Dedicado a analuprada, muchas gracias por siempre estar pendiente y comentar❤
Era el día de la boda, Eloise se encontraba nerviosa; pensó en escapar con el dinero que su madre había dejado con Bertha, pero, después de tanto meditar decidió darle una oportunidad al duque.
Su dondella estaba arreglandola, le colocaron el hermoso vestido color marfil, con un hermoso semirecogido que dejaba sueltos algunos de sus hermosos tirabuzones castaños, los cuales iban cubiertos por el velo.
Se puso de pie con ayuda de la doncella, tomó el bastón y se encaminó a la puerta. Bajar las escaleras le era difícil, por lo que debía ser cargada por un mozo. Al pie de la escalera, vestido con un chal elegante se encontraba su padre, quien mantenía la mirada fija en ella, pero al mismo tiempo se reflejaba distante.
-Estoy lista, padre-anunció la joven con recelo.
-Ya era hora, mientras más rápido vayamos, más rápido desaparecerás de mi vida-exclamó impaciente el conde.
Por otro lado, en la mañana el duque se encontraba en su recámara, se encontraba pensativo, taciturno. La duquesa viuda se limitó a observarlo pesaroza, sabía que su hijo no se encontraba bien, a veces se replanteaba el hecho de haberlo arrastrado a esto.
"Serán felices"-pensó, conocía a Eloise, era una mujer dulce, de caracter afable, sería la mujer perfecta para su hijo.
-Querido-le llamó su madre-ya casi es hora de irnos a la iglesia.
-Está bien madre, ¿Me ayudas con los gemelos?-preguntó con tono de súplica. Su madre se acercó y le colocó los gemelos.
-Hijo-comenzó la duquesa-siento que te estoy obligando a hacer algo que no deseas, también se que eres un caballero y dirás que fue tu decisión hacerlo para eximirme de toda culpa-su madre lo conocía tan bien que supo que diría eso, como si hubiese leído sus pensamientos-No se si es lo correcto, pero ella te hará feliz. Ambos necesitan salvarse mutuamente, conozco a ambos y se que se complementarán perfectamente. Si bien sabes como surgió mi historia de amor con tu padre, déjame decirte que el amor puede nacer luego del matrimonio. Pueden llegar a amarse y tener lo que muchos aristócratas no han logrado y es un matrimonio por amor.
-Madre, lo lamentó. Sé que hice esto para ayudarte, pero yo no deseo amor, el amor te lastima y te vuelve débil. Trataré de llevar un matrimonio cordial, pero nada más-terminó por decir el duque, dando por finalizada la conversación.
Se dirigieron rapidamente al carruaje, el camino fue tortuoso para Lord Brishwood. Trataba de aclarar sus ideas, no daría marcha atrás, él era un hombre de palabra.
La ceremonia dio inicio, la iglesia era magnífica, estaba casi toda la aristocracia en la boda, los rumores hablaban de un embarazo, un desliz y otros, los más soñadores se trataban del simple pero complejo amor.
-Su gracia, ¿Acepta a Lady Eloise Hamilton, como su legítima esposa?-preguntó el vicario, a lo cual el duque respondió afirmativamente.
-Milady, ¿Acepta usted a Lord Brishwood, como su esposo?-la respuesta de la joven fue positiva, no tenía más altermativa.
Ambos dijeron sus votos, se juraron fidelidad, honestidad, obediencia, más no se juraron amor. Partieron de la iglesia rumbo a la recepción que sería en la casa del conde, quien se había encerrado en su despacho para arrazar con el licor que ahí había.
Debido al uso del bastón por parte se la novia, el baile de los novios fue un tanto incómodo, el duque tuvo que sujetar a su ahora esposa fuertemente de la cintura para poder efectuar el baile. Eloise estaba nerviosa, la cercanía del duque le ponía los pelos de punta, su aroma masculino hacía volar su cordura haciendola desear nuevamente un beso de quien de ahora en adelante deberá obediencia.
El baile terminó y el duque la dejó al lado de su madre, la cual con ayuda la llevó a la biblioteca para hablar de un tema delicado.
-Querida, como tu madre no está con nosotros y prometí velar por tu bienestar con lo que estuviese en mis manos, debo decirte lo que sucede entre un hombre y una mujer en la noche de bodas-dijo la antigua duquesa a su sucesora-Veras.. La... La noche de.. De bodas-tartamudeó y aclaró su garganta-Esto si es difícil de explicar, sólo te diré que cuando mi hijo vaya en tu búsqueda ésta noche debes obedecer a lo que te diga, al principio dolerá un poco, pero luego será hermoso-terminó por decir dejando a la joven con la cabeza hecha un lío.
-Está bien milady-aceptó-Deseo un poco de limonada, ¿Le apetecería acompañarme?-preguntó y ambas salieron en dirección hacia el salón, donde el duque estaba hablando con un amigo de toda la vida, quien no poseía un título, pero sí una suma considerable como para poder vivir dignamente y con algunos lujos.
Luego de tomar la limonada fueron al encuentro del duque, quien por cortesía presentó a su amigo ante su esposa.
-Milady, deseo presentarle a mi mejor amigo y socio, el señor Crusoe-señaló con su mano extendida al mencionado.
-Es un gusto excelencia-dijo besando la mano de la nueva duquesa haciendo una reverencia.
Al momento en que Eloise contestaría ingresó el conde en el círculo interrumpiendo para hablar con su hija aludiendo que ella se marcharía pronto y no podría despedirse.
Se alejaron un poco del salón, pero no tanto como para no ser vistos por el duque.
-Solo diré una cosa-comenzó el conde-No quiero que te acerques más a ésta casa, desde el momento en que te casaste me libre de tí, tuve que soportarte por años, me repudia ser tu padre, desde ahora cualquier lazo de sangre entre nosotros deja de existir. No deseo que me emparenten con una ramera, porque eso es lo que eres. Pobre de tu esposo, siento lástima por él, es un hombre ilustre que no merece que una mujerzuela que le encanta ver a hombres por la noche en soledad. Si no te maté ese día fue porque te debía entregar al duque, pero siquiera te atreves a venir a mi, te mataré. Ni una palabra de ésta conversación al duque-finalizó su amenaza y salió dejandola con lágrimas acumuladas en los ojos.