Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo cincuenta y ocho

𝐀𝐁𝐃𝐄𝐋

𝐀𝐁𝐃𝐄𝐋

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Me aseguro de que Giovanna esté bien abrigada por las temperaturas fuertes que ha habido en la zona, vamos a salir a uno de sus chequeos y no quiero que se enferme, por lo que trato de asegurarme de la mejor forma de que ella estará bien.

— Déjala respirar hijo. — Giro mi rostro mirando a mi madre mientras ríe al ver como trato a mi luna, no quiero que tenga frío afuera, a veces pienso que me preocupo demasiado y soy muy dramático.

Pero no me sentiría a gusto si algo ocurriera en el embarazo.

— No quiero que se enferme.

— Pero la haces sentir incómoda. — Miro a Giovanna, ella muerde su labio nerviosa por lo que dijo mi madre, admitiendo fácilmente que es cierto aquello y haciéndome sentir mal.

Sonrió asintiendo al saber que ella piensa en no hacerme sentir mal, pero me siento peor cuando alguien más me dice algo sobre mi mal trato hacia ella. Me impaciento si no la veo a salvo o cómoda y me desilusionara si sé que la estoy tratando mal.

Mi mamá se va rápidamente después de decir aquello y yo me levanto dejando de lado sus tenis, la miro y ella baja su rostro nerviosa por cualquier actitud que tome al respecto.

— ¿Te sientes incómoda? — Me mira, asiente levemente y yo solo la aprieto a mí, sintiéndome mal por hacerla sentir así.

— No te pongas así...— Susurra acariciando mi rostro.

— ¿Te sofocas mucho por mí? — Niega y sé que me miente, me abraza para que no me sienta mal. Pero me alejo un poco de ella enojado conmigo mismo, aun así ella sigue acariciando mi rostro con tranquilidad, me mira directamente a los ojos antes de besar mis labios con suavidad. Gustándome.

Recarga su rostro en mi brazo cuando se aleja, observa la habitación con tranquilidad mirando algo que hace mucho, yo no había visto, se aleja y va hacia una foto, recuerdo que la tomaron en la escuela en la temporada de frío mientras yo me aseguraba que no sintiera frío poniéndole un abrigo nuevo y una bufanda nueva que compre para asegurar que no sufriera de frío.

Había pasado un año desde que la había conocido, mi nana había estado sonriente viendo como Giovanna me calmaba con solo una sonrisa, a veces de niño era muy intranquilo y solo mi conejita me calmaba. Siempre me sentía emocionado al verla y quería que ella me prestara atención a mí, por lo que cuando creaba problemas solo bastaba ver los ojos de negación de Giovanna para calmarme y recibía una sonrisa de su parte.

La beso con una gran sonrisa, la tomo por su vientre dejando mis manos en ese lugar. A veces no creo que en serio voy a ser padre y en las noches miro el vientre abultado de mi calabaza para calmar mis pensamientos. Verla dormir cómodamente a mi lado me llena de seguridad y me hace sentir bien con cualquier cosa, sabiendo que ella siempre sentirá un orgullo.

— Tú siempre has sido lo más preciado para mí, nunca podría dejar que te enfermes. — Mencionó recibiendo un beso en mi frente con lleno de ternura que solo ella me puede proporcionar. — Siempre he tratado de hacer lo mejor para que estés cómoda, eres mi preciosa conejita.

— Lo sé, Alpha. Sé que siempre me procuras y tú te dejas a un lado por mí. Creo que nos parecemos más de lo que quisiéramos, con razón somos pareja.

Se sonroja, observo su sonrojo acariciando sus mejillas antes de volver a besarla, se inquieta en mis brazos, pero se calma, entiendo que pasa por su cabeza y solo rio lentamente subiéndola a un mueble para que este a mi altura.

— Hoy vamos a tu chequeo, conejita.

— Y que mejor que estar relajada. — Agarro su rostro negando lentamente a sus palabras.

La ayudo a bajar y entrelaza su mano con la mía, trata de salir lo más rápido de la habitación y sé que imagina todo lo que pudiera pasar si la consiento en lo que quiere en este momento. Mientras que yo me imagino a nuestros tres pequeños que en un tiempo más sé que estarán corriendo detrás de su mamá siguiéndola, quiero saber quien se parecerá a mi conejita o si todos serían pelirrojos.

Al menos sé que alguno de nuestros hijos será un conejo, quisiera que todos lo fueran, pero mis genes siempre son dominantes. 

— Mamá se fue con Jazmín a comprar ropa para los bebés ayer y compraron demasiada ropa. — Ríe un poco. — Creo que ya tienen suficiente ropa para algunos años más. — Asiente, sé que mi familia está emocionada y también Gilian que se ha encargado de preparar todo bien en la habitación de nuestros bebés.

Espero que cuando él le diga que son hermanos ella lo acepte de buena manera, ya que siempre ha querido un hermano y si sabe que su hermano ha estado con ella en estos momentos puede que aligere un poco su pensamiento sobre él.

— ¿No piensas que Javadd se pueda sobrepasar en alguno de sus celos?, Jazmín aún es una niña y él ya es alguien mayor. — Siento su preocupación. — Él no es como tú... se supone que no tenía que decirte esto, pero hace unos días él se sobrepasó con Jazmín, por suerte se fue a tiempo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.