Mi Conocido Esposo.

PÁNICO

Entramos corriendo, para encontrarnos a Evelin convulsionando. Mi suegro corre hacia ella, y mete su mano en la boca de Evelin, sujetándole su lengua, mientras un gran grupo de doctores y enfermeras, corrían y nos apartaban a mí y Salvatore.

Estoy aterrado, sin saber qué hacer. Veo como le ponen suero, la entuban. Caigo al piso de rodillas llorando. Salvatore me abrasa, pero veo que él también está asustado.

 Los doctores, no dejan de correr y ponerle cosas a mi Eve, que sigue inconsciente, nadie me dice nada. Mi suegro corre de un lado a otro, hablando con todos. Ordenándoles cosas, que yo no entiendo.

¡Dios, no me quites a mi Eve, ni a mi bebé, por favor, no me hagas eso! ¡Haré cualquier cosa que me pidas dios, pero sálvame a mi esposa y mi hijo! – Ruego una y otra vez a Dios.

— Gabriel, Gabriel –—. Siento que me llama Salvatore. Levanto mi cabeza, para ver a mi suegro delante de mí, me ofrece su mano. Yo le doy la mía, y me ayuda a ponerme de pie. Luego, me estrecha entre sus brazos.

— Por poco la perdemos Gabriel, por poco se nos va—. Y se echa a llorar él también, en mis brazos. Lloramos, hasta que nos calmamos. Salvatore, nos deja solos.

— ¿Qué tiene Eve?

— Todavía, no sé a ciencia cierta Gabriel. No me lo explico. Ha hecho una enorme reacción alérgica a algo, mira como se ha llenado de manchas y ampollas, solo comió una ensalada de frutas y un jugo en la cafetería. No lo entiendo, Eve no es alérgica a las frutas. Tal parece, que le inyectaron alguna sustancia, o la mordió una serpiente venenosa. Pero, no creo que ese sea el caso.

— ¡Sí, sí es el caso mi suegro! ¡Esa mujer, que nos dijo el detective, yo la vi siguiendo a Evelin! ¡Dice Eve, que la pinchó en el brazo justo antes de venir nosotros para acá! ¡Eso fue, lo que le dije que le enseñara cuando llegamos! ¿No lo hizo?  ¿No le enseñó el pinchazo?

— ¡¿Qué?! ¡Vamos a ver donde, ayúdame a revisarla! ¡Eve, no me dijo nada!

 Corremos a la cama, donde Evelin está inconsciente. Enseguida, descubro el raspón, está azul.

— ¡Mi suegro, mire es aquí y está azul!

— ¿Azul? Déjame ver. ¡Oh dios, si le inyectaron algo a mi Eve! Espera un momento, Gabriel. Vamos a amarrarle el brazo, para que no siga corriendo esa sustancia. Buscaré todo, para rasparle eso. Y analizar que cosa es.

 Diciendo eso, sale corriendo, al momento aparecen las enfermeras. Comienzan a preparar todo, debajo del brazo de Eve, como si la fueran a operar. Mi suegro viene con otro doctor. Me sacan de nuevo de la habitación.

No puedo creer que esté pasando esto. Me siento tan culpable, por no haber sabido cuidar a mi Eve. Si no fuera por mí, nada de esto le hubiese ocurrido. Primero, mi papá, y ahora mi Eve. Veo, como se acerca el detective Colombo corriendo.

 — Hola, señor D´Alessi, necesito hablar urgente con Rossi. ¿Dónde está?

— Está adentro con mi esposa. Le inyectaron algo.

— Si lo sé, de eso mismo se trata. Después le explico— diciendo esto, se introduce en la habitación. Veo una enfermera que sale corriendo, para regresar de la misma manera con medicinas en sus manos.

 Estoy desesperado, sin saber que pasa. Salvatore regresa, me trae una botella de agua, y hace que me siente en un banco. Lo hago como un autómata. Otros doctores vienen corriendo. Pero al momento, veo como sacan a Evelin en la camilla, van corriendo hacia el salón de operaciones. Salvatore y yo, los seguimos hasta que se pierden por una puerta prohibida para nosotros.

 Las horas pasan interminablemente. Hasta que, por fin, el señor Rossi sale, blanco como un papel, de sus ojos salen lágrimas. Viene hacia mí, casi llorando.

— Gabriel, oh hijo, perdóname. No puedo hacer nada más.

— ¿Qué pasó señor Rossi? ¿Le pasó algo a Eve? ¿Qué le inyectaron?

— Le inyectaron una sustancia, que provoca aborto espontáneo ligado con otras, que no sabemos aún cuáles son. Pero eso no es lo peor, Eve es alérgica a esas sustancias. Hizo una reacción anafiláctica muy severa. Ya le pusimos antídotos, y le quitaron toda la piel afectada del brazo que empezó a descomponerse. Pero me temo hijo, que puede perder el bebé. Le comenzó una pequeña hemorragia. Le pusieron medicamentos, para ver si logran impedir el aborto. Pero, no tengo muchas esperanzas, porque Eve, tiene la hemoglobina muy baja, no puedo entender por qué. Ella se alimenta bien, la ginecóloga le mandó suplementos de hierro, pero es como si estuviera teniendo una hemorragia interna. Estoy muy asustado Gabriel, ahora vamos conmigo al banco de sangre, tengo que donar sangre para Eve, ya le pusieron la única que tenían disponible.

— Yo también donaré.

— ¿Qué grupo de sangre es el tuyo hijo?

— Ab negativo.

— No sirve hijo, Eve tiene O negativo, solo puede recibir ese tipo de sangre.

— Yo tengo O negativo —. Salta Salvatore de pronto.

— ¿Tienes O negativo? —. Le pregunta mi suegro.

— Si señor, es mi grupo sanguíneo.

— Salvatore, sé que este no es el momento de expresar esto que voy a decir, pero tienes que saberlo ahora, tú eres mi hijo, no tengo ninguna duda de eso.




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