~Lucifer~
«Ángeles caídos, demonios». Para muchos un mismo ser, pero lo cierto es que cometen un gran error, tal como asimilar que un 'lobo salvaje' es el equivalente de un 'perro rabioso'.
Por la sobriedad de mi Padre. Un ángel es contemplado por un ser de «puro corazón». Un demonio es ignorado lo cual les obliga a poseer a «uno». Pero ¿un ángel caído?
─ ¡Hola Jezz! ─saludo la joven rubiesca, mientras se levantaba del sillón azul.
Realmente es interesante la vida de los humanos. Con tan solo observar el simple rostro de la humana, logré concertar que fue la misma 'dama' de la semana pasada, la cual se definía en una sábana blanca.
─ Hola... ─respondió dudosa Jezabel─ ¿Ocurre algo?
─ ¿Quién es él? ─respondió con otra pregunta, en tanto me mostraba una sonrisa típica de falsedad.
─ ¿Lo puedes ver? ─cuestionó Jezabel sorprendida.
─ Hola ─salude─ mi nombre es Luc...
─ Él es un... mi... este... ¿Steven? ─interrumpió insegura dicha humana.
¡Demontre! ¿Qué clase de ser se toma las molestias de bautizarme como...? ¿Steven? Precisamente una 'tonta humana'. Mi protegida.
─ ¿Steven? ─preguntó la rubia quimérica.
─ Así es... le puedes llamar Steven ─afirmo Jezabel.
─ ¿Qué tal? ─expresó con una picardía─ Soy Hannah, prima y casi hermana de Jezabel ─explicó dando de lado a Jezabel.
─ Es un gusto verte de nuevo ─interpreté respondiendo a su 'picardía'.
─ ¿Ustedes? ─'mi tonta protegida' poso su mirada en ambos─ ¿Se conocían? ─preguntó finalmente.
─ La he visto una vez ─respondí sin interés─ Pero dudo que ella lo recuerde.
Como podría recordarme si aquella vez ni me vio. A menos que para hoy, ella haya cedido su alma a uno de mis «vigilantes». Después de todo, todo aquel ser que haya cedido su alma podrá verme o de lo contrario cuando yo lo deseé.
─ Con que un 'acosador' ─insinúa la rubia─ Créeme Steven, yo jamás me olvidaría de ti...
─ Hannah ─interfirió Jezabel─ S-te-ven tiene un poco de prisa... ¿Verdad Steven?
No dejo que afirmara o negara la absurda pregunta, porque en un par de segundos me dio a entender que me quería fuera del departamento.
Simples y molestos humanos que solo buscan problemas en sí mismos.
...
Cuando volví al departamento. Insinuada 'prima y casi hermana de Jezabel' se había retirado. Y por lo visto, Jezabel se encontraba descansando.
Verla acostada cómodamente, hizo que en mi interior sucediera algo, algo que nunca jamás había sentido.
Se veía tan encantadora con esos rizos despeinados que llevaba de color castaño con alguno y otro fleco dorado, con esos ojos marrones claros obviamente ocultos por sus parpados, se veía su inocencia, podía ver aquella niña que solo había conocido lo bueno de este mundo, tal vez debería de agradecer a Gabriel por cuidarla tan bien.
Ella hizo un movimiento con sus brazos y comenzó a moverse, eche un vistazo por todos lados en busca de un escondite, pero ella naturalmente solo volvió a dormir.
Me acerqué para acomodar aquel fleco rebelde que poseía. Cuando mis dedos fríos rozaron con una de sus mejillas, ella realizo un movimiento, intente alejar mi mano, pero fue demasiado tarde, ella acomodo su rostro en la palma de mi mano y siguió durmiendo.
─ Yo... ─pronuncio aun dormida─ Te-Te amo ─al escuchar aquello mi cuerpo se estremeció por completo, saqué mi mano bruscamente, ella se movió incoherente y eventualmente se despertó.
~Jezabel~
─ ¿Tu? ─pregunte mientras forzaba a mis ojos a abrirse.
─ Levántate ─me ordeno fríamente Lucifer.
─ ¿Por qué justo ahora que tenía un magnífico sueño? ─profiere tratado de acomodarme en mis sabanas.
─ ¿Y se puede saber que soñabas para estar hablando dormida? ─preguntó indiferentemente.
─ ¿Estuve hablando? ─exprese sorprendida─ ¿Qué oíste?
─ ¿Fue con James? ─se cuestionó para sí mismo.
─ ¿Qué? ─respondí sin entender aún.
─Nada ─aclaró─ Levante. Tengo que llevarte a un lugar ─expresó disgustado cuando se dirigió a la puerta.
─ ¿A dónde?
─ ¡Deja de preguntar! ─pronunció frenético y de un golpe abrió la puerta de la habitación.
─ ¡¿Porque estas de mal humor?! ─exclame también furiosa─ ¡¿Porque te desquitas conmigo?!
─ Controla tu tono de voz ─amenazó.
─ Si tú puedes tratarme como se te da la gana. Yo-yo ─tomé aire para calmarme─ Yo no te pedí como mi ángel. Yo no pedí a un ángel como tu...
─ ¡Cállate!
─ ¡Yo no pedí vivir!
En un instante él apareció a mi lado, me sujeto del brazo bruscamente. Su agarre se hizo más fuerte y levante mi mirada contra él.
─ ¿Entonces quieres morir? ─preguntó─ Puedo matarte si es lo que quie...
─ Los ángeles no pueden matar a los humanos ─lo interrumpí.
─ Yo no soy cualquier ángel ─explicó─ Si te pude dar la vida, también te la puedo quitar.
─ ¡Me harías un gran favor! ─lo rete con la mirada─ Por lo menos así ya no podría verte ─su agarre se hizo aún más fuerte─ ¡Estoy harta de tenerte cerca de mí!
─ ¿Y crees que a mí me agrada? ¿Crees que disfruto estar cerca de una humana tan tonta que no se da cuenta de lo que sucede a su alrededor?
─ ¡Entonces deberías de irte! ─protesté, mientras trataba de salir de su agarre─ Yo no te necesito. Yo no necesito a un ángel y mucho menos a alguien como tú ─exprese disgustada─ Si no lo sabías, Dios también nos envía ángeles mortales.
─ ¿Ángeles mortales? ─preguntó con un tono de burla.
─ Sí ─afirme─ Mis padres... mis padres adoptivos son unos de ellos y también James. Estoy segura de que ellos son los seres que pueden cuidarme y a los únicos que necesito en este mundo ─cuando termine de hablar él me soltó y siguió observándome.