Una tarde lluviosa

Inesperada

Una tarde lluviosa tocaron a la puerta, tenía miedo de girar la manilla... no era habitual que abriera la puerta a extraños, pero aquella vez tuve valor y la abrí... era un joven psicólogo quien tocaba. Con una sonrisa hermosa comenzó hablar; quería ayudarme. Algo empece a sentir en mi corazón al ver a este chico, pero la agorafobia era mas poderosa en ese entonces. Tal vez mi madre fue quien le pidió ayuda, ella se preocupaba porque yo no era la misma de antes, ( yo escuchaba cuando les decía a las personas que la visitaban... )Le cerré la puerta al chico y tocaba una y otra vez, hasta que se marcho. Multitudes de pensamientos negativos cruzaban en mí. A cada segundo me repetía a mi misma que la mejor compañía es la soledad. No comprendo por que mi mente era como paginas en blanco? Pasaron 3 días y el joven regresa... Al abrir la puerta el chico comienza explicar que desea ayudarme, así que le permití su ayuda , no se por que presentí conocerlo anteriormente?... al pasar de algún tiempo encontré en él un amigo; que ayudo a superar lentamente muchos de mis temores. Cada marte de cada mes quedábamos en vernos a la orilla del río que se encontraba atrás de mi cabaña. A él no le causaba molestia que las citas terapéuticas fuesen en mi casa, aunque no logro comprender la razón, mi parte favorita era cuando lanzábamos piedras al fondo del río como símbolo de sacar y hundir los miedos que existían en nuestro ser. Cuando lo hacía, se desprendían muchos miedos de mí y de tal manera esto ayudaba poco a poco abrir la jaula en la que me encontraba. Yo me sentía segura en el aislamiento, pero en el fondo anhelaba ser libre explorar con libertad el mundo que esperaba conocerme.