Capítulo veintiocho

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

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Solo mío.

Pienso y rio lentamente, salgo de mi madriguera, observo con una sonrisa todo mi alrededor. Abdel había decorado muy bien el sótano, había pensado que no era algo útil el lugar, pero esto es sorprendente.

Mi Alpha es solo mío ahora, después de marcarme estoy más que feliz y también después de que me dejará marcarlo me asegure de que su cuerpo aceptará mi marca. Es muy difícil que un Alpha se deje marcar y que esa marca se selle por completo.

Así que estoy más que feliz.

— Escuche de tu coneja, ¿es cierto?

Mi interior se revuelve al escuchar eso.

Me detuve, estaba tan sumergida en mis pensamientos que no preste atención a otras cosas, salí de la cocina y escondí mi aroma de él lo mejor que pude. Había escuchado esa voz antes, de algún lado la había escuchado y no estoy loca.

— No te interesa.

Temblé por su fuerte voz, estaba enojado y yo estaba confundida.

— Está bien, pero Alpha tú dijiste que serías mío. — Flora, si es ella una bruja engañosa que siempre quiso a Abdel. Pero si son ciertas sus palabras, ¿Abdel jugo conmigo? — ¿No recuerdas?

— No, no recuerdo.

Me acerco un poco más para mirar mejor, ella tiene sus brazos alrededor de él, se miran de la misma forma y solo hace que en mi estómago se haga un nudo, soy muy sensible para esto y estoy confundida.

Mi mente despierta haciéndome aún más insegura sobre que hacer, podría ir hacia él y alejar a Flora porque en serio me enoja esto, pero mi mente solo piensa en una cosa ¿Se burló de mí?, mi naturaleza se entristece tanto que no tengo ánimos como para ir a reclamar.

¿Me uso?

Todo mi alrededor da vueltas y es algo que no puedo confrontar, me retiro del lugar entre lágrimas. Camino alejándome de la casa esperando tener paz y esperar un poco para que lo que siento pase.

— No está en tu casa, podríamos tener algo rápido, no lo notará, es una coneja muy estúpida.

Tapo mis oídos, ¿lo soy?, observo el cielo por unos minutos mientras me pierdo en las estrellas, termino recargando mi espalda en un árbol y cierro mis ojos para respirar con calma. No estoy segura de lo que ocurre a mi alrededor y todo me da miedo.

En estos momentos me niego a usar mi buen oído para escuchar esa plática o cualquier otra cosa que estuviera pasando, me siento mal, mi interior es como un remolino lleno de emociones. La última vez que me ocurrió esto fue cuando me convertí en lo que soy.

Algo que no quisiera ser, imaginarme como sería este momento en donde me enfrento con Flora, es un sueño que no creo nunca lograr.

Observo aún más el oscuro cielo, eran miles o millones de estrellas. Así como el cielo oscuro necesitaba tantas estrellas, Abdel ocupa a una loba fuerte y no a una insulsa mestiza que es débil.

Me siento en el césped queriendo esconderme de todo entre las grandes plantas que hay en el bosque mientras lloro.

¿Por qué siempre me ilusiono?

Soy tan débil, sé que lo soy y no quiero serlo.

Oh, Luna, ¿tenía que ser una mestiza?

¿Por qué no solo una loba que si se pueda transformar?

Espera un segundo...

Mi marca, él dejó que esa marca se finalizara.

Me reincorporo rápidamente y casi salto de mi lugar tocando mi marca con esperanza, si no me amara o si solo me usará tampoco él no dejaría que esa marca pequeña se formará en su clavícula. Ningún Alpha deja que su orgullo se manche por algo insignificante. Pero yo para Abdel no soy insignificante.

Tonta

Tonta.

Fresas podridas.

Merezco ser tan hueca como una calabaza sin semillas que solo tiene cascará.

Miro a mi alrededor y trato de caminar hacia donde pienso que es el camino a casa. Pero termino perdida, no se hacia donde voy, así que me detengo, ¿y si mejor espero a que él venga por mí?, si sería lo mejor. Porque soy una cereza agría que no sabe pensar, a esas nadie las quiere.

Escucho un ruido y me encojo más en mi lugar asustada, un aroma horrible comienza a inundar el lugar mientras solo intento esconderme en los arbustos.

Seco mis lágrimas que parecen no tener fin mientras me siento mareada, aquel aroma me hace sentir cansada en un momento así, quisiera sentir a Abdel cerca, pero es imposible, lloro con más fuerza sintiendo mi cuerpo más pesado al igual que mis ojos.