Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo siete

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Sonrió despertando, sintiendo el espacio a mi lado vacío, suspirando un poco mientras abro los ojos lentamente. Quedando un poco confundida y solo mirando el cuarto en el que Abdel quiere que esté junto a él.

Aspiro su aroma entre las sábanas, y las abrazo con una sonrisa.

Sollozo un poco algo fuera de lo común en mí, y solo es mi parte lobuna que está triste al no tener a Abdel a su lado dándome calor.

De alguna forma yo tengo que aceptar que ya no es mi amigo y mucho menos el hermano mayor, aunque eso solo lo ponía para no sentirme mal por amarlo en secreto. Él sabe de mis debilidades y de alguna manera me sentiría mal si me dañara usando todo lo que sabe de mí en mi contra.

Aunque piense en que es una mentira, por ambas partes animales siento como lo llaman a él en cada cosa.

Ivanna me quito el miedo que tenía siempre, todos me han dicho que soy una infiel, pero Ivanna solo negó eso y dijo que no todos los conejos son así, ella lleva mucho tiempo con su Alpha y junto con dos hijas. Eso me demostró que otros hablan por hablar sin saber las cosas.

Los lobos nunca piensan correctamente, son demasiado orgullosos y egocéntricos, solo ven lo que quieren y si no les gusta hacen o dicen algo para que sea como ellos dicen. Pero todas las cosas que a veces dicen nunca logran ser verdad.

— Hola melocotón. — Lo miró, sonrió escondiéndome entre sus brazos, aun con la duda de en donde estuvo, pero no digo nada. — Vamos a salir hoy, ¿qué te parece?

Me alejo un poco de él, limpia mis lágrimas, pero agarro su mano. Nadie puede saber de nosotros, eso solo haría que fuera una burla para todos, pero ahora no solo se burlaran de mí, si no, que también de Abdel.

— No.

Digo sin más.

— ¿Por qué? Quiero que todos miren a la gran conejita que tengo, eres hermosa, quiero que todos vean a mi hermosa pareja. — Niego. — Vamos, quiero restregarles a todos que tú eres lo mejor que me ha pasado.

Me agarra de la cintura, pero niego.

— No, se burlarán Abdel.

— No lo harán, si lo hacen tendrán una muerte demasiado tortuosa. Pero será algo satisfactorio de ver para mí. — Niego, lo beso para tratar de cambiar de tema.

— Eres muy sádico para mi gusto.

Murmuró.

— Y tu muy dulce para el mío. — Rio un poco, me carga en sus brazos y paso mis piernas alrededor de su cintura.

— No crees que será raro que ahora seamos pareja cuando éramos amigos.

— No pienses en eso, hay muchas personas que se vuelven novios después de haber sido amigos por largos años. Muchos no están destinados a tener una pareja y solo se juntan con amigos o personas que estén en la misma situación. — Asiento. — Nosotros estamos impregnados y es normal que entre nosotros seamos pareja, y tengamos relaciones...

Gruño.

— Abdel. — Ríe. — Espera, pero tú me tratas como niña pequeña, eso no suena algo normal.

— Lo dice la que usa pijamas de ositos y unicornios.

Lo miro mal y golpeó su hombro; — Me gusta como ellos son.

— Está bien, tú me dejas cuidarte como mi Alpha me lo pide y tú sigue portándote como tú más quieras.

Miro a mis lados notando que estamos en el comedor, me deja en una silla, observó toda la comida en la mesa y sonrió dulcemente. Se inclina hacia mí y me pongo nerviosa.

— Prepare todo para ti. — Pone un mechón detrás de mi oreja.

Comienzo a comer recibiendo caricias en mi cabello departe de Abdel, me cuida tanto como siempre quiso, pero yo nunca se lo permitía, ahora es más algo que debo tomar a la ligera, es algo de su sentido lobuno que al verme vulnerable tiene que cuidar y protegerme.

Cuando termino de comer miro mi pijama, frunzo mi ceño, en verdad visto como una niña pequeña, miro a Abdel cuando regresa de la cocina y juego con mis manos.

Es la única ropa que me queda bien, pero nunca he visto más allá que la sección de niñas. Me quede estancada en los bellos recuerdos cuando mi tía compraba ropa para mí que no sé qué ponerme o como vestirme bien.

Y aunque no quiero que me vea como una niña, no sé que hacer, no me gustan los lugares con multitudes. Pero necesito ropa para verme más de mi edad, soy una mujer, pero también me da miedo enseñar mi cuerpo, quiero que él me vea como una mujer. Tendré que ir a comprar ropa aún con mi miedo a las multitudes, si le digo a Abdel no me dejara ir sola.

Me da vergüenza que él vea la ropa, la desaprobaría de seguro o puede que alguna de esas lobas que lo quieren lo convenza de algo, me dejaría sola en ridículo ante las demás miradas. No puedo imaginar a Abdel con otra en la cama, aunque nunca vi eso de él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.