Mi dulce soledad

Capítulo 4 Santiago

La alarma suena a las 9 de la mañana pero me quedo media hora mirando el techo de mi cuarto, no sé a donde ir hoy, aún faltan 2 semanas para poder ir a visitar a mamá y papá no llegará este día, quizá pueda ir a casa de mi hermano a desayunar, descansa el mismo día que yo y al igual que yo sé queda medio día en su casa antes de salir un rato ya sea a caminar, al cine o a hacer ejercicio. Ya sé lo voy a invitar a mi partido de esta noche, es bueno saber que cuando no trabajo puedo despejarme en mis partidos o al menos en mis entrenamientos.
Mientras me visto agarro mi celular y le envío un mensaje de voz a mi madre: mamá hoy tendré partido, será a las 9 pero sé que estás ocupada para poder ir, no te preocupes por eso ganaremos porque siempre has creído en mí y te prometí que sería el mejor.
Te quiero mamá, en dos semanas iré a verte y te cuento como va todo.
De igual manera le dejó una nota a papá: papá hoy saldré y tendré partido, quizá no llegue y me quedé con mi hermano, en el refrigerador hay comida congelada y en la cocina latas de comida, si puedes compra algo de beber por favor. 
Me voy con mis cosas de fútbol en la mochila y con una muda de ropa, me compro de desayunar en uno de los puestos que están en las esquinas de la escuela más cercana de mi casa, ahí trabaja una señora bastante grande que se gana la vida en eso. 
Hola señora cómo está? Disculpe me podría preparar un sándwich de pavo y un jugo de naranja por favor.
Claro hijo en un momento- contesta la señora.
Como aquí porque la señora no tiene familiares y sé lo que se siente estar sólo, ya sea en casa o en la vida, no suelo socializar con nadie en el trabajo, la última vez que lo hice terminamos a golpes un compañero de trabajo y yo, todo por un maldito ascenso en el trabajo el cual yo ni quería pero era más capaz que él. En fin, la señora se ve más alegre cada que voy y nos ponemos a platicar en lo que prepara el desayuno, creo que le llevaré uno a mi hermano. La plática es bastante agradable con la señora, siempre me cuenta las veces que viajó fuera del país y como sus hijos iban a visitarla cada cumpleaños. Pero todos murieron por estar en el lugar equivocado en el miembro equivocado. Así es la vida supongo, me hubiera gustado ser médico y estar en ese momento tráfico y salvarles la vida, la señora no tiene necesitad de trabajar de esa manera aunque lo hace para poder convivir con todos sus clientes y como lo sé? Pues en ocasiones no les cobra nada de nada, por ejemplo a mi no me deja pagarle cuando llevo un solo desayuno y sabe que es para mí. 
-Listo hijo, aquí tienes,
Gracias señora Domínguez, tome, quedese con el cambio- digo mientras me pongo a correr y le digo que ya se me hace tarde, después de todo es un trabajo y no me siento muy cómodo no pagarle, aunque para ella mi compañía es más que suficiente.

Llego a la casa de mi hermano pero parece que de me adelantó y salió a correr, no importa lo esperaré aquí afuera mientras veo el parque. Mi hermano vive al lado de un parque pero siempre sale a correr a uno que le queda como a 4 cuadras más. No le gusta vistar este en particular porque mamá y papá nos traían a pasear cada domingo, Raúl mi hermano, les prometió que su casa estaría cerca de este parque para ir todos los días y así fue, pero decidió dejar la casa cuando un día sin dar explicaciones.

