Mi dulce de melocotón; Libro uno (ver.2022)

Capítulo especial

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Giovanna estaba inquieta, más nerviosa que otra cosa. No podía permanecer tranquila sabiendo que sus hijos tendrían su primer encuentro con su naturaleza, tanto tiempo había pasado, sus hijos tenían trece años mientras que ella seguía estancada en el día donde ellos nacieron.

Ese día fue uno de los más complicados para ella, aún recuerda todo lo que le dijo a su Alpha mientras él mantenía la calma, ahora con su cuarta hija en brazos estaba feliz. Estaba nevando en esa noche buena y sus hijos permanecían sentados junto a la bruja del bosque quien hacía el ritual.

Miraba a cada uno de sus hijos, mientras Theo se mantenía serio, Tanesha estaba con el rostro fruncido disgustada de aquello y su hermoso Treyvon estaba tan emocionado como ella. Esperaba él con emoción ser igual a su mamita, un mestizo.

Era el único emocionado de los trillizos por su transformación. 

Abdel su padre, en cambio, se mantenía serio. Estaba atento a todo, con su Luna e hijos juntos, se mantenía con la guardia alta en medio del bosque. Cuando miraba a aquella conejita que tenía una sonrisa encantadora, su naturaleza se tranquilizaba cada segundo más, la amaba tanto, era lo que más quería en su vida.

— Abdel, ya es hora.— Mencionó su corazoncito de dulce melocotón, sonrió por un momento acercándose a ella. Beso la mejilla de su Luna antes de mirar con atención como sus hijos sabrían qué especie serían.

Y sin importar que, él los amaría, y aceptaría. Porque no juzgaría si fueran del rango más débil o si sus hijos lastimosamente no tienen su naturaleza. Es su padre y como tal, él los amaría.

— Obsequiamos a la diosa luna este regalo de parte del único Alpha de sangre pura en estos tiempos, uno que espera por fin que sus hijos reciban su naturaleza, tal como él lo hizo, pedimos a la diosa que ilumine el camino de los tres primeros hijos del líder y Alpha sangre pura.— Comenzó a decir la bruja mientras estaba hincada en el suelo junto con los trillizos.—  Con esta bebida sacada de las profundidades del lago de luna se pide mostrar la naturaleza de Theo, Tanesha, y Treyvon.

Giovanna miró con atención como sus hijos tomaban aquella agua, una que era tan especial y pura, ya que era el lago en donde la diosa luna descendió en aquella noche, creando a las primeras especies.

Un humo blanquecino envolvió a los tres niños, una figura de un lobo apareció enfrente de Theo afirmando lo que todos ya sabían, es un lobo Alpha. A diferencia de Tanesha una loba que se escondía en un árbol apareció, nombrando que era una omega. En cambio, Treyvon sonrió al observar la figura de un lobo acercándose a él para después mirar a un conejo que brincaba junto al lobo, interpretando para todos que era un mestizo Alpha.

Las lágrimas de su madre no tardaron en aparecer, estaba orgullosa de lo que eran sus pequeños, mientras crecían ella los miraba con gran felicidad de saber que los ha criado bien. Todos se han vuelto independientes en su forma de pensar, no necesitan de su ayuda en nada, siendo algo que, aunque no le gustara, aceptaba por saber que era algo que en cualquier momento pasaría.

Y desde ese momento se estaba preparando cuando sus hijos se fueran de la casa, porque sabía que su hija se iría antes de estar atada a alguien y el único de sus trillizos que se quedaría a su lado sería su chocolatito.

— Mamita, viste eso. Soy como tú. — Corrió a su lado su bomboncito, ayudó a secar las lágrimas de Giovanna mientras estaba feliz de ser igual a su mamita.

— Y yo una omega, ¡qué falsedad! — Estaño Tanesha mostrando el humor que heredó de su padre. — Mamá, no lo quiero, lo odio.

Fue buscando los brazos de Giovanna mientras estaba odiando los genes de su padre. Era difícil que odiara a su mamá, cuando era alguien pura y amable con todos, ¿cómo la puede odiar?

— Vamos princesa, no odies a tu naturaleza. — Gruño saliendo de aquella cabaña, Theo observaba todo negando, a veces creía que no se parecía en nada a su familia. 

Observó a su padre correr detrás de su hermana, y él solo se posicionó al lado de su madre.

— Bizcochito, estoy feliz de lo que eres. Al igual que lo que tú eres gruñoncito. — Le hablo a ambos, Theo sonrió por un pequeño momento mientras recibía un beso en la mejilla de parte de su mami.  — Estoy orgullosa de ambos. Mis panecillos de caramelo.

Aunque los apodos de su madre siempre eran sobre algún postre, estaban felices de que su madre siempre fuera tierna y cálida con ellos.

— Le agradezco tanto, espero que tenga una linda noche hoy, Bruja del bosque. — Dijo con dulzura despidiéndose de aquella persona junto a sus hijos.

Ambos niños se mantuvieron al lado de su madre, quien cuidaba a su pequeña hermanita, tenían que cuidarlas, era algo que su padre siempre les decía. Tenían de obligación cuidar a su madre y hermanos, y ellos no defraudarán a su padre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.