Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo cuarenta y dos

𝐀𝐁𝐃𝐄𝐋

𝐀𝐁𝐃𝐄𝐋

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Bostezo por un momento antes de volver abrir mis ojos, sonrió al poder al fin haber dormido después de cinco días. Siento como se remueve en mis brazos acomodándose en otra posición mientras yo suspiro cerrando mis ojos.

Había sido un infierno sin poder tenerla a mi lado en tantos días en los que era ignorado.

Pero al fin podía estar durmiendo a su lado, la observé mientras ella abría sus ojos mirándome. Frunció por un momento su rostro antes de abrazarme con fuerza, acaricie su cabello posando mi mentón sobre su frente mientras ella pensaba.

Solloza por un momento algo que me hace mirarla, niega escondiéndose de mí, siento como sus lágrimas mojan mi camisa mientras sus brazos aumentan su fuerza. La sigo acariciando para tranquilizarla en ese momento.

Va hacia el baño escondiendo su rostro en sus manos, espero hasta verla salir del baño más tranquila aun así sus ojos se mantienen rojos por haber llorado recientemente. Se acerca a mí abrazándome y volviéndose a acostar.

— ¿Hablamos?

— No, quiero seguir en silencio.

Se acomoda en mis brazos mientras dice eso algo que aunque me ponga feliz tenemos que hablar sobre lo que ocurrió y pasar página para seguir con nuestras vidas. Ya que debemos de aprender sobre esto y entender que después de esto puede haber más discusiones sobre nuestras disconformidades.

— Bueno, tú no quieres hablar, pero yo sí. Mi melocotón.

Alza su rostro mirándome; — ¿Lo soy?

Cierro los ojos por eso, asiento lentamente preparándome para todas sus palabras cortantes, ya que ella sigue confundida por todo lo que ha ocurrido. Agarro su mano mirándola sonreír, aquel cosquilleo que siempre siento a verla vuelve haciéndome sonreír.

— Tú llegaste a la oficina y me viste con una chica, eso era una chica sin importancia para mí, gracias a que no puedo decir que tengo a una luna, aun algunas hijas de socios de mi padre se acercan a mí como si fuera un trofeo para ellas. Esa chica es importante, ya que su padre hace torpemente todo lo que ella diga, me trajo galletas, las cuales no pude negarme al estarme amenazando algo que estoy seguro no viste. Sabes que no tenía mi celular por lo que no podía contestar tus llamadas, si fuera así atendería cada llamada que hubieras hecho al momento. Y la hubiera sacado solo para que no arruine tu ambiente tranquilo y sin tensiones.

Sonríe un poco, pero vuelve con su rostro serio abrazándome sin mirarme mientras hablo, decido proseguir después de un largo suspiro.

— Yo no quiero a nadie más, solo quiero a mi conejita con cientos de cachorros en casa, solo te amo a ti y cada cosa sobre ti, nunca me iría de tu lado o con otra. Quisiera desaparecer todas tus inseguridades, pero no puedo, primero debes de entender hacerlo dando tu el primer paso para yo poder apoyarte. Debes de tener en mente que aquellos mensajes que viste en mi celular no son algo que atienda y se bloquean al instante sin enviar respuesta.

Comienza a temblar lentamente y beso su mejilla haciendo que sus temblores desaparezcan, junto sus manos con las mías esperando a que ella hable, su mirada baja y sube un poco antes de animarse.

— P-pero... — Balbucea. — Dijiste que haríamos todo a tu modo, ¿cierto?

Asiento, ella da un leve asentimiento antes de abrazarme con fuerza mientras intento guardar la calma de estar con Giovanna a cada segundo.

— Lo primero que haremos es quitar todo lo que dijiste, después de tu celo iras a la universidad conmigo sin esconder nuestra relación. También si quedas embarazada después del celo no volverás a tomar aquella pastilla, me haces ver como alguien inservible cuando dices que estás en peligro. 

Besa mi rostro, distrayéndome por un momento mientras ella me da caricias, algo que por el momento no acepto porque necesito dejar todo en este momento.

— Ya no desconfíes de mi cariño, yo siempre te muestro cuanto te amo.—  Se esconde entre mi cuello algo que me estremece. — Cuando te sientas insegura solo agarra mi mano, pero no me hieras y tampoco huyas, me duele el ver como no soy alguien que pueda cuidarte cada vez que hablas.

— Abdel. — Saca su rostro de mi cuello algo más relajada. — Lo siento.

— También, quería hablar contigo, hace mucho sobre algo... mis estudios los terminé hace unos dos años mientras estudiaba contigo, estudiaba de noche la universidad, ya que ocupaba tomar rápido el manejo de la empresa de mi padre porque él se irá después de unos meses cuando mi mamá de a luz.

Asiente lentamente, creo que es uno de los pequeños secretos que tengo encima y que siempre oculto.

— ¿Alpha, hay algo más?

— Por el momento será todo, para lo demás necesito tiempo. — Suspira entendiendo que siempre habrá algo que esté oculto, aunque trato de que todo siempre sea mencionado para no crear problemas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.