Mi Adorable Pesadilla

Disculpas

En una limpia y blanca habitación, sintiendo el aroma a desinfectante en sus fosas nasales se encuentra Adrian Grant, quien después de aquel encuentro con su hijo sufrió un ataque al corazón que lo mando al hospital, a su lado se encuentra su anciano padre cuando la puerta se abre dejando ver a aquella manzana de la discordia entre su nieto y su hijo. Charles sabe que Viktor no tiene más interés por esa joven; sin embargo, el hecho de que quien lo traicionó es su padre, es lo que al joven lo lastima, « ¿Realmente pensó que convencería a Viktor de venir? Ilusa, he tratado durante años reconciliarlo con su padre de manera infructuosa y ella creía que lo conseguiría en un día.» piensa el hombre al verla ingresar con expresión triste.

– ¿Qué sucedió, cariño? –pregunta Adrian ansioso.

–No ha querido escucharme, hizo que seguridad me sacara del lugar y se comportó como un patán–expresa evidentemente afectada.

–Tranquila, cariño, no esperaba que cambiara de opinión solo porque mi corazón se ha puesto sensible.

Sin tolerar por más tiempo aquella escena, Charles sale de la habitación y se encamina a la salida, los hospitales lo enferman y permanecer más tiempo en el mismo espacio con aquella mujer que únicamente tolera por consideración a su hijo, no resulta la mejor opción para él. Desde siempre, Charles fue consciente de las diferencias entre Adrian y Regina, quienes se casaron al enterarse de la llegada de Viktor al cual amaron de inmediato pero que no fue suficiente para que su matrimonio funcionara.

En múltiples ocasiones Viktor presenció esas discusiones que le resultaban incomodas y de las cuales Charles se enteraba cuando el pequeño buscando un confidente de sus miedos e incomprensiones le relataba todo lo que escuchaba. Viktor siempre fue consciente de que sus padres juntos no eran felices, « ¿Por qué continúan juntos si no se toleran?» se comenzó a preguntar al tener mayor conciencia; sin embargo, nunca logró comprenderlo y con el paso del tiempo dejó de preguntárselo, cada individuo es capaz de tomar sus propias decisiones y si continuaban juntos sus razones deberían de tener.

El día del accidente de la madre del joven, ella había salido de su hogar después de una discusión mas con su esposo, se sentía terriblemente agobiada por la gran infelicidad de su matrimonio y su alma cansada de esa situación se encontraba al borde del colapso. En ese momento conduciendo en su automóvil a gran velocidad todo lo que deseaba era escapar. Fue de esta manera como al conducir sin precaución alguna término impactándose contra un poste y al haber salido con tanta prisa olvidó por completo el cinturón de seguridad por lo que las consecuencias del impacto resultaron impresionantes. Una vez que fue trasladada al hospital su condición se reportaba como extremadamente grave, que sobreviviera era demasiado complicado, los médicos hicieron todo lo posible por salvarla. Desde el momento en el que Viktor llegó al hospital permaneció ahí hasta que su tía lo relevó. Viktor no juzgó a su padre por no presentarse y tampoco lo hubiese juzgado por haberse casado a los pocos días de morir su madre pues mejor que nadie sabía lo infelices que eran juntos. El problema real residió en que su padre se intereso en la novia del joven, a quien Viktor adoraba con vehemencia.

Viktor en su oficina intenta concentrarse en su trabajo mientras aleja todos esos recuerdos de su mente; mientras tanto, Leily llega hasta su departamento, anímicamente se siente agotada por lo que decide tratar de dormir a pesar de que es muy temprano. Con paso lento avanza hasta el viejo sofá que le sirve de cama y se deja caer sobre este, definitivamente comenzar en la gran ciudad no ha sido tan fácil como imaginó, aun ninguna editorial le ha llamado y eso que ha llevado muestras de sus obras a varios lugares. Cansada de intentar dormir sin éxito alguno decide ponerse a escribir, eso siempre le ayuda a sentirse mejor y tiene nuevas ideas que debe comenzar a desarrollar.

Dejando atrás el día anterior Leily se presenta en Watkins Technology como si no hubiese sucedido nada, con tranquilidad llega hasta su oficina y comienza a ordenar el caos que se ocasiono el día anterior cuando tuvo que cancelar los pendientes que había, ya que el señor Watkins se negó a escuchar siquiera los pendientes que tenia durante el día. La joven se encontraba terminando una importante llamada para reagendar la reunión cuando la puerta de su oficina se abre, la joven eleva a mirada encontrándose con la mirada de su jefe fija en ella. Viktor avanza hasta posarse frente a la joven, aclara su garganta y respira buscando las palabras correctas para decir lo que quería.

–Señorita Black, el día de ayer me comporte de manera totalmente inadecuada con usted y es por ello que quiero ofrecerle una disculpa y entregarle esto–expresa el joven entregándole una cajita de color azul marino.

–Señor Watkins, acepto su disculpa pero no el obsequio, gracias–replica con una pequeña sonrisa mirando al joven a los ojos–. Yo se que en ocasiones tenemos momentos malos pero ya pasó, puede quedarse tranquilo.

–Por favor, acéptalo, es una muestra de lo arrepentido que me encuentro por haber ocasionado tu llanto.

–Con la disculpa me basta–replica sonriendo ampliamente mostrando su perfecta sonrisa.

Sintiendo algo verdaderamente inusual en su interior Viktor mantiene su mirada en la joven mientras siente su corazón latir rápidamente. Sin poder controlarlo una expresión de ternura se apodera de su rostro, devolviéndole la sonrisa a la joven, al tiempo que su mirada se pierde en los impresionantes ojos color avellana de Leily, « ¿Cómo no me percate antes de esos hermosos ojos? –Se pregunta sin dejar de mirarla provocando que la joven se sonroje y desvíe la mirada–. Y cuando piensas que no puede ser más tierna lo consigue.»  Una gran combinación de emociones se apodera de él.

–Está bien, no aceptes el obsequio pero hoy comeremos juntos, es una orden.




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