Mi color favorito eres tú

Borgoña

Las luces blancas me molestaban los ojos, y el movimiento brusco hacia que las ganas de vomitar se hicieran presentes, todo el mundo estaba llorando y gritando a lo lejos… a los lejos se podían oír las suplicas de mamá y mi hermano, estaban alterados, ¿por qué estaban así? Se oían desesperados, y de pronto recordé lo que había sucedido, ah sí, eso, ¿aún no había muerto?

-ma…- no pude seguir hablando más porque la garganta se me había secado, me dolía mucho, el miedo se apoderó y empecé a gritar de inmediato, ¿así se sentía la muerte?

-¡¿hija?!-

-Señora por favor hasta acá puede acompañarnos, pronto le avisaremos- la voz gruesa de una mujer se hizo oír, y luego de aquello, solo oscuridad de nuevo.

Abrí los ojos y me encontraba en un pasillo, pero este muy raro, sus paredes eran ramas, y tenían espinas, ¿espinas? Como era eso posible, jamás había visto un hospital así, definitivamente estaba drogada. Me di cuenta de que estaba desnuda, no tenía ni siquiera una moña.

El corazón empezó a latir con más rapidez, ¿que era esto? tenía que salir de aquí de inmediato, rápidamente empecé a caminar con cautela, nadie podía verme en esta situación, era humillante. Habían varios pasillos, era un laberinto, uno muy feo, que era esto, ¿Alicia en el país de las maravillas? ¡Carajo! Pero no había seguido a ningún conejo, esto estaba fuera de control.

Seguí caminando y de repente en un pasillo vi una luz resplandeciente, la felicidad había vuelto a mi vida, corrí con todas mis fuerzas hasta llegar a mi objetivo, pero tuve que frenar en seco, eso… eso era un espejo, había una chica pero era yo, pero al mismo tiempo no, en este reflejo había una chica bien vestida, sin ninguna cicatriz en la cara, como las tenía yo, tenía un vestido rojo brillante y uno muy gordito niño en sus brazos, era rubio, y cara pecosa como la mía, ver esta imagen me saco de contexto por un minuto, esta mujer se veía feliz, estaba allí parada y sonriendo.

-¿hola?- me atreví a hablar, definitivamente había perdido la cabeza, estaba loca. Su mirada se cruzó con la mía, y se acercó en ese instante haciendo que retrocediera tres pasos, tenía que tener cautela, ¿será que sufría de esquizofrenia?, no yo jamás había desarrollado algo así

Pero en lugar de hablar se limitó a sonreír, ahora su niño que a la misma vez era mío me sonrió, en mi vida jamás me plantee tener una familia, siempre me pareció patético y poco productivo para mi vida, no odiaba a los niños, por supuesto, pero era mejor tenerlos lejos.

-mamá- hablo la criatura, su voz había sido espeluznante, tenía un eco y de sus fauces salieron gritos de muchas personas, estaba petrificada, así que hice lo que cualquiera persona hubiera hecho, grité y grité tan fuerte que mis ojos de repente se abrieron.

Todo era blanco y tranquilo, el aire estaba lleno de cloro, pero la luz no era cegadora, era tranquilizante, miré hacia al alrededor y había un pequeño sofá con una mesita de noche, ¿qué día era hoy, hace cuánto tiempo estaba aquí y mi familia en donde estaba? Traté de levantarme pero algo me lo impidió, tenía una cosa que rodeaba mi cuello, y había una manguera en mi nariz, me la quite de inmediato.

¿Qué demonios era esto? Vi mis brazos y estaban llenos de colores, parecía una paleta de colores, sentí lastima por la Sofía del futuro, tenía un catéter en mi brazo, por todos los cielos, esto era el infierno en vivo.

La sed volvió de repente y para mi desgracia no tenía un vaso de agua, el dolor de cabeza empezó a zumbarme y las costillas, ¡oh, las costillas! Era un dolor que ni siquiera con todos los analgésicos podía calmar, empecé a gritar de la desesperación que me inundó, las lágrimas eran interminables, de pronto la maquina empezó a chillar junto a mí, me dolían los oídos y la maquina no ayudaba, al segundo como si lo hubiera llamado un ángel apareció un doctor que no pude distinguir del dolor que me estaba asesinando, alcanzaba a oír su voz

-te daré esto, tranquila- ¿tranquila, como iba a estar tranquila? estaba muriéndome del dolor, pero después de esos dolores intensos empecé a sentir menos dolor, eran más calmados y así fue como volví a perder el conocimiento, no, otra vez no, por favor, me encontraría de nuevo con esa mujer y ese niño maquiavélico.

Para mi sorpresa los días se resumieron en lo mismo, dolor, gritar y luego oscuridad, cada vez que despertaba no quería pensar en el sufrimiento que se me avecinaba, pero no podía evitarlo, perdí la cuenta de cuantas vece desperté llorando, no pude ver a mi familia, los extrañaba mucho, ¿en dónde estaban, se habían olvidado de mí, Siempre fue así?

-hija- abrí los ojos con rapidez y me encontré con los ojos de mamá, y papá, ellos estaban aquí, por fin los había visto, empecé a llorar pero de felicidad, mis padres al ver esto empezaron a llorar, ellos me creían muerta y yo creía que jamás los iba a volver a ver.

-Mamá, agua-dije, ella de repente me dio un vaso de agua, ¿acaso lo había previsto? Eso no importaba, me pasó un popote y me lo pasaron a la boca, el agua pasando por mi boca fue tan estremecedora y tan gratificante, era como tocar el cielo, era como nadar en el océano, era tan hermoso como estar en un concierto de tu cantante favorito.

-te habíamos extrañado tanto hija- hablo papá

-no pudieron verme en este tiempo- trate de hablar más estable, ya no tenía sed




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.