Capítulo veintiséis

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Giovanna mantenía una sonrisa mientras su Alpha cuidaba de su cuerpo, aquella sesión donde él pasaba sus manos por los lugares más delicados de ella parecía no tener fin. Se había caído torpemente mientras corría con Jazmín, salió con algunos raspones en sus piernas y codos, por lo que Abdel no la ha dejado moverse.

— ¿Puedo pasar? 

Abdel asintió mientras Jazmín quería pedir perdón por lo ocurrido, fue su idea el jugar con Giovanna y ella salió lastimada, con la mirada baja extendió sus manos con una carta en sus manos y bombones en una bolsa que ella misma decoro.

Giovanna frunció un poco su rostro al mirar lo que aquella pequeña niña hacía y con una sonrisa acepto aquello.

— Quiero pedirte perdón por lo que hice.

Ambos la miraron con una sonrisa, Abdel la sentó en una de sus piernas y Giovanna agarro la mano de Jazmín. Sin duda cuidarían la inocencia que ella tuviera en ese momento en donde es una niña de apenas doce años.

— No hiciste nada, Jazmín. No tenías que preocuparte.

Jazmín sonrió lentamente mirando a su hermano y la pareja de su hermano.

— ¿Entonces, no están enojados conmigo? — Giovanna negó, Abdel beso la frente de Jazmín, quien rio tiernamente antes de que su hermano la pusiera en la cama junto con Giovanna.

— Lo que me preocuparía es que tú estuvieras enojada con nosotros, florecita. 

Jazmín abrazó a Giovanna antes de mirar a su hermano y negar, ya que ella creía que nunca estaría enojada con su hermano. Él siempre la cuidaba y nunca la hacía a un lado, era su persona de más confianza, por lo que siempre estaba feliz cuando estaba al lado de Abdel.

— Nunca. — Beso a ambos en la mejilla. — Abdel, ¿me puedes poner poquita pomada? Yo también tengo un raspón aquí.

Señalo una parte de su brazo donde había un raspón, recargo un poco su cuerpo cuando Abdel comenzó a poner pomada en su brazo. Giovanna compartió los bombones de chocolate que Jazmín le había dado con ella, en un momento ella pensó en que hubiera estado feliz de que Giovanna la hubiera adoptado y fuera su mamá.

Pero se sentía agradecida con Esmeralda y sabía que lo que hacía siempre era para mantenerla segura, aunque a veces su mamá fuera dura. Jazmín siempre la quera en su pequeño corazón.

— Espero de grande tener a una pareja como tú que me ame tanto.

Murmuro imaginando como sería eso, aunque aún era pequeña, sabía lo que quería y quería que su pareja se pareciera mucho a su hermano por la forma en la que siempre la cuidaba y procuraba. Ya que aun cuando su hermano tiene a alguien, siempre se hace tiempo para ponerle atención a ella.

— ¿Qué te parece si hacemos un pastel?, habías dicho que querías aprender.

Giovanna llamó la atención de ambos, parecía que aquellos raspones ya habían sanado en su cuerpo y ahora estaba de pie junto a la puerta mirando con una sonrisa a Abdel y a Jazmín. Jazmín asintió yendo hacia ella y agarro su mano mientras comenzaban a caminar rumbo a la cocina.

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Abdel recargo su cuerpo contra el refrigerador esperando con paciencia a que su conejita y su hermana terminaran de jugar con la crema para el pastel. Esperaba pronto dejar unas crías en el vientre de su conejita para así poder mirar esa misma escena, pero ahora con sus hijos.

Tenía algo en lo que no tenía que fallar y nunca dejaría que su conejita se fuera de sus brazos, siempre la tendría junto a él como había prometido y como había dicho con orgullo.

— ¿Puedo lamer la cuchara antes de que la laves? — Giovanna asintió mientras Jazmín comenzó a lamer la cuchara llena de crema, después de un tiempo habían terminado aquel pastel.

Abdel tomo a Giovanna de la cintura queriendo atención de su omega por haberlo dejado a un lado mientras cuidaba de Jazmín. Giovanna sonrió un poco mientras limpiaba algunas de las cosas que usaron, Abdel paso a estar sentado junto a su hermana después de unos minutos en donde aprovechaba para agarrar de aquella crema con sabor a fresa.

— Es tu pastel de vida, hermanito. 

— ¿Oh, en serio? — Jazmín asintió con una sonrisa sin dejar que Abdel siguiera comiendo de la crema que ella había ayudado a preparar. — ¿Cuál será mi regalo?

Acerco un poco su rostro hacia Jazmín, una que rápidamente corrió para no revelar nada, Giovanna miro de brazos cruzados a Abdel que con la única intención de tener un momento solo para ellos hizo que su hermana se encerrara en su cuarto por aquella inocencia.

— Sabes que ella es muy mala guardando cosas, ¿por qué hiciste eso?

Se incorporó con una sonrisa, se acercó poco a poco hacia Giovanna hasta el punto de dejarla atrapada contra la encimera de la cocina.