Mi Adorable Pesadilla

Afortunada coincidencia

En compañía de su abuelo, Viktor conduce en dirección a su departamento. La compañía de Charles ha logrado calmar por completo la molestia que consumía al joven, al llegar al edificio de manera inmediata ingresan, suben al elevador y conversan animadamente durante el trayecto. Una vez que se encuentran en el departamento, el joven guía a Charles hasta la sala y lo invita a tomar asiento.

– ¿Qué puedo ofrecerte, abuelo?

–Nada, ven y toma asiento a mi lado–pide con tono tranquilo, Viktor obedece, tomando asiento–. Mi visita ha tenido un motivo, ¿Te enteraste de lo sucedido con tu padre?

– ¿Has venido hasta aquí para hablarme de ese hombre? Sí, me enteré.

– ¿Por qué no te presentaste en el hospital?

–Abuelo, esa pregunta ni siquiera es necesaria, ya conoces mi respuesta al respecto, ¿Cómo se encuentra?

– ¡Lo sabia! Sabía que mi nieto no podía tener un corazón de roca, le dieron el alta y ya se encuentra en su hogar, recuperándose, deberías visitarlo.

–Basta con todo eso–indica poniéndose de pie y encaminándose hacia el bar para servirse una copa.

–Sabes que no me gusta que bebas, Viktor.

Dejando la copa a un lado vuelve al lado de su abuelo, lo que menos desea es molestarlo de alguna manera, Charles comprendiendo que el tema le afecta al joven decide cambiarlo y haciendo uso del gran sentido del humor que posee comienza a bromear hasta que consigue arrancarle una sonrisa a Viktor para continuar teniendo una tarde más amena y sin más tensiones.

Algunos días más tarde, siendo viernes por la tarde, Leily se encuentra saliendo de su oficina para volver a su departamento después de su jornada de trabajo, avanza con paso tranquilo hacia el elevador con una gran sensación de satisfacción además de haber sido un día bastante tranquilo también ha resultado bastante prolífico para el desarrollo de su historia, la cual ha anotado en el cuaderno que siempre la acompaña y que ha destinado para sus anotaciones. Leyendo lo que ha escrito avanza por el pasillo cuando de pronto un cuerpo que avanzaba en dirección contraria a la suya tropieza con ella.

Leily abre sus brazos de manera instintiva provocando el pequeño cuaderno caiga de sus manos, al percatarse de que se ha aferrado al individuo que la ha sujetado antes de que cayera siente sus mejillas enrojecer. Lentamente la joven dirige su mirada a aquel sujeto provocando que sus ojos de color avellana se encuentren con los ojos color gris intenso de Viktor Watkins, completamente inmóviles mirándose uno al otro permanecen por algún tiempo.

– ¿Se encuentra bien, señorita Black? –cuestiona sintiendo como su corazón late de manera acelerada por la cercanía del cuerpo de la joven con el de él.

–Estoy bien–responde sin desviar su mirada de la de él.

–Discúlpeme, no me percaté que avanzaba en mi dirección–indica con tono amable, sonriendo mientras libera de su agarre a la joven, Leily le devuelve la sonrisa para después dirigir su mirada a su cuaderno en el piso.

Viktor se percata del cuaderno y desciende para recogerlo al mismo tiempo que Leily intenta alcanzarlo por lo que sus manos se encuentran en el camino, rápidamente la joven quita su mano y Viktor aprovecha para tomar  el cuaderno que se encuentra abierto, sin poder controlar su curiosidad lee rápidamente algunas de las líneas escritas en este.

–Parece una historia bastante interesante–comenta poniéndose de pie para después extender el cuaderno hacia la joven–. Espero poder leerla completa, señorita Black.

–Es solo un borrador, señor, aun necesita mucho trabajo.

–Lo que he leído es muy bueno así que seguramente terminado, será mucho mejor, aunque claro, no es mi ramo así que me limito a dar mi humilde opinión de lector.

– ¿Realmente cree que es bueno lo que escribo, señor?–pregunta la joven mirándolo con emoción.

Viktor se limita a mover su cabeza de manera afirmativa mientras observa aparecer un gran brillo en los ojos de la joven haciéndolos lucir más hermosos de lo que ya le parecen ser. La joven sonríe alegremente abrazando su cuaderno, las palabras de su jefe han conseguido reavivar la llama de la esperanza en su corazón, « ¿Por qué debe ser tan tierna?» se cuestiona Viktor sin poder apartar su mirada de ella.

–Vaya a descansar–indica Viktor sacando a la joven de sus pensamientos.

–Lo haré, hasta mañana, señor–responde la joven avanzando hasta el elevador, presiona el botón y espera pacientemente.

–Hasta mañana, avellana–musita mirándola con una sonrisa para después encaminarse a su oficina.

Viktor llega hasta su oficina y permanece de pie junto al escritorio, « ¿A que he venido? ¡Diablos, Viktor, enfócate!»  Se regaña mientras intenta recordar el motivo que lo llevó hasta su oficina. Al recordar cuales son los documentos que necesita los toma y rápidamente sale nuevamente de su oficina.

Sábado por la mañana, Leily sale de su departamento y tranquilamente toma un trasporte para dirigirse a su destino, « Hoy es el día, Leily, no te desanimes.» piensa mientras observa por la ventana, algún tiempo después la joven ve aparecer su objetivo, desciende del transporte y comienza su recorrido. El tiempo transcurre y deambulando por las calles, sintiéndose un poco desanimada, la mirada de Leily da con una librería, suspira y decide ingresar, deambula por los pasillos de la librería, observando las portadas con una sensación difícil de describir. Llegando hasta un ejemplar que llama su atención, estira su mano para tomarlo al mismo tiempo alguien más lo toma, ella dirige su mirada a aquel individuo que ha tenido la misma elección que ella.

–Que agradable sorpresa, señorita Black–comenta sonriendo ampliamente y soltando el libro que había sujetado.

–Señor Watkins, ¿Qué hace aquí?–cuestiona sorprendida.

–Vivo cerca de aquí, salí a caminar un poco y tropecé con este lugar así que decidí ingresar, pensé que tal vez un libro podría ayudarme a aclarar mi mente, ¿No lo crees?– expresa de manera casual.




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