Mi Adorable Pesadilla

Hablando se entiende la gente

Algunos días más tarde Leily se encuentra en su nuevo empleo en una tienda, el sueldo no es nada comparable con lo que ganaba siendo la asistente de Viktor Watkins pero al menos le ayudara a cubrir sus gastos y eso es más que suficiente. Su turno se encuentra por terminar por lo que ha recogido sus pertenencias y espera a ser relevada, en cuanto llega la joven a la que le corresponde el turno, Leily la saluda con amabilidad y conversa con ella por algún tiempo para después salir del lugar. 

–Señorita Black–la llaman de pronto provocando que gire y mire al individuo que le ha hablado–, ¿Podemos conversar un poco? 

–Disculpe, señor, pero no considero que tengamos algo de que hablar. 

–Lo comprendo, se que le causé muchos problemas pero créame, solo usted puede ayudarme porque tal vez no pueda verlo pero mi hijo está enamorado de usted, sé que si lo intenta él le hará caso. 

–Usted ha enloquecido de verdad, yo solo era su asistente personal y no más, le dije que yo nada podía hacer. 

– ¿Realmente no se ha dado cuenta, señorita, lo que Viktor dijo ese día le parece algo que dice un jefe por una empleada? Claramente fue una escena de celos–indica el hombre con una sonrisa. 

–Déjeme tranquila, por favor–pide con girando con la intención de marcharse pero el hombre la detiene del brazo. 

–Señorita… 

– ¡Pero si viene a buscarla hasta su trabajo, que romántico!– exclama de pronto alguien empujando al hombre haciéndolo caer–. Le advertí que no la tocara. 

– ¿Se encuentra bien, señor?– pregunta Leily preocupada ayudando al hombre a ponerse de pie. 

–Gracias, estoy bien. 

– ¡¿Qué es lo que te sucede?! ¡Es tu padre y sea como sea le debes respeto, si no por ser tu padre, si por tratarse de un señor mayor!–reprende la joven a Viktor mirándolo a los ojos llena de indignación–. Pídele una disculpa ahora mismo por lo que has hecho. 

– ¿Has enloquecido? ¡Jamás me disculparía con ese hombre, jamás! 

– ¡He dicho que te disculpes!–ordena mirándolo furiosa. 

–No se moleste, señorita, me retiro–interviene Adrian con tono tranquilo–. Le agradezco enormemente y disculpe todos los inconvenientes que le he causado. 

–No ha sido nada, vaya con cuidado–responde la joven con una pequeña sonrisa en su rostro. 

Adrian le devuelve la sonrisa con amabilidad y se aleja en dirección a su automóvil, realmente no esperaba la reacción que tuvo su hijo al atacarlo de esa manera y ni siquiera preocuparse por ayudarle, «Creo que va siendo hora de que me resigne, Viktor realmente me detesta, no puedo decir que no tenga razón en hacerlo.» se dice con tristeza una vez en su automóvil. Leily regresa su atención a Viktor que la mira lleno de emociones que se contradicen, por una parte siente que ha ido demasiado lejos al hacer caer a su padre pero por otro lado la molestia que sintió al ver que su padre sujetaba a Leily del brazo hizo que se olvidara de la misión que tenía en mente y por la que se dio a la tarea de investigar donde se encontraba trabajando la joven y sus horarios de salida.   

– Y pensar que vine a disculparme pero ya no me importa lo que hagas o dejes de hacer, quédate con ese miserable, seguro te dará lo que quieres en la vida– expresa con amargura mirando a la joven. 

– ¡¿Qué es lo que esta insinuando ahora?!–cuestiona molesta. 

–No he insinuado nada, he sido claro, ya me ha quedado claro que te vendiste y eso es todo. 

Furiosa entre cierra sus ojos y se dispone a darle una bofetada nuevamente al joven, Viktor al percatarse de las intensiones de la joven actúa rápidamente atrapando la mano de la joven y tirando de esta atrae a la joven hacia él, la sujeta y la besa tomando a Leily por sorpresa, la joven se resiste al beso por unos segundos hasta que le resulta imposible continuar resistiéndose y le corresponde al joven, Viktor no esperaba que ella le correspondiese pero se alegra de que lo haga, suavizando el agarre y profundizando el beso. 

–Eso es lo que le sucede a las jovencitas mal educadas que van por la vida abofeteando personas–indica Viktor con una sonrisa arrogante liberando a Leily de su agarre. 

La joven sin saber que hacer lo observa directamente a los ojos, su corazón late de una velocidad que consideraba inimaginable, sin decir palabra alguna gira y avanza de vuelta a su hogar, « ¿Qué ha sido eso? Debería estar molesta por tal atrevimiento pero no puedo estar molesta, ha sido increíble.» piensa mientras de manera inconsciente lleva su mano hacia sus labios donde aún conserva la sensación de los labios de Viktor sobre ellos. El joven la observa avanzar sin saber si detenerla o dejarla ir, en su interior el caos emocional que lo aqueja va en aumento cual montón de cuerdas enredadas de las cuales encontrar la punta resulta imposible. 

