Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo treinta y tres

𝐀𝐁𝐃𝐄𝐋

𝐀𝐁𝐃𝐄𝐋

Remember...

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Mire entretenido como ella jugaba con su peluche, lo vestía y le decía que era lindo, algo que me parecía tierno de ella. Sus ojos azules me miraron en un momento y un sonrojo cubrió sus mejillas, algo que llamo mi atención y provoco que mis orejas se sintieran calientes, de seguro estaban rojas.

— ¿Sucede algo?

Pregunto inquieto al no saber que le sucede, su mamá aparece cuando escucha eso, pero al ver que no es nada se aleja algo que me pone feliz al no tenerla junto con mi lunita.

— Abdul dice que quiere un papá.

Extiende su peluche y lo agarro mientras su risa se escucha algo que me hace sonreír, ella siempre es tan buena, tiene un gran corazón lleno de ternura. Estoy seguro de que nunca me aburriré de aquella ternura que ella siempre porta, tampoco dejaré que deje su ternura a un lado cuando es lo que más me encanta de ella. 

— ¿No tiene papá? — Niega, se acerca un poco a mí antes de alejar su mirada de mí y observar otro lugar. Giro mi rostro odiando que Aiden aparezca cuando yo solo quiero a mi lunita para mí solo, quiero jugar con ella y probar lo que cocina en su cocina de juguete.

Hace unos brownies deliciosos en su horno y son solo para mí.

— Hola Aiden, hice brownies. — Dejo  a un lado a Abdul y me termino todos los brownies mirando mal a Aiden, mamá dice que soy celoso como papá.

Pero no me importa.

— No importa, yo traje una tarta. Dijiste que querías hacer un pícnic, así que mami me hizo una tarta. 

Gruñí mirándolo sin encantarme que se quiera ver bien para mi lunita, cuando tome mi puesto lo enviaré lejos y si no es así convenceré a su padre y al mío para enviarlo lejos por largos años.

— Eso no está bien Abdel. — Agarra a su peluche mientras niega, el puchero que hace en sus labios hace que mis ojos brillen por ver a la niña más hermosa en lo que llevo de vida. — Aiden, Abdul está feliz de que estés aquí, tú serás su tío.

Cuando está a punto de pasarle el peluche lo agarro yo mismo sin dejar que toque a Abdul, entrecierro mis ojos con disgusto porque sea el tío del peluche de Giovanna.

— Me lo estaba dando a mí. 

Me encojo de hombros sin importarme lo que él diga, Giovanna enojada me quita a Abdul y se lo da a Aiden, aunque no me importa mucho, ya que verla de esa forma la hace ver demasiado tierna a mis ojos.

Soy el niño más afortunado por tenerla como amiga y futura lunita.

— Eres un padre malo, no quiero imaginar lo malo que serás cuando tengas hijos. — Niega cerrando sus ojos, la risa de Aiden hace que lo mire y él solo se va corriendo.

Creo que no le gusto cuando lo aventé hacia un árbol, aunque le falta enderezar su otra pierna.

Miro a Giovanna que está de brazos cruzados, algo que aunque parece lindo no me gusta por ver que ella está enojada conmigo, creo que debería enojarse más con Aiden, que se llevó a Abdul sin el consentimiento mío.

— Te prometo que seré un excelente papá que siempre protegerá a la mamá de mis hijos. Nunca seré un mal ejemplo para ellos.

Miro como sonríe, besa mi mejilla, algo que provoca que mis orejas ardan nuevamente. Bajo mi rostro por un momento sonriendo un poco, mi lunita me quiere y eso me emociona.

— ¿Tú sabes como se tienen los bebés? — Niego. — Yo si, mami me enseño como.

La miro interesado, me acerco más a ella y pone su mano en mi oído antes de hablar, algo que hace que me sienta nervioso.

— ¿Y como se tienen?

— La diosa luna los baja del cielo, dice mamá que cuando te juntas con alguien debes de pedir con mucha fe hacia la diosa luna y ella al ver que seas buena persona trae a un bebé para ti. Dice que el cielo se ilumina y desde allá arriba. — Señala el cielo con su pequeña mano. — Baja la diosa luna con un bebé en sus brazos.

Miro atento el cielo y cierro mis ojos pidiendo tener de grande un bebé con mi lunita. Y si la diosa luna no lo cumple tendremos cuentas que arreglar, abro lentamente mis ojos mirando como ella tiene cerrados los suyos mientras frunce el ceño.

— Papá solo me dijo que cuando sea gran entenderé, pero es algo fácil de entender ahora. Solo hay que cerrar los ojos y ser pacientes. — Ella me miro y asintió.

Comencé a reír al ver como Aiden se acercaba, parecía que se había caído y solo escuche el grito de Giovanna, quien corrió alarmada, algo que me hizo sentir celos, pero me calme cuando agarro a Abdul en sus brazos.

— Le diré a mi papá que tú fuiste. 

Chasqueo mi lengua contra mis dientes sin poder creer en lo que Aiden dijo, Giovanna le da un golpe en el hombro mientras lo mira mal, algo que me hace sonreír al ver como ella me defendió.




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