Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo treinta y cinco

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Giro mi rostro observando todo a mi alrededor, sonrió un poco pasando mis dedos por mi marca que se ha sido algo que me ha encantado. Me incorporo temblando, camino un poco deteniéndome al sentir como todo mi sistema se viene abajo por fuertes temblores en mis piernas.

El fuerte dolor en mi interior al sentir un vacío grande dentro de mí que solo sería llenado por Abdel me hace jadear adolorida. Camino un poco tratando de no caer y quedar completamente inconsciente por tantas sensaciones.

El rico olor que Abdel emana me hace gemir al instante, trato de ser consciente de mis movimientos, no pensé que mi celo llegara en este momento. Ya que faltaba aún para eso, por lo que es sorpresivo y del cual no me prepare.

Alce mi mirada mirando que Aiden también estaba aquí, Abdel rápidamente se dio cuenta de mi presencia y dejo a un lado lo que hacía. Me carga con solo un brazo, mira mi rostro por un momento antes de sonreír, mis mejillas de seguro están rojas por el calor que siento en mi interior, uno que crece por él.

Muerdo mis labios mirándolo, soportando mi celo con todas mis fuerzas para no perderme rápidamente en esa nebulosa llena de lujuria.

— Haz lo que te dije, mañana... no, la otra semana nos vemos para seguir hablando de ese tema. — Aiden asiente, aunque quisiera preguntar, no puedo porque solo quiero que Abdel cuide de mí y me ayude.

— Que tengan una linda semana.

Me avergüenzo por sus palabras, aparto mi vista escondiéndome entre el cuello de Abdel olfateando su aroma con más calma.

— Oh, mi bella conejita, ¿por qué no me habías dicho que tu celo era en estos días?

Aprieto su camisa pidiéndole que por favor termine con ese dolor, no es algo que soporto, antes era más fuerte ante un celo, pero cercas de Abdel y marcada por él soy más sensible.

— Por...por favor. — Balbuceo.

Restriego mi nariz en su cuello llenándome de su aroma, jadeo cuando me deja sobre las sabanas de la madriguera, me deshago de la poca ropa que tenía encima observándolo inquieta.

Mi respiración sube y baja rítmicamente, niega mirando que no me importa nada en ese momento, solo que él calme ese dolor agudo en mi parte íntima. Mis líquidos escurren entre mis muslos mientras soy cargada por él cuando regresa del baño y lo beso queriendo que haga algo rápido en este momento.

— En un momento conejita, primero tenemos que calmar esa temperatura.

— La puedes calmar haciéndome otra cosa, por favor. Lo necesito. — Restregué mi trasero contra él, contra su trozo grande y grueso que quiero que este dentro de mí.

— Vaya, nunca pensé que dijeras tales cosas. Andas caliente pequeña.

Sentí lo frio del agua y únicamente me dejé caer contra su pecho, hice círculos con mi dedo en su pecho. Tenía razón ando caliente, pero aun así su aroma hace que mi interior delire y ruegue por él.

Por los santos dioses de los postres, no podre soportar más esto.

— Quiero, por favor.

Alce mi mirada, bajo la suya para mirarme y me beso antes de seguir regresando a lo que hacía, era muy delicado conmigo y me daba tanta comodidad, pasaba aquella crema con demasiada concentración mientras yo me perdía cada vez más.

— Ya estás lista pequeña. — Dijo terminando de ponerme un tipo de crema, algo que él disfrutaba mucho. Intentaba permanecer de pies y no caer por el dolor que solo me provocaba.

Sentí como enterró su rostro entre mis piernas y casi caigo sintiendo su lengua. Me agarré de un barrote de metal sosteniéndome ante esas sensaciones, paso mis piernas por encima de sus hombros devorando cada centímetro de mi intimidad.

Gimo descontrolada, mi cuerpo está sensible a cada toque o roce que él haga en mí, estiro su cabello enterando más mis dedos en este mientras mis piernas tiemblan.

— Dulce, dulce, dulce.

Me agarra de la cintura y jadeo por la fuerza con la que me agarra, besa mi rostro por completo provocando que me sonroje. Agarra mi cadera, poniéndome firme, sigo perdida entre un orgasmo mientras él solo besa mi cuerpo.

Me saca de mi razón cuando al fin obtengo lo que pido, volviéndose corta mi memoria y solo siento miles de sensaciones perdiéndome entre cada una de estas.

— Bolita de nieve. — Escucho a lo lejos mientras soy embestida por él, no soporto más contra aquello y me pierdo entre una nebulosa placentera sin comprender lo que sucede en mi alrededor.

☽♥︎☾

Mi mente se recuperó mientras cada fibra de mi cuerpo seguía sensible. No recuerdo nada para ser sincera, aunque mi cuerpo se siente limpio como si nada de mi último recuerdo hubiera sucedido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.