David
En la madrugada cuando Steph llego en esas condiciones, sentí una opresión en mi pecho, odio verla tan vulnerable y no poder hacer nada. Solo trate de tranquilizarla, no quería presionarla, pero me termino contando su discusión con sus padres, y su decisión de irse. La apoyo, y si ella se siente bien con irse de ese lugar yo también lo estaré, me dijo que buscaría un lugar para quedarse, pero qué clase de hombre sería si a la primer dificultad no estoy para ella. Stephanie me ha ayudado de todas las maneras posibles sin darse cuenta, puedo tener un día de mierda, pero sé que con solo uno de sus mensajes, o con sus sonrisas me transforma y me motiva a querer ser mejor persona.
Para mí ella significa mucho más que un simple noviazgo, pero sé que no es bueno apresurar las cosas. Mi bella mujercita será la mejor abogada, quiero verla realizada profesionalmente, quiero disfrutar junto a ella cada una de sus victorias, y ser su soporte cuando las cosas se pongan difíciles. Quiero que sea mi esposa y la madre de mis hijos, pero por sobre todo que sea una mujer feliz y completa, quiero que luego de un día pesado podamos cenar en familia, y saber que nos tenemos el uno al otro.
Por otro lado, me han llegado fotos de Stephanie junto a mí, con una clara amenaza, y sé muy bien de quién se trata. Lo que me preocupa es que se haya vuelto a acercar sin que nos demos cuenta.
Dejo mis pensamientos de lado, cuando mi mejor amigo entra sin tocar cosa atípica en él, y por su rostro sé que no ha dormido, y que se debe a mi hermosa novia.
-¿Qué ha pasado Alex?-pregunto haciéndome el desentendido y sintiéndome miserable al tener que mentirle en la cara.
-Problemas y más problemas.-susurra sosteniendo su rostro con ambas manos en señal de desesperación.-Mis padres se han vuelto locos, cada cosa que mi hermana hace les cae mal, y Stephanie se cansó por lo que decidió irse, ¿Cómo pueden tratarla así?-pregunto enojado.
-¿Sabes dónde está ahora?- pregunto casualmente.
-Me ha llamado para avisarme que se estaría quedando con una compañera. Pero no sé dónde específicamente, solo quiero que esté bien, y si ella se siente más tranquila que en la casa no me opondré.-explica dejándome satisfecho, él también apoya a mi conejito.
-Tienes toda la razón, ella debe sentir que tiene el apoyo de las personas que ama.-digo con cautela, la manera en que llegó a mi departamento me preocupo en gran medida.
-¿Tú crees que vendrá después de lo que pasó?- pregunta esperanzado, y puedo asegurar que lo hará porque se ha comprometido.
-Si lo hará, estaba muy entusiasmada.-aseguro, y es verdad mi conejito, ama todo lo que tenga que ver con Derecho, y siempre trata de hacer correctamente las cosas.
-Espero, deseo verla aunque sea unos minutos.-dice suspirando.
-¿Crees que tus padres no la echarán de aquí?-pregunto sereno.
-Sí, si lo harán pero esta vez no se los permitiré.-asegura a lo que asiento, no me importa que nuestra relación salga a la luz con tal de defenderla.-Me has hecho acordar de algo.-dice captando mi atención.-Necesito que a partir de ahora te encargues de pagarle el suelo, yo me haré cargo de los gastos, pero no pienso permitir que después de como la trataron pretendan que siga trabajando de voluntaria.-dice firme.
-No te preocupes yo me encargaré.-digo, y es que eso será una buena noticia para mí conejito, sé que lo hacía como castigo pero merece cobrar por su trabajo
Hablamos de todo un poco, Alex dice que su departamento ya está arreglado por lo que inmediatamente se irá de la casa de sus padres, pero lamentablemente no se puede alejar ya que debe estar al pendiente de sus hermanos y por si fuera poco trabaja con ellos.
-Alex tengo algo que decirte, yo no lo puedo...-soy interrumpido por la persona que entra.
Veo a mi bella novia entrando, y no puedo creer que estaba a punto de confesarle nuestro secreto, ella se sorprende cuando se da cuenta de la presencia de su hermano.
-Princesa sabía que vendrías, ¿Cómo te fue?-pregunta Alex al mismo tiempo que se acerca para abrazarla durante unos segundo.-Sé que no te hare cambiar de opinión, pero sabes que cuentas conmigo.-le recuerda, yo por mi parte no puedo evitar inspeccionar su cuerpo a detalle, me pregunto si habrá comido algo.
-Lo sé, y puedes estar tranquilo.-dice regalándole una sonrisa.-Hola David.- saluda con educación y profesionalismo, ambos nos observamos con tantos sentimientos, quisiera besarla y gritarle al mundo entero que es mi novia, que es mía, cuando me doy cuenta hacia donde se dirigen mis pensamientos apartó mi vista a otro punto. Alex nos mira con el ceño fruncido y después se despide.
-Creo que no sabemos disimular para nada bien.-dice mi novia con nerviosismo al mismo tiempo que camina de un lado a otro, me levanto y me acerco a ella tomándola de la cintura evitando que siga su caminata.- ¿Y si se dio cuenta?-pregunta preocupada de lo que pueda suceder.
-No pasara nada cariño, y si es así lo enfrentaremos. Por ti soy capaz de enfrentar hasta al mismísimo diablo.-digo con seguridad.- ¿Has comido algo?-pregunto y ruego a qué lo haya hecho, abre y cierra la boca sin poder emitir palabra, .-No puedo creerlo, lo has prometido.-digo enojado al ver cómo descuida su salud.
-Lamento complicar tu vida, más tarde comeré algo.-dice tratando de tranquilizarme, yo asiento no tan convencido para después dejar un suave beso en sus delicados labios y seguidamente separarme de ella.
-No digas esas cosas, y como no confío en que comerás agarra tus cosas que nos vamos.-digo, refiriéndome a lo poco que me dejó comprarle.-Anda hermosa, yo mismo me encargare de que comas algo.-digo al mismo tiempo que guardo mis cosas en mi maletín.