Stephanie
Me acurruco más en esa cómoda almohada, y esta me sostiene de la cintura al mismo tiempo que emite una queja, un segundo una almohada no puede hacer eso, me levanto de golpe para ver qué está pasando, y me arrepiento de inmediato cuando una punzada me atraviesa la cabeza, maldito alcohol, malditos problemas y mil veces maldito David, cuando recuerdo que debía averiguar quién se había quejado busco con mi vista, y me doy cuenta que he vuelto a terminar en el departamento de David, y como al le importa una mierda lo que le haya dicho de cambiarme cuando estoy inconsciente, lo ha vuelto hacer, llevo una de sus camisas la cual me queda unos dedos debajo de mis muslos, y no tengo el maldito sostén. Me permito admirar su perfilado rostro, es tan guapo, y tan....espera un momento Stephanie el muy imbécil te ha llamado cría, y por si fuera poco se apareció en la maldita cena con esa mujer.-me recrimino, para seguidamente levantarme en completo silencio y así evitar que se despierte, cuando llego al baño me encargo de higienizar, y si aunque parezca loco tengo algunas de mis cosas aquí, porque había días en que le decía a mis padres que estaría con mi amiga, y en realidad dormía con él, solo eso, aún no estoy lista para dar ese paso, demás apenas llevamos dos semanas.
Suspiro al recordar que debo volver a casa, y eso significa que tendré que enfrentar los problemas, no sé cómo terminará eso, mis padres a veces son demasiados rectos, me sobresalto cuando siento unos brazos en mi cintura, y sé que se trata de él, quisiera besarlo lo he extrañado como si hubiese pasado siglos sin verlo, pero sigo enojada por sus palabras, y no dejare que pise mi orgullo y dignidad como si nada, así lo ignoro enfocándome en terminar de cepillarme los dientes, siento como deja besos húmedos por mi cuello que mi punto débil, erizándome la piel ante su tacto. Me separo de él antes de que caiga en sus redes, debo pensar bien lo que hare, y me resulta realmente difícil si lo tengo cerca, sin mirarlo me dirijo a la salida del baño.
-¿No piensas decir nada?-pregunta estudiándome, yo por mi parte no digo nada solo me dedico a buscar mi ropa, hasta que la encuentro perfectamente doblada sobre la silla, así que mientras lo sigo ignorando me encamino para agarrarla.- ¿Por qué siempre que tienes algún problema te terminas emborrachando?- me regaña.
-Ese no es tu maldito problema, al fin y al cabo soy una cría que no sabe lo que hace con su vida, la pregunta es ¿Por qué querías estar conmigo si piensas eso de mí?- pregunto borde, miro el vestido que tenía puesto, es súper incómodo para volver a usarlo, por lo que decido quedarme con lo que me puso él.
-No debí decir eso, no fue mi intención herirte, a veces decimos cosas que no sentimos cuando estamos enojados.- dice arrepentido.
-Pero lo hiciste, y que estés arrepentido no cambia en nada.- digo a la defensiva.- Además, anoche estabas muy campante con esa mujer y no parecías querer disculparte.- digo sin pensarlo, y me arrepiento cuando siento como sus manos se apoyan en mi cintura y me da la vuelta quedando a centímetros de mi rostro, se me ha cortado la respiración al tenerlo tan cerca.
-Estas celosa, y me encanta que lo estés, pero no debes de preocuparte la única mujer que me interesa eres tú.-dice en un susurro.-Y la mujer que viste en la cena es mi amiga.- explica, mierda estoy celosa, yo jamás he sentido celos ¿Por qué ahora sí los tenía? Intento separarme de su lado, necesito acomodar las cosas o mi cabeza explotará.
-Déjame ir.- digo sin estar segura. Él no me deja por el contrario, termina con la distancia que nos separa y me besa con suma delicadeza y dulzura, este hombre despierta tantas cosas que jamás sentí, me enloquece de buena manera, temo llegar a sentir tanto y volverme dependiente de él. El beso se torna necesitado y posesivo, siento como sus manos bajan hasta mi trasero invitándome a enredar mis piernas en su cintura, y lo hago perdiéndome en la nube del placer, el comienza a caminar hasta la cama sin soltarme, y al llegar me apoya en esta sin dejar de besarme, sostiene su peso con sus brazos para no aplastarme, luego de unos intensos minutos nos separamos para recuperar nuestra respiración, el me mira con deseo y lujuria, y yo debo estar igual. Sus manos viajan debajo de la camisa acariciando mi abdomen, mi piel se eriza como cada vez que siento su tacto en mí, al mismo tiempo que deja besos en mi cuello, y sin poder evitarlo gimo ante sus caricias, continua con su trabajo mientras yo me permito experimentar por primera vez el placer, me pide permiso con la mirada para quitar la única prenda que me cubre además de mis bragas, asiento perdida en el deseo, él me levanta con suavidad para sacarme la camisa y la deja por algún lugar de la cama, su boca experta baja a mis pequeños pezones, primero deja besos dulces para seguidamente meter uno a su boca succionando y provocándome una marea de sensaciones, al mismo tiempo que su otra mano juega con mi otro pezón logrando erguirlos producto de sus caricias. De pronto, caigo en cuenta de que estamos yendo muy rápido, y que estábamos discutiendo, ni siquiera sé porque terminamos así, me tenso cuando me doy cuenta que tan lejos hemos llegado, ¿Y si se enfada porque me he arrepentido? David suelta mi pezón y me mira con dulzura y ¿Amor?, Pero de seguro solo soy yo y mis absurdas ideas.
-No te preocupes Steph no haremos nada que no quieras. Esto solo era una muestra de que podemos darnos placer sin tener sexo, y también soy consciente de que debemos hablar.- dice tranquilizador, y suelto el aire del que ni siquiera era consciente que estaba reteniendo.
-Gracias.- digo mientras tapo mi rostro con mis mais cuando siento mis mejillas arder al recordar lo que estábamos haciendo.
-No agradezcas hermosa, jamás harás algo de lo que no estés segura.- dice al mismo tiempo que quita mis manos haciendo que lo mire.-No te escondas de mi conejito, estamos juntos es normal que tengamos intimidad.- dice besándome nuevamente, es tan tierno cuando se lo propone.