Mi amor prohibido

Capítulo 17: Furioso.

Dedicado a: Sarai. 

 

David  

 

    Sonrío al tener prácticamente todo preparado, he decidido que necesitamos una escapada, así que decidí organizarlo y está noche se lo propondré a mi belleza. Le diré a mi mejor amigo que tengo unos pendientes y que estaré fuera de la ciudad unos días, y por parte de mi hermosa novia, sé que en su loca cabecita se le ocurrirá algo para no levantar sospechas. 

 

 

  Ha pasado una semana desde que se enfermó, y gracias a Dios que no pasó a mayores, pero eso no quiere decir que me siga preocupando, siempre controlo sus comidas, ya que si fuera por Steph no comería nunca, no al menos como corresponde. 

 

 

  Hemos descubierto a un infiltrado en el equipo de guardaespaldas que contraté, me enloquecí cuando supe que este tipo estaba cerca de mi novia no precisamente para protegerla, ese hijo de perra informaba cada paso que dábamos, por no nos dimos cuenta de cómo sacaban las fotografías. Estaba tan furioso que casi los mate a golpes a cada uno de ellos por ineptos ¿Qué tal si no nos dábamos cuenta y la lastimaba? Se supone que esa gente debía protegerla. 

 

 

   Vuelvo a la realidad cuando escucho el sonido de mis celular, lo agarro de mi escritorio que es donde se encontraba, y al ver que se trata de mi jefe de seguridad me tenso de inmediato al ver que se trata de mi jefe de seguridad ¿Y sí le pasó algo a mi flor? 

 

 

-¿Sí?-pregunto temiendo por lo que vaya a decir. 

 

 

-Buenos días Señor Williams, no quería molestarlo, pero sucedió algo con la Señora y creo que debería saberlo.-responde provocando que sienta un sudor frío recorrer mi cuerpo por completo. 

 

 

-¡Habla, no tengo tiempo para estupideces!-exclamo furioso. 

 

 

-Los señores Becker visitaron la universidad en dónde estudia la Señora.-dice y sé que eso no significa nada bueno.-Y más tarde, cuando la Señora estaba en clases, le pudieron que se retirará, la han expulsado.-concluye ¿Por qué no la dejan en paz?  

 

 

-¿Dónde está ahora?-pregunto ansioso y es que mi belleza no estará nada bien, y necesito estar para ella. 

 

 

-En estos momentos se dirige al bufete.-comenta, y eso me tranquiliza, ella vendrá y me lo contará, es una de las bases de nuestra relación ¿Ella lo hará, verdad? 

 

 

    Doy por terminada la conversación, y comienzo a guardar cualquier cosa que me delate, no quiero que sepa del viaje hasta después de la cena que pienso prepararle. Ahora más que nunca sé que debemos alejarnos unos días de la civilización. 

 

 

   Mi madre ha llamado todos los días para saber cómo está su nuera, y también lo ha hecho Rebbeca. No soy capaz de contarle a mi madre las amenazas de su esposo, ni siquiera sé porque ella siendo tan buena sigue con ese mal hombre, nunca fue un padre amoroso, pero al menos no se metía en mi vida, pero ahora está ciego que quiere casarme con la prima de mi novia. Y no lo haría, jamás podría hacerlo con otra persona que no sea mi belleza, ella es tan única, me ha dado la oportunidad de conquistarla y no pienso desaprovecharla. 

 

 

  Nuevamente, el sonido de mi celular me trajo de vuelta a la realidad, lo llevo a mi oído de inmediato cuando veo que se trata de mi novia ¿Y si sucedió otra cosa y no me han avisado? 

 

 

-¿Cariño?-pregunto con preocupación, y es que de tan solo imaginarme los posibles escenarios en los que puede estar, me desespero. 

 

-¿Puedes salir un momento? estoy en la entrada y no me dejan pasar.-susurra, y eso termina por enojarme ¿Qué más le harán? ¿Acaso la correrán del país? 

 

-¿Cómo que no te dejan pasar? No respondas, solo espérame ahí cariño, yo lo solucionare.-digo y comienzo a caminar apresuradamente para ver quién se ha atrevido a prohibirle la entrada. 

 

-Yo...no tardes ¿sí?-pregunta con voz apagada y sé que está a punto de llorar ¿Cómo hago para evitarle estás situaciones? ¿Por qué no puedo protegerla de todo y todos? 

 

 

-No te alteres, yo lo solucionare.-aseguro y corto la llamada para caminar más rápido hacia afuera. 

 Veo a mi hermosa novia un poco alejada, así que me acerco a los dos hombres que cuidan el lugar, trato de hablarles con toda la tranquilidad del mundo para no alterar a mi novia más de lo que debe estar.

 

-¿Por qué no dejan pasar a la señorita Becker?-pregunto con voz neutra.

 

-La señorita no entiende que no puede pasar por orden de los jefes. Y al parecer esta niña no lo entiende por las buenas.-dice con enojo ¿Acaso se ha atrevido a decirle niña a mi novia? maldito idiota.

 

-¿Qué me estás queriendo decir?-pregunto a punto de perder la paciencia. 

 

-La señorita no tiene permitido el acceso en ningún bufete de los Señores Becker.- me explica e inmediatamente siento la rabia e impotencia correr por mis venas.

 

-Pues se pueden ir a la mierda con sus estúpidas ordenes, vas a dejar pasar a la señorita ¿Quedo claro?-pregunto acercándome amenazantemente hacia esos imbéciles, mi novia pasara y nadie lo impedirá. 

 

-David, no te preocupes.-escucho su dulce voz, pero estoy demasiado molesto para hacerle caso. De pronto, siento sus delicados brazos rodear mi torso al tiempo que apoya su mejilla en mi espalda, y sé que trata de que no cometa una locura, pero como no hacerlo cuando tratan de perjudicar a la mujer que amo.-Dav, por favor no hagas una locura.-suplica en un hilo de voz, e inconscientemente mi cuerpo se relaja ante su tacto. 

 

-Te has salvado gracias a mi...a la señorita.-digo corrigiéndome de inmediato al tiempo que me doy la vuelta para quedar frente a mi belleza.-Necesito que me esperes aquí, yo iré por mis cosas y nos vamos.-aviso con calma, y es que ahora se lo que hare.




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