Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo sesenta y dos

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

𝐆𝐈𝐎𝐕𝐀𝐍𝐍𝐀

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Las lágrimas de Gisselle me contagiaron por lo que comencé a llorar sin control, no podía creer que al fin tenía una mamá de nuevo. Me parecía tanto a ella que era imposible no negarlo, por lo que más creía que ella no me mentía. Nos abrazamos mutuamente mientras intentábamos consolarnos entre las dos, pero era imposible.

— Estoy feliz de tenerte conmigo de vuelta, eras mi alegría cuando te tenía en mis brazos. Solo que tu padre es alguien sin cerebro y nunca pensó que tu Alpha mintiera cuando lo amenazaron. — Miro de reojo a Abdel que está tranquilo.

— ¿Entonces fue por eso?

— Créeme estaría rojo si miento en la cara de mi hija. El orgullo de tu padre es demasiado grande y es difícil que acepte algo, por eso me aleje de él por un tiempo y amenace con que solo regresaría a él si estabas tú.

Ella toma una servilleta y con suavidad seca mis lágrimas, miro su sonrisa llena de orgullo al mirarme, algo que me hace conmocionarme. Siempre quise ver aquella sonrisa y mirada llena de orgullo, una que solo mi mamá me mostrara para saber si todo lo que hago está bien.

— Aun recuerdo cuando tenías unos pequeños risos y no distinguía quien era quien al verlos a tu hermano y a ti con ropa. Eran los bebés más lindos de toda la manada. — Besa mi frente y acaricia mi mejilla.— Hubiera deseado tanto tenerte para mí y verte crecer, pero solo podía hacerlo desde lejos.

— ¿Entonces yo soy de Watspur? — Ella asintió. — ¿Tú escribiste aquellas cartas para mí?

Su sonrisa me hizo ver que si fue ella quien me hacía sentir un poco feliz al saber que en algún momento conocería a alguien más de una familia que no creía tener. Me sirvió más del chocolate caliente que había preparado siendo una receta especial para una coneja embarazada, mis lágrimas aún querían salir por sentir aquel amor materno que en verdad nunca sentí hasta ahora.

— Estoy feliz de tener mis primeros nietos y vienen en combo de tres, ya quisiera que tu hermano me diera nietos. Pero aún no encuentra a su pareja. — Hace un puchero recibiendo la atención de Marcus. — Por cierto, ¿dónde está?, desde que llegue y no lo he visto.

— Dijo que tenía algo importante que hacer.

Menciono mientras tomo del chocolate.

Abdel se acerca a mí por lo que alzo mi rostro para mirar sus ojos, él sonríe al verme, aunque por sus feromonas sé que está alerta por si Marcus intenta llevarme. Antes de que Gisselle llegara, él se mantenía diciendo que si quería irme a Watspur no tendría ningún inconveniente, haría lo posible en tener todo listo para la llegada de los trillizos.

Mi... mamá le dio un golpe que lo hizo disculparse por eso. Ya que ella opina que Abdel es más que perfecto para mí y siempre lo ha demostrado. Es algo de lo que no dudo ahora. Mi Alpha me hace sentir demasiado segura a su lado y siempre me demuestra cuanto me ama, cada que dice algo comenta sobre eso, al igual que cada vez que compra algo diciendo que pensó en mí al verlo.

— Ya está oscureciendo. Pedí que prepararan una habitación para que se queden porque puede ser peligroso irse a esta hora.

Marcus muestra su asombro con una mirada algo graciosa que solo me hace esconder mi sonrisa, aún estoy enojado por él. Gisselle asiente agradecida y se lleva a Marcus con ella, ya que aún no perdona nada de las decisiones que él tomó por un tiempo.

— Conejita. — Gire mi rostro poniéndole atención a mi Alpha. — ¿No crees que debes de tomar un baño?

Toma mi mano, me ayuda a ponerme de pie y solo sonrió por haber sido atrapada.

— Lo siento, no estabas y se me hacía difícil bañarme.

☽♥︎☾

Tomo la mano de Abdel acercándolo a mí para darle un beso, algo que lo sorprende por mi atrevimiento al estar frente a la familia. Él toma mi mentón y me besa, siendo ahora él quien le da más profundidad al beso. 

Me aparto de él cuando siento el aroma de Gilian quien había desaparecido por días, pero no se lo comente a mamá. Olfateo un poco al sentir otro aroma sobre él, siendo la primera vez que siento aquel aroma particular.

— Hola, hermanita.

Revuelve mi cabello.

— Hola, desaparecido. — Le sonrío.

— Mi hijo querido. Creo te falta venir a saludarme, llevo tiempo sin verte y cuando estoy de vuelta sorpresa mi niñito no está. — Mamá lo abraza con una sonrisa y ella igualmente lo olfatea un poco. — Mmm, huele a omega. ¿Será que tendré más nietos pronto?

Abdel se levanta de su lugar y pone la mano en el hombro de Gilian burlándose de él por no saber despejar aquellos olores, es evidente que estuvo con una omega y para tener el aroma tan marcado es porque la ayudo en su celo. Es imposible no darse cuenta de eso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.