Mi Adorable Esposa

capítulo 4: Eres Mía

Por el poder envestido en mi los "DECLARO MARIDO Y MUJER", fueron las palabras del sacerdote y sin esperar más le di un beso ante todos los presentes, paula Molina es mi esposa, no lo podía creer, me he casado.

Me he casado con paula Molina, camino al salón de fiesta, estaba tan excitado, que comencé a besarla, para expresarle lo mucho que le quiero.

─ ¡Amor!, a fin te puedo decir: cuánto ¡te amo! ─ al mismo tiempo que tomaba su barbilla, para apoderarme de sus labios, comencé con un beso suave, que poco a poco iba subiendo de tono.

─ ¡Daniel!, ya casi llegamos al salón de fiestas.

─ Y si nos huimos directamente a nuestra luna de miel.

─ No seas desesperado, ya tendremos tiempo cariño, además ya todos nos esperan.

No dejaba de besarla, y mis manos de alguna forma buscan su piel, me estaba quemando por dentro, deseaba comenzar nuestra luna de miel, lo más pronto posible, deseaba con todo mi ser hacerla mi mujer, hacerle el amor de las mil formas posibles, pero ella tenia razón tendrías el tiempo suficiente para hacerlo.

Llegamos al salón de fiesta, ahí estaban los familiares y amigos reunidos, para celebrar con nosotros nuestra feliz unión. El organizador de la fiesta hizo la presentación y entramos al salón de fiesta recibiendo aplausos y felicitaciones de todos. Bailamos, y disfrutamos de la cena, y luego ya pasada de la media noche, la mayoría de los invitados comenzaron a retirarse, pero Paula estaba tan emocionada que no dejaba de bailar. Hasta que llego el momento de irnos al aeropuerto, yo había decido salir temprano al estado de Quintana Roo, a las hermosas playas de Cancún, donde mi jefe nos había regalado una semana completa con todos los gastos pagados de luna de miel.

A penas tomamos nuestros lugares en el avión, mi esposa se quedo profundamente dormida, el cansancio se había apoderado de su voluntad, llegamos a la ciudad entre las 7 y 8 de mañana había sido un viaje de 3 horas y medias, al llegar a nuestro hotel, hicimos nuestro registro y nos asignaron la habitación nupcial.

─ ¡Espera!, yo soy muy tradicional ─ Al entrar la tome entre mis brazos para entrar como se debe a la habitación.

─ ¡Eres un loco! ─ nos besamos de nuevo.

─ Pero loco por ti ─ despedí al mozo y luego la miré dulcemente. ─ Bueno señora Arana, que desea hacer, ¿quizás un paseo por la playa?, o …─ yo tenia otras intenciones, deseaba devorarla a besos y descubrir cada parte de su hermoso cuerpo.

─ Te digo la verdad, ¡yo solo quiero dormir! ─ se aventó a la cama y enrollo con las sábanas

─ Yo también ─ Levanté las sábanas para verle a la cara y me regalo una sonrisa y dándome un beso suave.

No supimos en qué momento nos quedamos dormidos, quizás el cansancio hizo estrago con nosotros, ya era casi el atardecer cuando despertamos, hambrientos.

─ ¡vamos a comer!

─ Al menos deja que tome un baño ─ contesto.

─ si, pero ponte guapa, ¡quiero presumir a mi esposa!

Y era verdad, quería presumirla, el saber que ella pronto será mía, será mi todo, no solo mi esposa y la madre de mis hijos.

Me había recomendado un restaurante donde se comía bien y tenía música viva, sabía que a ella le encantaría el lugar.

Cuando el camarero sugirió un postre, Paula, se levanto de la mesa y comenzó a disfrutar de la música en vivo, poniéndose a bailar al ritmo de la música, yo solo la miraba y disfrutaba de sus movimientos, pero en eso de pronto un hombre se acercó, ella me gritó por lo que corrí a defender a mi mujer.

─ No toques ¡A mi esposa!

─ No sea wey, ¡comparte!

El muy altanero y grosero y la jaloneo hacia él, pero yo no lo permití he hice una barrera con mi cuerpo, pero el sinvergüenza lanzó un puñetazo, que esquive, pero al mismo tiempo yo también envié un puño que impacto sobre su rostro, y comenzamos el intercambio de golpes entre los dos, Paula comenzó a gritar pidiendo ayuda, por lo que de inmediato la policía llego al lugar detuvieron al hombre, el dueño del lugar se acercó para evitar que el escandalo fuera mayor, pero como habíamos intercambiado golpes nos detuvieron y teníamos que acudí a la delegación a rendir nuestras declaraciones. Así que una hora después estábamos declarando, y yo recibiendo medicina preventiva, vaya forma de comenzar nuestra luna de miel.

En vista que el hombre borracho fue responsable fue detenido, yo solo pague una multa por escándalo público, después regresamos a nuestro hotel.

─ ¡Te duele mucho! ─ con la voz compungida Paula toco mi rostro

─ Un poco aquí ─ mostrando la comisura de los labios, y ella contestó

─ Aquí ─ dándome un beso

─ A aquí ─ señalando la mejilla, por lo que ella inmediatamente me dio otro beso ─ y aquí señale mis labios ─ solo sonrió, pero volvió a posar sus labios en los míos y poco a poco comenzamos besarnos lentamente, disfrutábamos ese beso sin prisa, pero que iba calentando mi espíritu, y mi cuerpo, la deseaba tanto.




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