Leily observa a Ryan guardando silencio y sin poder controlar la molestia que ha comenzado a invadirla, « ¿Por qué habla de esa manera de Viktor? Un amigo verdadero no habla mal de quien se supone es su mejor amigo a menos que tenga una buena razón para hacerlo; sin embargo, no puedo pensar que esas palabras sean la verdad.» razona Leily con seriedad mientras trata de comprender el actuar de Ryan.
–Realmente me cuesta mucho comprender la razón que te lleva a decir esas cosas, Ryan, Viktor siempre se comporta de manera muy educada conmigo y sé que no me haría daño.
– ¿Recuerdas tu primer día de trabajo?–pregunta mirándola por un momento para después devolver la atención al frente–. Sé que viste a aquella joven ese día, ¿Por qué piensas que actuaba de esa manera?
–No lo sé pero eso nada tiene que ver conmigo–replica con seriedad.
–Tiene todo que ver contigo, Leily, ocupaste su lugar y eso fue por una razón, ¿Por qué elegirían a una joven que nada sabe sobre el tema como asistente del dueño de la empresa en lugar de una joven que estudió y se preparó para ocupar un puesto como ese?
Las palabras de Ryan consiguen hacer pensar a Leily, trayendo a su mente los recuerdos de aquel día en que se presentó a la entrevista de trabajo en Watkins Technology. Ella esperaba pacientemente a que fuese su turno cuando su mirada se cruzó con unos intensos ojos grises, ella desvió su mirada de manera inmediata centrando su atención en sus documentos, «Eso explicaría porque esa entrevista fue tan inusual, él me escogió entre todo ese grupo de jóvenes pero, ¿Por qué? ¿Cuál ha sido su objetivo al actuar de esa manera?» piensa tomando en cuenta las palabras de Ryan.
– ¿Qué es lo que pretende entonces?–cuestiona con seriedad.
–Eso no te lo puedo asegurar, lo único que deseo al decir esto es que seas cautelosa, Viktor puede ser el hombre más encantador del mundo cuando se lo propone, sabes que yo te aprecio mucho y no quiero que te suceda lo que a esa joven a la que Viktor ilusionó para después lanzarla a la calle sin más consideraciones.
La imagen de aquella joven regresa a la mente de Leily, recuerda las palabras que le dijo antes de marcharse de aquel lugar, especialmente cuando la llamó víctima. Además, recuerda la molestia que era evidente en el rostro de esa joven y la manera en la que salió de la oficina de Viktor llena de indignación, « ¿Qué fue lo que sucedió ese día? ¿Viktor realmente es como Ryan dice?» se cuestiona viendo aparecer el barrio en el que habita, una vez que el joven detiene el automóvil ella enseguida se dispone a bajar con un sentimiento que no logra reconocer.
–Gracias por traerme, espero tengas una buena noche, Ryan, conduce con cuidado.
–Leily, no he buscado molestarte con este tema, únicamente…
–Únicamente protegerme–termina la frase la joven con tono de obviedad–. Lo sé y lo comprendo, no debes preocuparte, se cuidarme.
La joven desciende del vehículo, cierra la puerta y avanza hacia el edificio en el que habita dejando atrás a Ryan que avanza enseguida para salir de ese lugar para dirigirse de vuelta a su departamento, «Lo siento, Viktor, pero no puedo permitir que continúes ganándote a un ser tan lindo como Leily, no la mereces.» piensa con una sonrisa de satisfacción que evidencia la confianza que ha colocado en sus acciones de esa noche.
A la mañana siguiente, Viktor llega a Watkins Technology y de manera inmediata se encamina a su oficina. Es aún muy temprano; sin embargo, no consiguió dormir después de la información que su padre le reveló por lo que intentando dejar de pensar en eso se enfoca en su trabajo en la absoluta soledad del lugar. Las horas trascurren, Viktor se encuentra totalmente concentrado y en absoluto silencio avanzando en el desarrollo de su proyecto cuando su teléfono personal suena, lo toma y responde.
– ¿Qué sucede, señorita Black?–pregunta con tono tranquilo.
–Disculpe, señor, le llamo para saber si se presentara a la oficina, es algo tarde y no me informó si llegaría tarde o no vendría, debo confirmar, reagendar o cancelar actividades y...
–Estoy en la oficina desde hace mucho, señorita Black.
–Comprendo, disculpe, ahora mismo confirmo todos sus pendientes–replica la joven con tono profesional para después terminar la llamada.
Una vez que ha confirmado todo, Leily se pone de pie y se encamina a la oficina de Viktor, se anuncia e ingresa, informa al joven los pendientes del día evitando a toda costa que su mirada se encuentre con la de él, acción que de manera inmediata llama la atención de Viktor que la observa intentando hacer contacto visual con ella. Al terminar de informarle y hacer los cambios que le ha indicado Viktor, la joven avanza hacia la salida con paso dubitativo, « ¿Debería cuestionarle? Tal vez lo mejor sea simplemente ignorarlo y cumplir con mi trabajo marcando bien la distancia entre nosotros.» piensa deteniéndose mientras decide que es lo mejor y con ese cúmulo de emociones en su interior que son como agua en un río que amenaza con desbordarse en cualquier momento e inundar todo.
– ¿Qué es lo que sucede?–cuestiona Viktor poniéndose de pie para llegar hasta donde se encuentra la joven al percatarse que no se decide a salir de la oficina o permanecer dentro.
–Nada, señor, con su permiso continuaré con mis deberes.
–Leily–la llama intentando tomar el rostro de la joven para que lo mire; sin embargo, ella de inmediato retrocede y lo mira de manera inquisidora–.No es normal tu actitud, ¿Qué es lo que sucede?
– ¿Por qué me contrató? ¿Qué pretendía al hacerlo?–se atreve a cuestionar la joven de manera directa y observando al joven a los ojos.
–No comprendo, recursos humanos es quien contrata el personal y si te contrataron debió ser porque consideraron que eras la mejor opción–responde con tranquilidad.
– ¡No soy tonta, Viktor Watkins!–exclama evidenciando su molestia–. Yo no estudié economía, administración de empresas ni nada por el estilo, yo estudie literatura, soy escritora pero aquí estoy en lugar de una de esas jóvenes que seguramente tenían más conocimientos para merecer el puesto que yo.