Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo veinticinco

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Abrazo con fuerza las mantas a su cuerpo, despertar por primera vez en su madriguera fue algo que no le gusto, su Alpha había desaparecido sin dejar un rastro o sin siquiera avisarle, tenía tantas emociones mientras solo extrañaba el aroma fuerte de Abdel.

Solo con ese aromo estaba más ajusto en aquella madriguera, una que le gustaba tanto por ser construida por su Alpha.

Se estiró un poco antes de levantarse, las verdes esmeraldas de la persona que tanto amaba la observaban con encanto mientras ella no parecía mostrar una linda imagen, pero para los ojos de quien la amaba era la más hermosa en cualquier estado.

— ¿Ya no estás enojada? 

Trato de ser lo más tranquilo en ese momento, su conejita se había dado cuenta de que aquella marca solo fue temporal y aparte Giovanna seguía enojada por no ser tomada en cuenta en algo. Le gustaba verla segura mientras se enfrentaba a su Alpha, eso para Abdel era lo mejor y no se sentía mal por las palabras de ella. Ella poco a poco estaba adquiriendo seguridad, una que siempre le ha hecho falta.

— Si sigues diciendo que no, me iré de este lugar y no regresaré.

— Si eso es así, mi conejita estará indefensa.

Rugió provocando que Giovanna temblara un poco, sus miradas chocaron mientras no sabían qué hacer ambos. Abdel la tomo en sus brazos y se sentó en el suelo para estar frente a su conejita.

La tenía a horcajadas encima de él, completamente embobado por la belleza natural de su conejita, no quería soltarla y tampoco quería que ella lo dejara a un lado. Intentaba hacerla feliz a su forma segura, donde nadie más la lastimaría.

— ¿Dónde estabas?

— Asegurando los perímetros para mantenerte a salvo mi dulce melocotón. — Un sonrojo atrapo las mejillas de Giovanna, que lentamente reposo su rostro sobre el pecho de Abdel en un intento de "esconderse".

— Estoy triste, por no verte cuando despierto, quiero que mi Alpha este a mi lado mientras despierto, ¿eso se puede hacer realidad? — Abdel la despeino un poco mirándola con ternura, no podía evitar verla así cuando tenía a lo mejor en sus brazos.

Giovanna sonrió tímidamente, la mirada profunda de su Alpha la estaba comiendo. Siento esas grandes manos, a veces debía admitir que los dedos de Abdel eran parte de esos sueños húmedos que tenía en ocasiones.

— Lo siento, debo de asegurar que no haya peligro para ti. Destruiría todo si algo le pasa a mi bola de pelos. 

Aseguro, antes de devorar los labios de Giovanna.

Quería que su conejita no se enojara con él, quería darle todo a Giovanna, pero aún no estaba seguro de que el ambiente alrededor de ella fuera lo suficiente bueno como para no sentirse insegura después.

— No creo que sea para tanto...

Quería hacerlo volver en sí algo que logró, escucho ese sensual gruñido en su oído mientras esas grandes manos envolvían su cintura reincorporando a ambos, los pensamientos de Abdel estaban revueltos.

Quería que ella entendiera cuan importante es para él y que se diera cuenta de cuanta veces él dio todo por ella sin recibir nada a cambio.

— Claro que lo es, no me importa ir al infierno por matar a almas sin razón de vida. Mientras tú estés a mi lado todo se convierte en un paraíso, nada más me importa solo tú.

— Yo quiero sumergirme en ese infierno junto con mi Alpha.

Toco la nariz de Abdel con ternura provocando fallas en el corazón de ese gran Alpha, nadie imaginaria que una pequeña conejita le daría tantos problemas en el corazón como ella lo hacía.

Una gran erección se manifestó en aquel Alpha, una que siempre era provocada por su melocotón involuntariamente. Se contenía por tener un momento lindo con ella sin que sus problemas en la entrepierna dañaran aquello.

— Te llevaré conmigo, no te preocupes bolita de pelos. — Beso esos pomposos labios que lo llevaban al paraíso, estrujo ese gran trasero que únicamente sería para él. Giovanna solamente lograba morder su labio inferior para no provocar más a su Alpha calenturiento.

Moldeo con delicadeza ese trasero que tanto lo hacía tener fantasías y solamente se detuvo al ver como ella se rascaba el cuello, Giovanna deseaba de igual forma esa marca por lo que su cuello picaba imparablemente al lado de su Alpha.

Su omega interior le estaba exigiendo la marca, una real y le pedía a ese Alpha que fuera duro con ella y que la marcara. Su cuerpo se estaba preparando para portar su marca y sobre todo a sus crías.

— Si te sigues rascando te dejará una marca y no la que quieres. — Agarró con delicadeza el rostro de Giovanna, saco una pomada de su bolsillo, la misma que siempre tenía a mano por si su conejita sufría de algo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.