará a su destino sana y salva–Dice sonriendo–Hiciste un buen trabajo–me felicita palmeándome el hombro a lo que yo asiento.

Está vez todo fue fácil aparentemente,pero hay algo que no me cuadra, por qué mandarían a tan pocos policías a un cruze de drogas,si supone que lo que querían era atraparnos.Algo me huele a podrido y mi intuición nunca se equivoca.

Pasa aproximadamente una hora y llegamos a nuestro destino.Bajamos del auto y las puertas de la organización se abren recibiendonos.Me dirijo a la plaza donde todos nos reunimos en espera de una nueva orden.

–Por hoy no hay más trabajo pueden irse a descansar–nos informa Gregory–Nos vemos mañana a primera hora–culmina y me marcho a mi alcoba.

–¡Ey¡ muñequita–me habla una voz atrás que reconozco a la perfección.

–¿Qué carajos quieres?–inquiero mirándolo fijamente.

–¿Por qué tan agresiva muñequita?–suelta en un tono burlón encendiendome la sangre.

–Hoy no estoy para tus mierdas Gregory y por tu bien deja de llamarme así–gruño llevándolo contra la pared.

–Como quieras Alesha–me abre paso recalcando mi nombre con un tono petulante.

Lo ignoro siguiendo mi camino entro al dormitorio azotando la puerta y me tiro al piso un poco agotada.

–Con esa cara juraría que algo no salió bien–me habla Emely desde la puerta del baño,llamando mi atención.

Nuestros dormitorios aquí son un poco espaciosos,al menos cabe lo esencial,todos son compartidos con alguien,en mi caso es Emely mi compañera,estamos juntas desde que llegué a este lugar y es lo más cercano a una mejor amiga,sin duda.

–Todo salió bien–le hago saber sentándome.

–¿Entonces por qué traes esa cara?–frunce el entrecejo mirándome extrañada–No espera,ya sé,¿Gregory verdad?.

–Exacto,le atinaste– Digo riendo.

– Acaso ese maldito no se cansa de joder– se enoja y me causa gracia la cara que pone.

–¿En serio eso te causa gracia?– inquiere molesta.

–No te enojes,ese malnacido no se merece que hablemos de él– le corto el rollo.

–Pero…

–Pero nada señorita– la interrumpo haciéndole reír–Mejor cuéntame cómo fue tu día.

–Bueno salí de paseo a una hermosa heladería y conocí a un apuesto hombre–comienza a caminar como si de verdad hubiera hecho todo eso,suelto una carcajada desatando su risa y caemos al suelo juntas.

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Roma, Italia

Alessandro Vannucci :

Me palpo la sienes cerrando la laptop que tengo al frente al no ver respuesta de ninguno de estos incompetentes que alardean ser “excelentes oficiales”.

–Capitán Vannucci–llama mi secretaria desde afuera–Tiene visita del general–me informa empeorando mi humor.

–Hazlo pasar–digo hastiado sabiendo el motivo de su visita.

–Buenas noches capitán–hace el saludo militar al cuál correspondo de igual forma.

–Hoy se confirmó que la información que nos llegó era totalmente cierta,el cargamento estaba en el lugar señalado–me informa.

–¿Lo decomisaron?–cuestiono.

–Mandamos pocos refuerzos para no levantar sospechas y como era de esperarse ellos eran más,estamos ante una organización criminal grande y si damos con ellos posiblemente demos con los que los controlan–me explica lo obvio–pero informarte esto,no es el motivo que me tiene aquí,a partir de hoy quedas a cargo del operativo “The Black Jackals“–culmina entregándome todos los archivos e informes del caso investigados hasta el momento los cuales recibo.