Mi amor prohibido

Capítulo 11: ¿Me quiere?

David 

    No pude dormir hasta que supe que Steph llegó a su casa, puede que parezca un acosador, pero supe por casualidad que se escapó de su casa para ir a trabajar a ese bar, bueno siendo honesto al tener a un grupo de guardaespaldas ayuda mucho a la hora de saber su paradero. Tuve que controlar mis malditos impulsos, ya que si iba a pedirle explicaciones del por qué no me lo ha dicho me estaría descubriendo, y ella se volvería loca si se entera que prácticamente está siendo vigilada.

 

    Así que como si no supiera nada, me tuve que quedar en mi departamento durante toda la noche y parte de la madrugada, esperando información de ella. Cuando me entere que se estaba escapando de su casa, decidí enviarle mensajes para ver si me contaba algo, pero para mí desgracia eso no sucedió.

 

     No me gusta para nada la idea de que trabaje en aquel lugar, pero si es lo que desea hacer la apoyaré, ¿Para eso están las parejas, verdad? Solo espero que me lo diga cuanto antes, sé que debe tener miedo de decir algo que me enoje.

 

“Si supieras amor que ya lo se todo."- sonrío de solo imaginarme su sorpresa.

  Ahora mismo, estoy terminando de preparar algunas sorpresas por nuestro primer mes de novios, aún no puedo creer que es mi chica hace un mes, cada día confirmo que he elegido bien.

 

      He preparado el desayuno, y adornado un poco la finca, es una de las primeras cosas que me compre cuando me fue yendo bien en mi oficio. 

 

      Recuerdo que me imaginaba en este lugar con la que fuera mi esposa, y mis hijos. Lo sigo soñando solo que ahora se bien quien será la futura señora Williams, mi conejito tiene ese lugar asegurado.

 

    Sus padres se han pasado, ella solo se cansó de sus acusaciones y se defendió, sé que no fue la manera correcta, ya que nos preocupó a todos. Y no estoy para nada de acuerdo con las medidas que han tomado, no pueden sacarle los medios que necesita para estudiar, y mucho menos insultarla y golpearla.

 

     Me tuve que contener para no decirles sus verdades, pero eso solo traería más problemas para Stephanie, y es lo último que quiero.

 

   Mi padre me ha seguido amenazando, pero gracias a Dios no se ha podido acercar a mi novia por los guardaespaldas, y puedo decir que estoy satisfecho con su trabajo.

 

    Cuando termino de acomodar todo, salgo de la finca y me subo a mi auto para comenzar a manejar. Si tengo suerte la alcanzaré por el camino, y si es así podré darle su sorpresa.

 

      La finca no queda tan lejos, tal vez unos diez o quince minutos. Cuadras antes de la casa de Steph la veo caminando sin prestar atención a lo que sucede a su alrededor, giro en el vehículo y comienzo a seguirla, ni siquiera se da vuelta por el contrario comienza a caminar más rápido, bajo la ventana y le gritó varias veces, hasta que parece reconocerme.

 

-Conejito soy yo.- grito sin otra opción.

-Maldito cabrón, creí que me estaban por secuestrar para robarme los órganos, y solo era el idiota de mi novio, ¿Es que te encanta asustarme?- dice furiosa encarándome, queriendo intimidarme pero en mis solo provoca ternura.

-Buenos días cariño sonaría mejor conejito.- digo irónicamente desde el auto.- Ya no te enojes hermosa, mejor sube que te llevaré.- digo, pero me ignora y sigue su camino, no quiero pelear justo hoy.-Stephanie sube al auto, o te subiré.- aseguro, y ella no parece ver qué hablo enserio. -Tú lo quisiste así.- aviso, y ella sigue ignorándome.

 

   Bajo del auto y me acerco hasta donde se encuentra, la tomo desprevenida y la cargo como si de una pluma se tratase, se remuevo y de un momento siento un golpe en mi trasero, e instintamente le devuelvo el golpe y siento como se ha quedado sorprendido. Así como ella puede hacer travesuras yo también puedo hacerlo.

 

     Llegamos hasta donde está estacionado mi auto, rápidamente abro la puerta del acompañante para segundos más tarde colocarla en el lugar. Una vez dentro nos mantenemos en completo silencio, por lo que hablo intentado romper ese molesto silencio.

 

-¿Cómo ha amanecido la novia más hermosa de todas?- pregunto sonando cursi, y es que se me hace imposible no hacerlo con ella.

-Muy bien, solo un poco cansado.- me cuenta, a lo que  asiento al mismo tiempo que pongo mi  mano en su regazo, aparte de amar tenerla en mi regazo, también lo hago con esta simple acción.

-¿A dónde me llevas?, debo ir a la Universidad.- dice escandalosamente cuando se da cuenta que me desvío del camino.

-Es una sorpresa Steph, así que ponte cómoda.- digo sin dar más información, ella frunce su ceño en confusión, y me doy cuenta que empieza a perderse en sus pensamientos como siempre lo hace, eso me parece tan gracioso, sus ideas son bien locas.

-Deja descansar a esa cabecita, en unos minutos sabrás de que se trata.- digo divertido ante su insistencia de querer saber, no me responde solo se apoya en la puerta al mismo tiempo que observa el paisaje, sé que está un poco ansiosa porque no conoce estos lados, pero si no fuese seguro no la traería.

 

 

       Después de unos veinte minutos, llegamos a la finca, así que estaciono el automóvil, para bajar rápidamente bajar y caminar hacia su puerta, para seguidamente abrir la puerta y ayudarla a bajar, la tomo de la mano y comenzamos a caminar hacia la entrada. De reojo logro ver cómo sus hermosos ojos miran todo con admiración, provocando que mi ser brinque de alegría.   

 

-Feliz primer mes de novios conejito.- digo al mismo tiempo que hago que me mire y quiero reír cuando abre sus preciosos ojos como platos. No me enoja que se haya olvidado, ella tiene muchos problemas para pensar en esto, y además estoy yo para recordarlo. - No importa hermosa, solo te quiero a mi lado. Yo me encargaré de recordar las fechas, espero que sea el primer mes de muchos más.- digo sacando la rosa que tenía atrás de mi espalda, me mira sonriente y la acepta encantada.




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