Inglaterra, 1810.
Julia: por fin es de día. Nada más que llego el momento de levantarme de la cama, pero pasan los años y sé que nunca podré casarme, solo debo de aceptar mi realidad. Siempre soñé que me iba a casar por amor y me doy cuenta que es prácticamente imposible, jamás voy a conocer el amor y lo único que me espera es ser soltera.
Nana: es mejor que dejes todos esos pensamientos. Recuerda que esta es su última temporada y presiento que muy pronto vas a conocer un caballero que en verdad te quiera.
Julia: muchas gracias, nana. Eso sería un sueño hecho realidad, pero no olvidemos lo más importante que es el amor para que dos personas se casen y si nunca llega ese momento prefiero quedarme soltera toda mi vida y cuidar los hijos que tenga mi hermano.
Nana: eso no lo debes de repetir delante de tus padres. Ellos no lo van a permitir y mucho menos tu hermano que te adora y él solo quiere lo mejor para ti.
ulia: mi hermano es demasiado sobreprotector conmigo. Seguramente es porque soy su única hermana y ahora debo de ir a bañarme.
Ella se levanta de su cama y se dirige al baño, ella se toma el tiempo para hacerlo. Porque de todos modos faltaba para ir a desayunar con sus padres, Julia cuando termina sale. Ella con la ayuda de su nana se pone su vestido color rosa pastel y por último le hace un hermoso peinado
Nana: al fin he terminado, mi niña. Ahora que estás lista podrás ir a desayunar con tus padres y debes de estar feliz porque llega tu hermano de su viaje.
Julia: lo extrañe mucho. Espero que me haya traído recuerdos de sus viajes como lo hace siempre, pero esta vez no viene solo sino acompañado de sus amigos.
Nana: tal vez uno de ellos este destinado para ti. Además, todo puede pasar y sé que algún día vas a conocer el amor, nada más que tienes que tener mucha paciencia.
Julia: tienes razón. Siempre es mejor saber esperar y nunca apresurar las cosas, porque todo llega a su debido tiempo y mi felicidad puede estar más cerca de lo que imagino.
Ella sale de su recámara junto con su nana para bajar las escaleras y dirigirse al comedor donde estaban sus padres llamados Martín y Victoria para posteriormente sentarse
Martín: buenos días, hija. Solamente estamos esperando por ti para poder empezar a desayunar y ahora que estas aquí lo podemos hacer.
Julia: siento mucho la tardanza. Necesito prometerles que no volveré a llegar tarde y es que no puedo evitar sentirme feliz como seguramente ustedes lo están.
Victoria: por supuesto que estamos felices por la llegada de nuestro hijo. Espero que esta vez al fin encuentre una esposa, porque quiero conocer a mis nietos y eso también va para ti. Porque no puedo tener dos hijos solteros en la familia.
Julia: no siga, madre, por favor. Sabe muy bien que no tengo la culpa de eso y sobre todo los caballeros solo quieren una esposa bonita para presentarla ante la sociedad.