Al día siguiente hablar con mis padres me trajo la paz que tanto necesitaba, estar bien con ellos nuevamente, poder escucharlos y que ellos me escucharan a mí, poder llorar tranquila sin escuchar un “te lo dije” o juzgarme se sintió tan bien, fue liberador.
Ahora, rápidamente ya había transcurrido una semana de que había llegado aquí, Erick siempre me escribe y me dice que me extraña y yo lo extraño a él todos los días como una loca.
Al terminar de desayunar mi padre dice para salir al centro comercial por unas cosas y yo acepto, la verdad me vendría bien salir un rato. Está rondando en mi cabeza la posibilidad de decirle a mis padres de que estoy en una relación con Erick y no sé cómo hacerlo.
Me da miedo su reacción y que digan que es muy rápido. Pero yo siento que nada puede ser demasiado rápido cuando ya nos perdimos una vez y la vida es ahora.
Cuando estoy lista, recibo una llamada entrante de mi amor por WhatsApp. Primera vez que me llama, siempre me escribe, entonces pienso que algo malo pudo pasar así que contesto rápidamente.
—Hola amor, ¿estás bien? —pregunto rápidamente.
—De maravilla cariño. ¿Dónde estás?
—En casa de mis padres amor, vamos a salir al centro comercial y ya estoy lista. ¿Todo está bien?
—Todo está en orden porque he venido a ver a la mujer de mi vida, esa que me roba el aliento.
—No te entiendo—mi mente estaba procesando sus palabras—… o sea, estás…
Pensar en la posibilidad de que esté afuera me emocionaba, así que no lo pensé dos veces y salí corriendo de mi cuarto, baje las escaleras como rayo, abrí la puerta principal y… ahí estaba mi hombre, guapo, imponente y con esa sonrisa que me mata.
Corrí a sus brazos sin pensarlo y el me atrapó, nos abrazamos, me dio un beso rápido en los labios y me observó con detenimiento.
—Estas preciosa.
—Gracias amor, pero ahora me preocupa que mis padres no saben de nosotros, no sé cómo voy a decirles. He querido hablar con ellos, pero tengo miedo a su reacción y…
—Yo hablaré con ellos, van a entender, no te preocupes… déjamelo a mí.
Asentí porque aún estaba nublada por tenerlo aquí conmigo, es la sorpresa más linda que he recibido. Cuando entramos a la casa mi mamá y mi papá estaban en la sala, me pegaron un susto de muerte y quise alejar mi mano de la de Erick, pero no me dejó.
—Señora Alejandra, señor Mario, estoy aquí para hablar con ustedes. No quería que pasara más tiempo.
—Erick, hijo, pero cuánto tiempo—lo saludó mi mamá cariñosamente—será mejor que nos sentemos y hablemos—agradecí a mi mamá con la mirada.
—Si vas hacer a mi hija sufrir de nuevo, desde ya les digo que no aceptaré esta relación—rompió el silencio mi padre.
—Señor Mario lo entiendo perfectamente, pero eso no está en mis planes—Erick se quedó callado, pero luego me miró para ver a mi padre fijamente—. Ustedes no lo sabían, de hecho, muy pocas personas lo sabían y entre ellas mi hermano, le pedí que no dijera nada y alejé a Olivia al propósito para que no sufriera, pero me equivoqué. Ambos lo hicimos, me habían diagnosticado cáncer, era solo un adolescente, tuve miedo y pensé que no lo lograría… cometí el peor error de mi vida—Erick me miró y dijo—: alejar a la mujer que amo y que sé que amaré por siempre. Estoy aquí para que nos den su aprobación y bendición, estamos comprometidos y quiero hacer las cosas bien.
—Bueno… si lo que dices es verdad y mi hija es feliz, no me puedo negar—expresa mi padre—. Todo lo que quiero es que mi bebé esté bien, siga siendo hermosa y radiante, pero sobre todo tenga mucho amor en su vida, sé que la cuidarás bien, ¿verdad? ¿Puedo confiarte mi tesoro más preciado Erick?
—Por supuesto que sí suegro—mi padre soltó la risa—. Mi suegra qué dice… ¿nos da su bendición?
—Siempre hijo, mi corazón jamás se equivocó. Sabía que una razón de peso te alejó de esa manera de mi Olivia. Espero vivan plenamente y nos comenten cuando tengan fecha de la boda. Ahora será mejor que nos vayamos de compras.
Mis padres salieron primero de la casa y nos dejaron un momento solos, Erick secó con cariño mis lágrimas y después me refugié en sus brazos mientras él me apretaba fuerte. Después de todo lo que hemos tenido que soportar y librar para estar juntos… todo ha valido la pena hasta ahora.
—Tranquila, ya podemos estar juntos y tranquilos.
Asentí y salimos juntos de la casa cuando mi padre empezó a tocar la bocina del auto. Al llegar al auto mi padre se baja y deja que mi amor maneje, yo me siento en el asiento trasero con mi padre y emprendemos camino al centro comercial.
Al llegar caminamos poco y aprovechamos para ir a almorzar, el estómago me ruge, entramos en un restaurante italiano los cuatro, Erick me suelta para dirigirse a la anfitriona y pedir una mesa, noto como la chica le sonríe y él le sonríe de vuelta, este no es momento para que me ataquen los celos, pero Erick no colabora. Cuando veo la mesa libre que la chica señala, camino en esa dirección y me siento.
Cuando volteo pensando que es Erick el que ha llegado a mi lado me doy cuenta de que es Nicolás, me sorprendo y el me saluda.
—Hola Olivia, un gusto en verte.
—Hola Nicolás—saludo cortante.
Entonces Nicolás saluda a mis padres amablemente, Erick llega con cara de pocos amigos y se sienta a mi lado.
—Y… el quién es…—pregunta Nicolás.
—Él es…
Mi madre estuvo a punto de presentarlo, pero Erick fue más rápido.
—Mucho gusto me llamo Erick, el prometido de Olivia.
Nicolás sonríe malicioso y dice:
—Con razón ni como amigo me quieres dar la oportunidad linda, pero tampoco mencionaste que estas comprometida, quizás así dejo de interesarme en ti. Permiso.
Nicolás se marcha y siento la intensa mirada de Erick taladrarme. Me siento tan incómoda.
Mi madre habla y se ríe para aligerar un poco la tensión mientras nos traen la comida. Comimos horrible, Erick no dijo absolutamente nada y cuando terminamos canceló la cuenta y salió como alma que leva el diablo del restaurante. Mis padres me dicen que hable con él y arregle mi problema.
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Editado: 07.01.2025