Mi Adorable Pesadilla

Momentos difíciles

Los jóvenes han solicitado la cuenta y Viktor ha entregado su tarjeta de crédito para cubrir los gastos cuando su teléfono comienza a sonar, de manera inmediata lo toma y al ver el nombre en el identificador de llamadas la preocupación se hace evidente en su rostro, «Es muy tarde para que me llame a esta hora, ¿Se encontrara bien?» piensa mientras se disculpa con sus acompañantes, desliza la pantalla y atiende. 

– ¿Qué sucede, abuelo?– cuestiona olvidando la cortesía. 

–Viktor, tu padre tuvo un accidente, vinieron a visitarme y al volver fue que sucedió, los tres fueron trasladados al hospital, no tengo más información, recién me han llamado, por favor, preséntate y encárgate al menos hasta que yo llegue, ya voy para allá pero estas más cerca–explica el hombre evidentemente afectado. 

–Tranquilo, ahora me encargo, envíame toda información y de manera inmediata me dirijo ahí. 

–Ahora pido que te envíen la información, gracias. 

–No tienes que agradecer, no te presiones, yo estaré pendiente y te informare, dile a Albert que conduzca con cuidado–indica Viktor con seriedad manteniendo la calma ante la situación. 

El joven termina la llamada, recibe la tarjeta que le devuelve el joven que los ha atendido, la guarda, siente su teléfono sonar anunciando un mensaje, rápidamente lo lee y se pone de pie con semblante serio. 

– ¿Qué sucede?–cuestiona la joven con evidente preocupación. 

–Mi padre ha tenido un accidente y debo ir al hospital, Ryan, lleva a Leily a su departamento, por favor. 

–De acuerdo, la llevo y después me reuniré contigo el hospital–replica Ryan preocupado. 

Viktor se limita a mover su cabeza de manera afirmativa para acto seguido avanzar hacia la salida siendo imitado por sus acompañantes, al llegar al exterior solicitan los automóviles, el automóvil de Viktor es el primero en ser entregado y él de manera inmediata conduce hacia el hospital que su abuelo le ha indicado. Leily sube al automóvil de Ryan y lo deja conducir llevándola hasta su departamento, se mantiene en absoluto silencio hasta que ve aparecer el barrio en el que habita; mientras tanto, Viktor llega hasta el hospital donde han llevado a su padre. 

–Buenas noches, busco a tres personas involucradas en un accidente de tráfico, me indicaron que fueron trasladadas hasta aquí, ¿Podría darme información? 

–Por supuesto, ¿Cuáles son sus nombres?–cuestiona la enfermera a cargo con amabilidad. 

–Adrian, Keira y Marcus Grant. 

–Aquí se encuentran, señor, ¿Cuál es su relación con los pacientes? 

–Son mi padre y mi hermano, ella es la esposa de mi padre. 

–Comprendo, el niño se encuentra bien, por suerte tenia puesto el cinturón de seguridad, tiene un pequeño golpe en su cabeza que ya fue atendido y se encuentra en observación ahora; sin embargo, la situación del señor y la señora no es tan afortunada, especialmente ella que no llevaba el cinturón de seguridad y salió por el parabrisas del automóvil, ambos se encuentran en urgencias, vaya por ese pasillo. 

Llega hasta la zona de urgencias y toma asiento en los lugares destinados para los familiares de los pacientes que se encuentran ahí, toma su teléfono para informar a su abuelo de que ha llegado al hospital y lo que sabe respecto a la situación de su padre, Keira y Marcus, al finalizar la llamada guarda su teléfono y se limita a esperar a que aparezca alguien que pueda proporcionarle mayor información, algún tiempo más tarde una enfermera se aproxima a él. 

– ¿Es usted el familiar de Adrian y Keira Grant? 

–Así es, ¿Qué es lo que sucede? ¿Cómo se encuentran? 

–Su estado es muy delicado, por favor, necesito que me firme la autorización para poder comenzar la intervención quirúrgica de ambos–explica la enfermera entregándole el formulario que debe firmar. 

Viktor lo toma de manera inmediata y firma autorizando a los médicos a hacer lo necesario para tratar de salvar la vida de ambos, no es capaz de comprender lo que sucedió, todo lo que le queda por hacer es esperar. De pronto, se percata de que alguien toma asiento a su lado y lo abraza tomándolo por sorpresa, de inmediato dirige su atención hacia esa persona. 

– ¿Qué haces aquí? Deberías estar descansando, mañana es un día muy importante para ti. 

Sonriendo de manera tranquilizadora recuerda cómo fue que terminó llegando hasta el lado de su amigo. Ryan condujo hasta el departamento de la joven, una vez ahí ella le indicó que esperara debido a que había decidido que iría con él hasta el hospital; sin embargo, sabiendo que su ropa no era adecuada debía llegar a su departamento para poder cambiarla. Se cambio tan rápido como le fue posible y guardo en una pequeña bolsa todo lo que considero que podría llegar a necesitar, una vez que se encontró preparada salió rápidamente y subió nuevamente al automóvil de Ryan quien se integró al tráfico y avanzó en dirección al hospital que su amigo le había indicado. Al llegar de manera inmediata se dirigieron a urgencias donde de inmediato ubicaron al joven sentado con la mirada perdida en algún punto fijo.  

–No pensaba dejarte solo en este momento, así que, aquí estamos para apoyarte en lo que sea–replica la joven haciendo referencia a ella y Ryan. 

