Mi amor prohibido

Capítulo 26: Caos.

Dedicado a: Akasia Corporan.

Stephanie

 

     Me siento en la cama mientras espero ansiosa que entren mi hermano y mi abuela, aún no puedo creer que mi hermano haya  aparecido en el momento justo y que me haya salvado de lo que pudo ser una tragedia.

    Solo deseo que quiera arreglar las cosas, ya que no soporto tenerlo lejos, no cuando ha sido mi confidente por años, y si sé que lo he lastimado, pero todos nos equivocamos.

 

-¿Cómo estás, mi princesa?-pregunta mi adorable abuela apenas llega a mi lado.

 

-No puedo quejarme.-digo tratando de sonreír, pero no lo logro.

 

-Todo estará bien, mi niña.-dice al tiempo que se agacha un poco para dejar un beso en mi frente.-Bueno los dejaré solos para que hablen.-dice para salir rápidamente de la habitación.

 

    Me retuerzo los dedos tratando de calmar mis nervios, ninguno dice nada, solo puedo ver de reojo que se sienta en la silla que se encuentra a lado de la cama.

 

-¿Te duele algo?-pregunta en voz baja, pero el simple hecho de que me dirija la palabra me llena de alegría.

 

-No.-miento y el me fulmina con la mirada.-Bueno un poco, pero nada del otro mundo.-susurro bajando la cabeza.

 

-Yo...lamento haber reaccionado mal, y tardar tanto en buscarte.-dice logrando que lo mire de inmediato ¿Se está disculpando? ¿Eso quiere decir que aceptará nuestra relación?

 

-No importa, lo único que interesa es que estas aquí.-digo sonriendo un poco.

 

-Mi pequeña no sabes cómo odio verte así.-dice al tiempo que se levanta para acercarse a mí y abrazarme sin llegar a lastimarme.-Te amo, mi princesa.-susurra.

 

-Te amo, hermanito.-digo acurrucándome en su abrazo reconfortante.-Te extrañe mucho.-confieso.

 

-Te prometo que no nos volveremos a separar, y menos ahora que he tomado una decisión.-dice haciendo que me separaré un poco para mirarlo con el ceño fruncido ¿De qué habla?-He iniciado acciones legales en contra de nuestros padres, y aunque no es una justificación fue una de las razones por la cual no te busque antes y por lo que no los recibía en mi departamento. No puedo permitir que ellos críen a nuestros hermanos, no después de todo lo que he descubierto y lo que se han atrevido a hacerte.-me explica e inmediatamente mi cuerpo se tensa.

 

-¿Qué... qué dices?-pregunto sin poder creer que se haya enterado ¿David le dijo?

 

-Tú lo sabes, nuestros padres no solo les importa poco que te fueras de la casa sino que te tenían amenazada ¿Por qué no me lo dijiste?-pregunta tratando de sonar tranquilo.

 

-Te digo lo mismo que le dije a David, necesitaba resolver mis problemas por mi propia cuenta, no puedo estar dependiendo de ustedes toda la vida.-explico queriendo que me comprenda.

 

-No, no lo entiendes Steph, no solo tú estabas en riesgo también nuestros hermanos o incluso David y yo.-dice alejándose de mí, y sus palabras son como ladrillos en mi espalda.

 

-No me digas eso.-digo con tristeza.

 

-Te lo digo porque no solo debes pensar en querer resolver estas situaciones por ti sola, sino en todos nosotros ¿Qué pasa si se les ocurre hacerte algo peor? ¿Qué íbamos a hacer si no lo sabíamos? ¿Acaso puedes dejar de pensar solo en ti?-pregunta con enojo, y sé que es porque tiene miedo que me pase algo, pero mis padres no serían capaz de tanto ¿O sí?

 

-Yo...no lo había pensado así.-digo apenada.

 

-Y ese es el problema que no piensas, solo actúas sin importar como se sientan los demás.-dice mientras camina de un lado a otro.- ¿O acaso pensaste en cómo me sentí cuando te vi con mi mejor amigo?-pregunta con voz dura y cuando estoy por contestar se abre la puerta de la habitación dejando ver a mi novio que no luce nada feliz, y es porque mi hermano está hablando muy fuerte.

 

-¿Todo bien?-pregunta al tiempo que inspecciona nuestros movimientos.

 

-Sí, solo estábamos hablando.-me apresuro a decir.

 

-Solo le estaba dejando las cosas en claro a Stephanie.-dice Alex.

 

 

-Pues espero que no te hayas pasado, ella debe descansar.-dice entre dientes.

 

-No, no lo he hecho ¿Puedes dejarnos unos minutos solos?-le pregunta.

 

-Sí, cualquier cosa me hablas.-dice David observándome unos segundo por lo que asiento levemente para tranquilizarlo.

 

-No quiere hablarte así, es solo que no sé qué hubiese hecho si te pasaba algo y yo ni enterado.-explica.

 

-No has dicho más que la verdad, más que lo que piensas de mi.-digo tranquila, o al menos aparentando.-Y déjame decirte que tienes razón.-confieso porque sé que lo tiene, aún debo mejorar, pero sé que es algo que no se dará de un día para otro.

 

-¿Testiguarás en contra de nuestros padres?-pregunta logrando que mi cuerpo se tense por completo ¿Lo haré? ¿Seré capaz de acusar a mis padres?

 

-Yo...si lo haré.-digo lo que creo es lo correcto.

 

-Bien, por el momento solo ocúpate por recuperarte.-pide más relajado.

 

-Gracias por salvarme, Alex.-digo cuando veo su intención de abandonar la habitación.

 

-No debes agradecer, eres mi hermana y a pesar de todos los problemas jamás permitiría que alguien te lastime a ti o a nuestros hermanos.-declara mientras abre la puerta.-Que descanses, princesa.-dice antes de salir.

 

    Sus palabras han calado hasta lo más profundo de mi ser, cada una de ellas me han hecho pensar en la forma tan egoísta que he actuado. Me acuesto para descansar un poco, si bien me han dado un calmante, los dolores de cabeza son insoportables.

 

 

-Duerme un rato, cariño.-dice Dav apenas se acerca a mí lado, hay algo que no anda bien, lo sé por su actitud distante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.