Capítulo diecisiete

𝐀𝐁𝐃𝐄𝐋

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Gruño, cuando ese renacuajo se acerca a Giovanna, estoy con los brazos cruzados al lado de la chimenea. Mi mamá aún está aquí por ver a Jazmín abrir sus regalos, sé que la quiere, pero hay veces en la que es estricta con ella. Observo mejor a mi hermana y tiene un collar, frunzo mis labios y luego miro a ese torpe niño que pasa su brazo por los hombros de Jazmín.

— Aleja tu brazo de ahí. — Todos giran a mirarme con algo de miedo al haber usado mi voz de alpha para que ese niño me haga caso, sonrió cuando aleja su brazo mientras me mira con la misma intensidad.

Todos vuelven a sonreír mientras Jazmín los distrae con su adorable sonrisa al abrir el regalo de papá, miró a cada una de las personas y frunzo mi ceño al ver como mamá mira con enojo a Jazmín a causada de Javadd.

De que demonios no estoy enterado.

Quisiera hablar con Jazmín sobre lo que vi, pero eso le incomodará y Giovanna me hizo a entender que puedo dejarlo pasar por el momento. Pero debo de mantener vigilado a Javadd y que no le haga daño a mi hermana, como su hermano lo hizo con mi conejita.

Arturo lastimó mucho a mi conejita risueña y no dejaré que le hagan lo mismo a mi hermana.

— Abdel. — Giro mi rostro hacia mi mamá que me llama y la sigo. — ¿Javadd se ha portado bien?

Asiento con mi mirada seria, algo normal que todos ven en mí.

— No hemos tenido un problema con él, ha sido educado y no nos falta el respeto.

Asiente lentamente.

— ¿Por qué te comportas de esa manera?

Me mira confundida. La miro seriamente antes de que mi padre nos interrumpa, sabe que no me gusta el mal trato que a veces le da a Jazmín, solo por ser estricta de una manera diferente al no ser su hija biológica.

— Está bien, no me interesa. — Digo seriamente. — Jazmín se quedará conmigo a partir de hoy, prefiero que viva conmigo a que sufra malos tratos.

Mi madre refunfuña, pero no le pongo atención y regreso a la sala donde están los niños y Giovanna.

— ¿Dónde estabas?

— Por ahí. — Beso sus labios con una sonrisa. — Jazmín se quedará con nosotros a partir de ahora, así tampoco estarás sola en la casa.

— Eso me agrada, ella se la a pasado genial aquí. — Murmura con una diminuta sonrisa. Agarro su mano y la entrelazo con la mía, beso su mano con una sonrisa.

Suspiro lentamente, recuerdo un poco como fue nuestra primera vez. Al principio me preocupé tanto por hacerle daño, pero ella me fue tranquilizando. Estaba asustado y aunque no lo mostrara ella solo me tranquilizaba a mí.

Miro como sonríe mientras Ingrid habla con ternura sobre lo que sucedió en la fiesta cuando todos desaparecimos, y miro confundido a Jazmín, la cual solo baja la vista nerviosa. Pienso en lo que Giovanna me ha dicho y no quiero pensar que Javadd hizo tales cosas con mi hermana.

Aunque no lo creo, pero no me parezco tanto a ese renacuajo. Así que debo de tener precauciones con él y su comportamiento.

— Que tal si preparas tus deliciosas galletas, Jazmín podría ayudarte.

Asiente con una sonrisa, se levanta y solo bajo mi mirada a sus caderas y luego su trasero, el cual apretuje tanto que mis manos quedaron marcadas en ese hermoso trasero. Bajo mi rostro ocultando mi sonrisa mientras pienso diversas cosas en hacer cuando estemos solos.

Alzo mi rostro cuando sale del lugar y solo miro a Javadd.

— ¿Qué hiciste con mi hermana?

Nos miramos seriamente, se levanta dejando a un lado los regalos de Jazmín y se pone enfrente mío. Alzo mi ceja y él hace lo mismo, si Giovanna nos viera se estuviera burlando por los mismos gestos que hacemos.

— Nada que te incumba. — Aprieto mis manos, arremango mi camisa y me cruzo de brazos inclinándome más hacia él.

— Te vi, y no me gusta lo que hiciste. Ella será menor cuando cumplas la mayoría, ¿te comportarás igual?, es algo que no sabemos y no estoy seguro de que sea bueno que sigan juntos después de que seas mayor.

Se cruza de brazos con una mirada de despreocupación.

— No, solo esperaré paciente. Pero si la alejan de mí tomaré represalias.

— Astuto, pero ¿qué pensará Jazmín de ti? Yo no estoy en contra de ustedes y que estén destinados. Pero no significa que no haya personas que se interpondrán, y tampoco estoy de acuerdo a que le provoques daño. Si es así, haré todo lo que pueda para que tu manada desaparezca.

— Lo sé, pero no me dejaré controlar como tú. No soy un estúpido.

Nos miramos por unos segundos en silencio, entrecierro mis ojos y sonrío.