Mi amor prohibido

Capítulo 27: Verdades a la luz.

Stephanie

 

   Mi cuerpo tiembla debido al pánico que estoy experimentando, no puedo creer lo que estoy observando en mi celular. Hace unos minutos, aprovechando que mi novio fue a buscar algo para almorzar, agarre mi celular que no ha parado de sonar, y vaya sorpresa que me lleve al ver el innumerable mensaje, y la cantidad de personas que me han etiquetado en las redes sociales, y todo se debe a qué... Leticia cumplió con su amenaza, y ahora toda España sabe de nuestra relación... Estamos acabados.

  ¿Qué haremos? ¿Nuestro amor será más fuerte que las críticas?

 

  Mi amor prohibido ha sido descubierto, nuestro secreto ha salido a la luz.

 

   Dejo mi celular en la cama para seguidamente levantarme y por lo tanto arrancarme la intravenosa con la intención de ir a buscar a mi novio.

 

-¿Que estás haciendo?-pregunta su voz captando mi atención, levanto mi rostro para observarlo y me encuentro con su mirada acusatoria.

 

-Yo... ella lo hizo ¿Qué vamos a hacer?-pregunto desesperada.

 

-¿De qué hablas, amor?-pregunta con preocupación al tiempo que se acerca a mí.

 

-Leticia... las redes sociales.-digo cosas sin sentido, pero es que no puedo poner en orden mis ideas.

 

-Primero respira, cariño o de lo contrario no te podré entender.-dice angustiado mientras me agarra de la cintura para alzarme y volver a acomodarme en la camilla.

 

-Alguien filtro fotos nuestras, al parecer nos tenían vigilados y... Ahora todo el mundo sabe de nuestra relación.-digo un poco más tranquila, pero sé que no estoy a nada de enloquecer.

 

-¡Mierda!-exclama.- ¿Cómo lo sabes?-pregunta cauteloso.

 

-Mi celular no paraba de sonar así que lo revise, y me encontré con muchos mensajes y personas etiquetándome.-le explico para seguidamente estirar mi brazo y así agarrar mi celular para mostrarle.

 

-No, no puede ser, el hospital debe estar rodeado.-dice haciendo que lo observé confundida.-Los reporteros, amor.-aclara e inevitablemente abro los ojos como plato.

 

-¿Qué diremos?-pregunto mirándolo fijamente.

 

-La verdad. No dejaré que nadie se meta contigo, eso te lo aseguro. Estoy cansado de ocultar lo que sentimos ¿Acaso lastimamos a alguien con nuestro amor? No, no lo hacemos, pero la sociedad está tan podrida que nos quiere arrastrar con ella.-dice con tantos sentimientos.

 

-¿Y si tienes problemas con tu prestigio por mi culpa?-pregunto sintiendo mil dudas.

 

-No vuelvas a decir eso, no es tu culpa. Y con respecto a mi "prestigio" me importa poco, si no saben diferenciar entre mi vida profesional y mi vida personal es su problema no el mío.-declara tan seguro ¿Por qué no tiene dudas?

 

-No quiero estar más aquí.-susurro con cansancio.

 

-Lo sé, y por lo mismo he hablado con el doctor para que te dé el alta, así que ahora te vestirás e iremos a casa.-dice dejando un casto beso en mis labios para después separarse.-Mientras tú te cambias, iré a hablar con Alex.-avisa a lo que asiento.

 

    Cuando sale de la habitación, agarro la ropa que se encuentra perfectamente doblada en la punta de la cama, me visto con rapidez, deseando esconderme en el departamento de Dav.

 

-¿Estás lista, cariño?-pregunta entrando a la habitación nuevamente.

 

-Sí ¿Alex y la abuela siguen aquí?-pregunto intrigada.

 

-Alex si, le dijimos a tu abuela que se fuera a descansar, y aunque se resistió termino ascendiendo.-explica a lo que sonrío, mi abuela suele ser intensa, tal vez salí a ella... Me llevo bien con la madre de mi padre, pero no con él...que gracioso.-Saldremos por la salida de emergencia, o si no estaremos un eternidad esperando a que los periodistas se retiren.-me informa al tiempo que me alza sin darme tregua, lo miro enojada ante su arrebato, pero al no le afecta ya que deja un suave beso en mis labios para seguidamente comenzar a caminar conmigo en sus brazos.-¿No pensarás que te dejaré caminar en estas condiciones?-pregunta con incredulidad.

 

-¿Y por qué no?-contrataco al tiempo que acomodo mi cabeza en el hueco de su cuello mientras que una de mis manos se prende de su hombro y la otra descansa en mi abdomen.

 

 

-Recuérdame porque te amo.-dice divertido y en consecuencia, le doy un golpe en su pecho con mi mano libre.- ¿Cómo puedes golpear a tu pobre novio?-pregunta dramáticamente.

 

-Porque soy la sexy hermanita de tu mejor amigo.-digo siguiendo su juego.

 

-¡Escuché eso!-exclama Alex, que al parecer ha aparecido por arte de magia en nuestro camino.

 

-¿Y? ¿Acaso no soy tu sexy hermana?-pregunto con picardía al tiempo que salgo de mi escondite, y me doy cuenta de que ya nos encontramos en el estacionamiento.

 

 

-No, el único sexy de la familia soy yo.-dice serio, pero sé que está aguantando las ganas de reír.

 

-Bueno, ya dejen su debate, debemos irnos antes de que se den cuenta.-dice mi novio.

 

-Bien, nos vemos en tu departamento.-dice Alex para seguidamente retirarse hacia dónde se encuentra su auto.

 

-¿Quieres ir en los asientos traseros para descansar, cariño?-pregunta, pero niego de inmediato, ya que si duermo ahora me levantaré de pésimo humor.

 

    No sé cómo hace, pero abre la puerta y me acomoda con suma delicadeza, y cuando termina su trabajo cierra la puerta para rápidamente dirigirse a su lugar.

   Recuesto mi cabeza en la ventana tratando de descansar un poco sin quedarme dormida. El sonido del celular de David me sobresalta, y puedo ver de reojo como lo apaga sin la mínima intención de querer responder.

 

-¿Y si era algo importante?-pregunto en apenas un susurro e inmediatamente siento su penetrante mirada en mí.




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