Mi Adorable Pesadilla

Cambiando de profesión

Hacia treinta minutos que la hora de salida había llegado cuando Viktor sale de su oficina para poder buscar un café, era algo tarde, aun tenía mucho por hacer y el café siempre lo ayudaba a concentrarse mejor; además, considerando que no había conseguido dormir la noche anterior,  la cafeína lo mantendría despierto.

– ¿Qué haces aquí?–cuestiona mirando a la joven que se encuentra en su escritorio esperando alguna orden.

–Me pidió que me quedara–responde la joven poniéndose de pie y avanzando hasta donde se encuentra el joven.

–No es necesario, márchate ya, no te necesito–ordena con amargura avanzando hasta la entrada.

–Viktor…

– ¿Ahora me llamas Viktor en el trabajo?–interrumpe a la joven mirando la pequeña mano que lo ha detenido–. No deseo hablar, creo que ha quedado claro que mi amistad no es conveniente para ti y es obvio que todo lo que hago es con un fin maléfico, ahora márchate y déjame trabajar con tranquilidad.

–Solo quiero comprender,  ¿Por qué razón estoy trabajando aquí?

–Estás trabajando aquí porque así lo he deseado, yo deseo algo y lo obtengo, te hice volver porque quería que estuvieses aquí y ahora mismo te encuentras en esta oficina a deshoras porque yo lo ordene, así funciona el mundo de Viktor Watkins, ¿No fue eso lo que te dijeron y querías escuchar? Ahí está, ahora quiero que te vayas y eso es lo que harás.

– ¡No, no me iré de aquí, no lo haré hasta que hables conmigo y me digas todo lo que quiero saber!

–Claro, como yo tengo todo el tiempo del mundo, ¿Por qué no tomamos asiento y mientras comemos galletitas con café hablamos muy tranquilamente?–expresa con sarcasmo evidente.

–Soy muy perseverante, es mejor que cedas ahora o no te dejaré tranquilo.

– ¿Cuándo me dejas tranquilo? Eres un tormento constante, aunque cediese ahora encontrarías la manera de fastidiarme mañana.

–Y puedo ser peor, si me lo propongo, es tu decisión–replica como si las palabras del joven fuesen nada.

–De acuerdo, ¿Quieres hablar? Hablemos entonces, seamos trasparentes como cristales, ¿A qué se debe tu actitud? Se bien que no son ideas tuyas porque si lo fuesen hace mucho habrías preguntado, ¿Quién te hizo pensar en esas ideas?–cuestiona Viktor mirándola, la joven dirige su mirada al piso guardando silencio–, ¿Qué sucedió, Leily? Quieres sinceridad pero tú misma te niegas a ser sincera.

La joven continua en silencio mientras Viktor la observa esperando una respuesta, «Si digo que fue Ryan le causare problemas y eso no sería justo, considerando que únicamente lo ha hecho por cuidarme.» piensa mientras busca una manera de saber lo que desea sin causar problemas a terceros.

–Yo las pensé sin influencia de nadie– responde la joven paseando su mirada por la oficina–. Recordé a aquella joven y…

–Dijimos sin mentiras, no necesito que me digas nada, yo se que Ryan lo hizo, no se su motivación para actuar así pero lo conozco así como te conozco a ti, sé que no deseas causarle problemas y por eso mientes–indica interrumpiendo a la joven–. Por cierto, no sabes mentir.

– ¿Qué fue lo que le hizo a esa joven para que se fuera tan molesta ese día y dijese lo que dijo?

–Tenía una relación con ella, me percate de que yo para ella era únicamente un medio para obtener sus deseos así que me deshice de ella, la despedí y tu ocupaste su lugar, me gusta tener chicas lindas como asistentes, Carson era mi última adquisición, se ilusionan pensando que obtendrán el premio mayor al tenerme, eso es lo que te podría suceder y de lo que tanto te advirtieron.

– ¿Las ilusionas a propósito?–cuestiona sintiéndose atónita y sin saber si esas palabras son sinceras o no.

–Sí, eso hago–replica con cinismo al tiempo que cruza sus brazos.

–Pero conmigo no lo has hecho– murmura como si estuviese pensando en voz alta.

– ¡¿Qué no lo he hecho?! ¡No me hare el santo ahora, claro que lo he hecho!–exclama riendo divertido–. Sin embargo, para mi mala suerte, terminé encariñándome contigo más de lo debido y seré el hombre más cruel que puedas imaginar pero no daño a los que quiero.

– ¡Eres tan dulce, Viktor!–exclama Leily con una sonrisa abrazándolo tomando al joven por sorpresa–. No te molestes con Ryan, él solo ha querido protegerme.

–Así que no eran ideas mías–musita pensativo.

–No pero no hagas nada, ambos son mis amigos y no quiero que peleen por mi culpa–replica la joven sin liberarlo de su abrazo.

–Estoy molesto con él pero espero que te agradezca el hecho de que pase por alto lo que hizo en mi contra porque es solo por ti que lo haré–responde devolviéndole el abrazo y besando el cabello de la joven.

La joven libera del abrazo a Viktor y lo mira con una sonrisa, hablan tranquilamente por algún tiempo más, el joven al percatarse de lo tarde que es decide dejar sus pendientes para el día siguiente y llevar a Leily a su departamento. Una vez que ha llevado a la joven conduce hacia el edificio en el que habita, al subir se ve tentado a hacerle una visita a su amigo; sin embargo, considerando que le dijo a Leily que no haría nada termina decidiendo ir directo a su departamento y tratar de descansar.

El fin de semana ha llegado, Leily se encuentra en su departamento ha movido todo lo necesario, sacado cosas y cubierto otras, ha quitado el papel tapiz que cubría las paredes y ha preparado la pintura de color azul que utilizará para pintar el lugar, con el piso cubierto de papel periódico y con su música favorita inundando el espacio, suspira observando todo lo que deberá pintar, «Manos a la obra, Leily, el que pronto comienza, pronto termina.» se dice tomando la brocha y comenzando su labor. El tiempo ha avanzado y el progreso de la joven se evidencia aunque aun le hace falta bastante, de pronto escucha golpes en su puerta anunciando una visita.

Con la brocha en mano avanza hasta la puerta para abrir, al hacerlo se encuentra con los ojos grises de Viktor Watkins que la mira de pies a cabeza tratando de reprimir su risa al verla aparecer con ese aspecto, manchas de pintura azul por toda su ropa, las zapatillas deportivas, el overol azul, holgado y gastado en la rodilla derecha y la pierna izquierda, la blusa blanca bastante suelta con algunas manchas en esta, pero lo que más llama la atención de Viktor es el peinado de la joven, dos coletas que la hacen ver realmente tierna.




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