Ellas se despiden de sus amigas para ir a tomar asiento. Nada más que Daniel no dejaba de verla y Luciana también se da cuenta de eso
Luciana: puedo sentir la mirada de Daniel sobre ti. Pero no entiendo porque te esta mirando y en cambio Matías no me ha mirado ninguna sola vez.
Alma: no me interesa saber nada de él. Además, he decidido convertirme en religiosa y sobre todo Matías si está interesado en ti, aunque no lo aparente.
Luciana: no creo que este interesado en mi de esa manera. Porque el me ha enviado solo un ramo de flores rojas a mi casa y ese es el primer regalo que un caballero me hace.
Alma: seguramente el intentara hablar contigo esta noche y tal vez te invite a bailar con él. Solamente que no debes de perder la oportunidad de bailar con alguien más.
Luciana: tienes razón. Estoy segura que si se acerca a mi me va a pedir que seamos amigos y si te conviertes en religiosa eso quiere decir que seré la única solterona de todas ustedes.
Alma: para ti todavía hay una esperanza de que encuentres un esposo. Nada más que para mi no la hay, ya que la que tiene más defectos soy yo.
Luciana: cada una de nosotras somos diferentes y nuestra apariencia no fue un impedimento para encontrar el amor, así que no debemos de sentirnos mal si no somos las única en hacerlo.
Ellas siguen conversando y Alma se sentía más nerviosa con las miradas de Daniel. Esperaba que dejara de verla y quería que su interés por ella se acabara pronto para poder irse tranquila al convento
Federico: acaso no puedes disimular un poco el interés que tienes por la amiga de mi prometida. Recuerda que estamos en un baile y se ve mal que no dejes de hacerlo.
Daniel: te recuerdo que estas haciendo exactamente lo mismo. Aunque ella es tu prometida y la señorita Alma no es nada mío, pero muy pronto lo será.
Federico: sabes que lo que hiciste con ella estuvo mal. Seguramente no quiere ni verte y solo asistió al baile por sus amigas, así que deberías dejarla en paz.
Daniel: ella es mía y cuando la volví a ver me di cuenta de que la quiero. Eso significa que la señorita Alma será mi esposa y no dejare que nadie me quite lo que es mío.
Federico: no deberías de decir esas palabras si ella no es nada tuyo. Necesito decirles que a la única joven que veo bonita es a mi prometida y me despido de ustedes, porque necesito estar a su lado.
Miguel: no debemos dejarlas mucho tiempo sola, así que también me despido y sino están seguros de lo que sienten por las amigas de mi hermana, será mejor que no se acerquen a ellas y eso lo digo únicamente por Matías.
Matías: nadie puede impedirme que me acerque a ella y si quiero hacerlo en este momento lo hare. Solamente que primero tengo que pensar como seria la mejor manera de hacerlo.
El junto con Miguel empiezan a caminar para dirigirse donde estaban sus prometidas. Ellas sonríen al tenerlos cerca y esperaban que sus amigos no se equivocaran, ya que lo que menos querían es que la lastimaran por no tomar la decisión correcta.