–Gracias a ambos–responde mirando a Ryan que toma asiento a su izquierda. 

Juntos esperan de manera paciente, cansado de estar en ese incomodo asiento Viktor se pone de pie para de esa manera poder estirar sus piernas y descansar un poco de la posición que ha mantenido por largo tiempo. 

– ¡Viktor!–exclama un pequeño abrazándose a sus pies mientras llora–, ¡Qué bueno que si has venido, papá tenía razón, él dijo Viktor es bueno y te cuidara! 

–Suéltame, niño, ¿Qué es lo que quieres?–cuestiona mirando al niño con seriedad al tiempo que lo aparta de sus pies. 

–Señor–lo llama una enfermera, Viktor dirige su atención a la joven mujer de cabello negro que acompañaba al niño quien nuevamente se ha abrazado de los pies de Viktor–. El pequeño no ha querido permanecer más tiempo en su habitación, se encuentra bien y puede retirarse pero no para de llorar pidiendo ver a sus padres, me informaron que su hermano estaba aquí y de inmediato pidió que lo llevaran con usted. 

–Comprendo, yo me haré cargo–responde comprendiendo que ese pequeño desconocido de cabello rizado es nada más y nada menos que Marcus Grant–. En un momento iré a recepción para hacer los trámites del alta del niño. 

La enfermera se limita a mover su cabeza de manera afirmativa dejando a aquel niño al cuidado de su hermano mayor, Viktor baja su mirada hacia aquella criatura que no lo ha soltado,«¿Como es que me ha reconocido? » se pregunta mientras lo aparta nuevamente de él y retrocede dejando claro el rechazo que siente por aquel niño. 

– ¡Deja de actuar de esa manera, Viktor!–lo regaña Leily poniéndose de pie. 

–Debo ir a recepción–se limita a responder Viktor alejándose del lugar. 

Leily mueve su cabeza de manera negativa, «Comprendo su manera de comportarse pero, ¿Acaso no se da cuenta de que es tan solo un niño que puede perder a sus padres al mismo tiempo?» se pregunta sin poder controlar su molestia al tiempo que se coloca a la altura del pequeño, Marcus Grant es un niño de cinco años, de cabello rizado y castaño, con ojos de color verde esmeralda, tez blanca, de carácter dulce y sumamente despierto e inteligente. 

–Hola, ¿Marcus?–saluda la joven con una sonrisa dulce, el niño se limita a mover su cabeza de manera afirmativa–. Yo soy Leily y él, es Ryan, somos amigos de Viktor, ven, toma asiento en lo que el regresa. 

– ¿Dónde están mamá y papá?–pregunta con lágrimas corriendo por sus mejillas. 

–Ellos están siendo cuidados por los médicos, tú no te preocupes–indica limpiando las lágrimas del pequeño, tomándolo de la mano lo guía hasta una de las sillas a su lado. 

Viktor regresa por el pasillo hasta donde se encuentran Ryan, Marcus y Leily, al ver a Leily tan preocupada por esa criatura no puede evitar que un sentimiento amargo lo invada, «Ahora también se quedara con toda la atención de ella, criatura insoportable.» piensa llegando hasta donde se encuentran. 

–Leily, deberé pedirte un favor. 

–En lo que pueda ayudarte, con gusto lo haré–responde la joven poniéndose de pie. 

– ¿Podrías cuidar a ese niño? El hospital no es un lugar para él y ahora mismo no puedo llevarlo, debo estar aquí. 

–Lo entiendo, yo lo cuido. 

–Ryan, ¿Puedes llevarlos a mi departamento? 

–Claro que si, los llevo y regreso. 

–No lo hagas, debes descansar, te necesito en la compañía. 
 
Ryan se limita a mover su cabeza de manera negativa, Viktor le entrega las llaves de su departamento a Leily, ella las toma y dándole un abrazo se despide de él para acto seguido dirigirse al niño y ofrecerle su mano. 

–No pienso moverme de este lugar sin mis papás–expresa de manera obstinada. 

–Préstame atención, niño mimado, te irás con ella sin objeciones y mas te vale que te portes bien porque ahora mismo yo soy el único que puede decidir qué hacer contigo y no soy muy paciente. 

– ¡Viktor, no le hables de esa manera!–lo regaña nuevamente Leily–. Vamos, Marcus, no puedes quedarte, en cuanto despierten tus padres vendremos, ¿De acuerdo? 

– ¿Qué es lo que esperas? ¡Deja de mirarme de esa manera y obedece! –ordena Viktor al percatarse de que Marcus ha dirigido su mirada a él y no de una manera dulce, si no más bien retadora. 

Ryan observa con seriedad la manera en la que se miran uno al otro, «Mas que su hermano pareciese su hijo, ninguno de los dos tienen respeto por sus mayores.» piensa mientras se pone de pie y Leily espera de manera paciente a que el niño decida tomar su mano. Marcus se pone de pie tomado de la mano de la joven sintiendo una inconformidad enorme en su interior, no sabe que pensar respecto a su hermano mayor. Avanzando los tres juntos hacia la salida dejan atrás a Viktor en absoluta soledad, «Espero que no se les ocurra dejar solo a ese niño o será un verdadero problema.» piensa refiriéndose a Keira y su padre que luchan por sus vidas en la sala de operaciones.




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