La noche se encuentra próxima cuando Leily escucha golpes en su puerta, no espera visita alguna pero seguramente se tratará de algún vecino que necesite alguna cosa, con desanimo abandona el sofá que ha ocupado desde que volvió a casa esa complicada tarde. Se encamina hasta la puerta y la abre encontrando un lindo globo con forma de libro abierto con la frase “Lo lamento”, la joven lo toma sorprendida sin poder reprimir una sonrisa, sale del departamento para ver si puede encontrar al autor de ese detalle. 

– ¿Me perdona?–pregunta con tono dulce alguien detrás de un ramo de rosas color blanco y rosa. 

– ¿Puede dejarme tranquila, señor Watkins?–cuestiona la joven mirando el lindo arreglo disimulando una sonrisa. 

–No, no puedo, yo… yo… realmente no sé qué es lo que deseo decirte, Leily– replica el joven quitando el ramo de su rostro para mirar a la joven con sus intensos ojos grises–. Pero hablemos, por favor, no te quitare mucho tiempo. 

–De acuerdo, puede entrar– responde tomando las flores permitiendo que el joven ingrese–. Gracias por las flores y el globo. 

– Es un placer, ¿Realmente vives en este lugar? Es bastante… limpio–comenta mirando el lugar que aun se encuentra prácticamente vacío y con el papel tapiz gastado. 

–Se que se ve mal pero es bastante acogedor; además, una vez que lo pinte, se verá mucho mejor pero en fin, ¿Ha venido a criticar mi humilde hogar? 

–No, lo siento– replica avergonzado, la joven sonríe. 

–Tome asiento mejor, se que seguramente mi sofá nada tiene que ver con su sala pero es cómodo, ¿Puedo ofrecerle algo? Tengo agua, agua y ah sí, agua. 

–Gracias, aceptare un poco de agua– responde sonriendo ante el sentido del humor de la joven, ella se retira a la cocina y vuelve con un vaso de agua que le entrega a Viktor para después tomar asiento a su lado–. He venido hasta aquí porque creo que todo se salió de control. 

–Usted se salió de control, señor, ha actuado de manera impulsiva y ofensiva. 

–Se que tienes razón y lo lamento mucho, especialmente porque decidiste renunciar a tu puesto en la empresa, no sabes la falta que haces, pocas personas toleran mi carácter–comenta con una sonrisa depositando el vaso en la pequeña mesita frente a él–. Me sentía cómodo contigo a un lado, ¿Puedes perdonarme? Realmente estoy arrepentido de lo que dije ese día y mi comportamiento. 

–Viktor, yo te quiero mucho–indica abrazando al joven tomándolo por sorpresa–. Tu amistad es muy importante para mí. 

– ¿Me perdonas entonces y seguimos tan amigos como siempre?– pregunta correspondiéndole el abrazo, la joven mueve su cabeza de manera afirmativa mirándolo con una sonrisa–. Te invito a cenar, ¿Quieres? 

–Vayamos a cenar pero yo te invito a ti, eso sí, no esperes que te invite a uno de esos lugares que acostumbras que aunque mi liquidación ha sido buena, no puedo darme tanto lujo. 

– ¿Tu me invitaras?– cuestiona sin ocultar su sorpresa elevando una ceja en un gesto de incredulidad. 

La joven sonríe, se pone de pie y busca sus cosas para después tomar la mano de Viktor que se pone de pie y se deja guiar por la joven, «Creí que se encontraría muy molesta por lo ocurrido esta tarde pero ni siquiera lo ha mencionado, ¿Debería preguntar o será mejor hacer lo mismo que ella ha hecho, ignorarlo y seguir adelante?» analiza mientras la observa cerrar la puerta de su departamento para después mirarlo con una sonrisa que denota que tiene algo en mente. 

Encontrándose en un sencillo pero lindo establecimiento, hablando tranquilamente Leily y Viktor ven pasar el tiempo, realmente parece como si fuesen amigos desde hace mucho tiempo. La joven no olvidó lo sucedido aquella tarde pero considerando que desea retomar esa amistad, ha preferido dejarlo en el olvido a pesar de que en realidad ha hecho que algo cambiara dentro de ella. 

–Viktor, se que este tema no te agrada y lo comprendo pero… 

–Si sabes que no me agrada, ¿No consideras que es mejor evitarlo? La estamos pasando bien, ¿Para qué amargar una velada tan agradable?–la interrumpe el joven con una sonrisa. 

– ¿Los alérgicos al agua dejan de bañarse?–pregunta la joven causando que él la mire con desconcierto. 

–Por favor, Leily, eso no tiene sentido–replica riendo divertido. 

–Claro que lo tiene– expresa bromista intentando volver más ligera la tensión que se ha apoderado del joven–. Además, puedo ver a través de ti, cristalito. 

– Si puedes ver a través de mi, entonces te darás cuenta de que debes volver a ser mi asistente, soy un desastre sin asistente y ya he despedido a tres jóvenes en pocos días. 

– ¡Santo Dios, eres insoportable!–expresa burlándose causando la risa de Viktor. 

Leily decide negociar su regreso y después de algún tiempo consiguen llegar a un acuerdo que ha logrado poner tenso el ambiente pero que a ambos les conviene. Leily observa a su compañero que se ha quedado serio por lo que decide hacer uso de su sentido de humor causando que Viktor sonría y la tensión desaparezca entre bromas y risas el resto de la cena se torna tranquila.




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