Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo trece

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Acomodo su corbata con algo de vergüenza, recuerdo todo lo que sucedió ayer y solo me sonrojo por esos recuerdos, sonrío lentamente mirando como modela su traje para mí.

— Me veo bien. — Asiento, suspiro por su mirada que indaga por toda mi alma y solo giro mi rostro hacia otro lado.

— ¿Ya puedo cambiarme? — Agarra mi cuello, me acerca más a él pasando su mano por mi cintura. Juega con la bata que tengo puesta, niego a tener algo en la casa de él, después de estar algunos momentos en nuestra casa, parece experto en esto, de tener relaciones sexuales.

Sale de la habitación negando por saber lo que hace conmigo, me pongo un vestido que fue entregado por su madre para que yo usara mientras estemos en la cena de hoy. Me miro en el espejo sonriendo por como el vestido se ajusta a mí.

— Pareces una pequeña niña emocionada.

Lo miro por el espejo, está recargado en el marco de la puerta, sus manos están dentro de sus bolsillos, sonríe burlonamente caminando hacia mí y bajo mi rostro sonrojado.

— Ya no me digas pequeña niña, es raro. — Murmuró haciendo un leve puchero.

— Soy mayor que tú. — Entrecierro mis ojos negando.

— Solo un año mayor, Abdel.— Se encoge de hombros, me pega a él con fuerza y gruñe, me enganchó en su cuello con una leve sonrisa mirando sus hermosos ojos.

— Lo sé, pero aun así soy un año mayor. Respeta a tus mayores. — Dice burlonamente, me alejo de él cruzándome de brazos, sacó sus llaves al ver un peluche de conejo colgado en sus llaves. Lo miro lentamente y bufo.

— ¿Cuándo compraste esto?

— Se lo compré a Jazmín. — Alzo mis cejas. — Bueno, me lo vendió diciendo que se parecía de seguro a ti y recordé la vez en que escapaste como una pequeña bola de pelos y me convenció.

— Eres muy fácil de convencer. — Me vuelve a agarrar de mi cintura alzándome un poco para no escapar de él.

— ¿Quieres probar cuán fácil soy?

Niego lentamente con una diminuta sonrisa tratando de tener algo de espacio y que nadie nos vea en una comprometedora situación.

— Ya están aquí. — Me besa distrayéndome, agarra mis manos pasándolas por encima de mi cabeza, dejándolas contra la pared. Agarra mi cintura con su otra mano y jadeo cuando baja sus labios.

— Siempre usas tus orejitas cuando quieres, más cuando sabes lo que podría pasar. — Besa mi cuello, muerdo mi labio con fuerza. — Si no fuera porque asumí el cargo de Alpha, estaríamos encerrados sin salir, estuviera disfrutando de tu cuerpo.

Tragó duramente, sonríe haciendo que se note su hoyuelo en su mejilla derecha y me acerco poniéndome en puntitas besando ese hermoso hoyuelo. Me mira con ternura y sonríe.

— Me tengo que preocupar de algo Don Juan. — Se inclina hacia mí para que ya no este yo de puntas, me carga para que no salga corriendo como tenía planeado.

— No soy un Don Juan, ¿qué he hecho para que creas eso? — Entrecierro mis ojos cruzándome de brazos. — Giovanna, ¿cuándo me has visto salir con alguien?

Me encojo de hombros; — No tienes que preocuparte de nada, solo tú has estado a mi lado, no lo he dejado en claro.

Me sonrojo bajando mi mirada nerviosa, alza mi rostro y me besa lentamente, niego alejándome de él.

— Y, ¿cómo estás seguro de que yo era virgen antes de... eso? — Entrecierra sus ojos dejando que salga de la habitación.

— Creo que te protegí demasiado bien como para saber que eres más virgen que cualquier otra de esta manada. Te cuide al igual que yo me cuide. — Entrecierro mis ojos, bajo las escaleras, seguida de él pensando en qué decir.

Cuando estoy a punto de hablar, Jazmín llega, Abdel la carga en sus brazos.

— Abdel, ¿no crees que deba de estar aquí? — Ladeo mi rostro. — Soy la adoptada, no creo que deba de estar aquí.

— Eres mi hermana, Jazmín. Y yo soy el Alpha, y yo digo que debes de estar aquí conmigo. — Jazmín se terminó sonrojando, ella siempre ha sido tan tierna. Su familia nunca la he visto, la biológica, solo sé que Esmeralda la adoptó. Pero Jazmín siempre siente que es un peso, por eso Abdel se hace cargo de ella.

— Abdel, cariño. Baja a tu hermana, tu traje se arruga. — Rio un poco y cargo a Jazmín con una sonrisa. No he entendido por qué se ve un desprecio a ella, pero no es bueno eso.

Siento la mirada de Abdel quién sonríe aun así bajo a Jazmín por la mirada de Esmeralda. La agarro de la mano, ya que Abdel y yo estamos enfrente por ser los líderes de la manada. Abdel pasa su mano por mi hombro y solo sonrío nerviosa.

Miro hacia un lado, ahí están los padres de Abdel, es raro ver como el papá de Abdel es cariñoso y hasta me da miedo. Él es demasiado rudo, más que Abdel, verlo realmente te espanta y solo te asusta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.