-Te mandé un mensaje Raúl, espero no hayas desayunado porque te compre esto. 
-Lo sé, por eso regresé, hace 10 minutos que lo vi, por eso me tienes aquí, está vez te quedarás en casa hasta arreglar tus asuntos con la escuela tonto.
-Demonios, otra vez con el asunto de la escuela, ya te lo dije, el próximo mes estaré a primera hora pagando mi ficha de inscripción.
-Pues más te vale, se lo prometiste a mamá.
- claro y hablando de mamá, iré a verla, después de las semifinales de fútbol. Quiero que vayas está vez conmigo.
Claro que no, esa fue tu promesa con ella, la mía fue con papá. 
Raúl y yo pensábamos mucho por esto pero está vez no quería lidiar con todo este lío así que lo dejé pasar. 
En cuanto pasamos me di cuenta de por qué atendió mi mensaje de la mañana.
-Santi, tengo que salir de viaje de negocios al extranjero.
Me quedo en silencio porque sabía que en cualquier momento esto pasaría, imaginé que tendría un par de meses más pero era evidente con el tema de la escuela, todo era culpa mía. 
-Está bien, sé que no hay muchas opciones, sino tomas este trabajo no tendrías para pagar la escuela y quieres tener un fondo para la Universidad, pero prometeme que regresaras al menos para la graduación.
-claro Santi, soy tu hermano mayor y eso me hace tu número hasta que tengas la mayoría de edad, no creas que no vendré y dejaré que te vayas a emborrachar como loco.
-Claro que jamás haría...
-Sin mí 
-¿Qué?
-Estoy bromeando, venga vamos, entrenemos un rato antes de tu partido.
La noche llegó y el partido terminó en riña con todos por una falta de mi equipo y la expulsión de un jugador contrario por reclamarle al árbitro, yo salí de la cancha y fuí por mi mochila a los casilleros pero en la salida me topé con el equipo contrario.
-Oye niño, acaso crees que esto acaba así como así? 
-no dije nada otra vez,  no solía meterme en problemas, mi hermano se enojaria demasiado y sé lo temperamental que es, así que si algo como esto pasara no dudaría en ir a confrontar a los que le hicieron daño a su hermano menor.
Tranquilo, disculpa pero la falta fue limpia y además yo no la provoqué, si te sirve de algo, el partido se pospuso para la otra semana y no llegaré para que perdamos por default. 
- Insinúas que no somos lo suficientemente buenos para tu equipo de segunda o qué niño?
No, nada de eso pero creo que es lo menos que puedo hacer por causarles problemas.
Nada de eso sirvió, ni las disculpas ni el intento de soborno, me golpearon hasta que perdí la conciencia y me robaron todas mis cosas. Llegué a casa y lo único que vi fue la carta de papá intacta, un mensaje de Raúl despidiéndose y sin ahorros para poder visitar a mamá. 
No tenía dinero de reserva para poder comprar tenis, playera y para poder ir a visitar a mamá al mismo tiempo, no tenía que preocuparme por la comida por la señora Domínguez pero si no ganábamos el torneo perdíamos el premio en efectivo el cual lo quería para la escuela.
Pasaron los días y un día de la nada encontré a un policía afuera de la casa, papá aún no había llegado así que me tocaba responder a mí. 
-Santiago Torres?
Claro oficial ¿a qué se debe la visita?
Los moratones  aún no sé quitaban del todo y el oficial guardó un minuto de silencio, se llevó las manos a la cabeza para quitarse la gorra y me abrazó. 
-Tengo a un hijo de la misma edad que tú, se llama Raúl.
- Raúl como mi hermano fue lo único que pensé en ese momento.
- Y creo que fuí escogido como el peor para poder darte está noticia. Raúl tu hermano murió está mañana.
- no, no, no es cierto, cómo, por qué,  no, no, no. Sentí un vacío enorme y una desolación al mismo tiempo mientras todo mi cuerpo caí en un estado casi de congelación y desmayarme. Cuando desperté el oficial aún estaba conmigo y yo estaba en mi cama.
Me explico que el avión en el que viajaba se estrelló al poco tiempo de despegar, hubo sobrevivientes pero la mayoría había muerto en el acto y otros en el hospital,  mi hermano fue uno de estos últimos. Pase los siguientes días en su casa, negandolo todo y esperando que algun día llegara y tocara la puerta. Papá no llegaba y lo único que hice fue dejar otra carta avisandole que me podría encontrar ahí. No le mandé nada a mamá pero pronto se iba a enterar.
Raúl tenía armas por precaución y en los días de soledad y tristeza fuí a tomar una, cargarla con una sola bala y ponermela en medio de la frente. 
Lo he arruinado Raúl, todo esto es mi culpa, papá no llega a casa y mamá me culpará de todo esto, me va a odiar, no tenías por qué irte, te extraño, extraño a papá y a mamá. 
Me puse a llorar y a conversar con la nada mientras tenía la pistola en mis manos, de la negación pase a la ira.
-Maldita sea, maldita vida, maldita mala suerte, es mejor estar muerto que sentir este vacío, yo debí haberme ido tú hermano.
De la ira pasé a la negociación pero era una más una fantasía, creyendo que todo era un sueño y que después de dormir un poco el aparecería. Me estaba volviendo loco todo esto. Mi hermano se había encargado de mí por mucho tiempo y se desvivía por darme lo mejor, incluso si eso significaba que Raúl dejara de tener una vida y sólo se dedicara al trabajo.
Y de la ira pase a la medio aceptación.
-Yo debí de haberme ido, sólo era una carga para ti y para papá, mamá enfermó por mi culpa y tú estarías aquí si nunca me hubiera salido de la escuela.
Quizá estaría mejor muerto- dije mientas cargaba la pistola y la ponía en mi boca.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.