David
Desde que deje a mi bella novia, en su casa no he estado tranquilo, sé que tendrá problemas, pero no sé qué tan graves.
Ahora mismo me encuentro en mi cama mirando cada segundo mi celular esperando un mensaje de ella, necesito saber si todo está bien. De pronto, mi teléfono suena e inmediatamente entro en el mensaje, al parecer sus padres le quitarán su celular, y por lo mismo no podremos hablar como antes. Suspiro frustrado, ya veré qué hago pero encontraré una manera para seguir en contacto, odio no saber de ella. Esa mujercita es mi debilidad, mi reina, la mujer que amo aunque aún no esté preparada para oírlo. Yo la esperaría toda la vida, si me lo pidiera.
Después de cenar, me duermo con ella como el último de mis pensamientos de este día.
***
El sonido de la alarma me despierta, apenas son las 7 de la mañana, pero debo entrenar un rato antes de ir a trabajar.
Me pongo mi ropa deportiva después de higienizarme, y salgo de mi departamento, me gusta correr por las mañanas, me ayuda a tener energía durante todo el día. Suelo hacerlo durante 20 minutos para después hacer un poco de pesas, y al terminar mi rutina, me ducho rápido para poder desayunar algo antes de ir al Bufete. Dios muero por mandarle mensajes a mi mujercita, pero no puedo hacerlo. Hoy mismo solucionare ese problema.
Cuando estoy desayunando al mismo tiempo que reviso algunos documentos escucho el timbre, que raro no suelo recibir vistas. Me levanto de mi silla para encaminarme hacia la puerta, al momento de abrir me encuentro con un hombre que lleva un sobre grande en sus manos.
-Buenos días, ¿Se encuentra David Williams?- pregunta.
-Buenos días, soy yo ¿Qué se le ofrece?- pregunto con confusión.
-Este paquete es para usted Señor Williams, debe firmar aquí.- dice señalando su carpeta, lo hago sin otra opción, y este me entrega el dichoso sobre. Me despido y vuelvo a entrar a mi casa, miro lo que tengo en mis manos, y tengo un poco de miedo, siento que no me gustará lo que contiene. ¿Por qué siempre pienso en que tiene que ver con ella? Dejo de debatir entre hacerlo o no, y me decido a abrirlo cuando lo hago siento como mi pulso se dispara, son fotografías de Stephanie, son de cada uno de sus movimientos, me levanto como resorte, siento la ira correr por mis venas, maldita sea sé que mi padre esta detrás de todo esto, en un arranque de irá lanzo un puñetazo a la pared. Una cosa es que me jodan la existencia a mí, pero que se metan con lo que más quiero es pasarse, no me importa quién sea con tal de defenderla soy capaz de todo.
Me vuelvo a acercar a la mesa para agarrar mi celular, llamo a la única persona que me puede ayudar; mi tío. Siempre he tenido una mejor relación con el que con mi propio padre, necesito encontrar soluciones antes de que esto se me vaya de las manos, no puedo ponerla en peligro, si le llegase a pasar algo no me lo perdonaría.
-Buenos días sobrino, ¿Cómo estás?- pregunta amable, suspiro tratando de organizar mis ideas.
-No tan buenos tío, necesito tu ayuda.- digo mientras busco otra cosa entre las fotos, detrás de una de estas hay una frase: "Has lo que tienes que hacer o tu hermosa zorrita pagará las consecuencias."- comienzo a hiperventilar de la bronca.
-Estoy a tu disposición, solo debes decírmelo y lo hacemos.- dice y si no estuviera tan ansioso, le agradecería, pero como es todo lo contrario. Le cuento por arriba de nuestra relación, también de la locura que se le ocurrió a mi padre, y por último de las fotografías y la clara amenaza.
Mi tío Samuel Williams, es un exmilitar por lo que tiene muchos contactos, por el momento hemos decidido que Steph tendrá guardaespaldas y ante el mínimo paso que se atrevan a dar actuaremos. Está claro que los guardaespaldas deben pasar desapercibidos tanto para los que nos están amenazando como para mí hermosa mujercita, porque si se llegase a enterar me mataría por ocultarle cosas y por meterme en su privacidad.
Mi tío me ha prometido ayudarme en todo, y en especial en la seguridad de mi novia, que es lo más importante, ¿Es que todos nos quieren separar?
Me alistó para ir a la oficina, o llegaré tarde, las fotografías las he guardado en mi maletín, salgo del departamento y cierro todo para seguidamente emprender mi camino hacia el auto. Una vez dentro comienzo a manejar, no puedo dejar de pensar en su seguridad, solo deseo que podamos disfrutar de nuestro amor sin ningún tipo de complicaciones, pero cada día se torna más difícil.
Después de unos 20 minutos, logro llegar al bufete, esa maldita amenaza ha arruinado por completo mi día. Bajo del auto y comienzo a caminar por los pasillos que me dirigen hasta mi oficina, nadie dice nada sé que mi semblante serio les dice todo, que no estoy de humor para ninguna estupidez.
Han pasado varias horas, el equipo de seguridad ya ha sido contratado y para mí tranquilidad ya están protegiendo a Steph, si tal vez los cansé de tanto llamar, pero no se trata de cualquier cosa, sino de ella la dueña de mi corazón. A veces pienso que si Stephanie supiera lo cursi que soy, y como lo es todo para mí se burlaría.
Ya es hora del almuerzo, pero con todo lo que ha pasado en la mañana me ha dejado un mal sabor, y no tengo ni un poco de hambre. Vuelvo a la realidad cuando escucho el sonido de mi celular, lo agarro para revisar de quién se trata, y en cuanto veo que se trata de ella una sonrisa se forma en mi rostro.
-"Buenos días novio, ¿Cómo estás?"-dice su mensaje y sin hacerle esperar respondo.
-"Buenos días hermosa, muy bien ahora que me estás hablando".- escribo sonriendo feliz de poder hablar con ella.-"¿No tuviste más problemas con mis suegros"?.- pregunto ansioso por saber si tuvo graves problemas.