La madre se sorprendió mucho al darse cuenta de la cantidad de cosas que pasaban sin que ella se diera cuenta, que sí, que llamaba y a veces Alex no respondía al teléfono si quiera; pero siempre pensó que se trataba de que se encontrara ocupado.
Y creo, sólo creo, que pasó por un sentimiento de esos cuando extrañas algo y te das cuenta que quizá no lo valoraste lo suficiente, o que debiste poner más atención, o hubieras aprovechado más el tiempo junto a esa persona.
Creo, y sólo creo, que a veces es demasiado tarde para lo que sea que alguien tiene en mente, si piensas salir, correr, amar, llorar, reír, caer; no hay mejor momento como ahora, valorar, abrazar, amar, ¿Qué cuesta hacer eso por la gente a la que queremos?, cuesta un arrepentimiento del que no podrás escapar durante un tiempo, que quizá distraigas a tu mente, pero no a tu corazón.
Creo, y sólo creo la resignación será la mejor opción en esos días, tal vez solo te quede sentarte de nuevo y seguir leyendo:
“Al día siguiente parecía un poco más normal, había amanecido nublado y con aire fresco corriendo, parecía como si acabara de despertar de un gran sueño del que estuve preso por embriagarme demasiado. Me metí a bañar y me puse ropa limpia para comenzar a hacer un día normal, llamé al trabajo para preguntar si debía ir, y me dijeron que no; ya me habían corrido para variar.
Tenía el apoyo económico (que no era mucho) de mi mamá, así que no me apuraba tanto. Encendí dos, o tal vez tres cigarrillos mientras me tomaba una tasa de café y veía las noticias, adolorido un poco, pero aliviado a la vez.
Que no faltaba mucho para comenzar a hacer otra cosa que me pida 3223, y tener que probablemente meterme en líos. Varias cosas habían pasado ayer, pero ¿había visto el fantasma de un niño con la cabeza abierta?, o ¿fue que había bebido demasiado y ya era muy noche?, no sabía ninguna de las dos preguntas y hasta entonces no había podía dejar de pensar en Michelle, ¿qué cree que estoy haciendo?
Demonios, estaba descuidando por completo mi vida, mi trabajo, mi novia, mi escuela, todo se está yendo a la mierda y yo no puedo hacer mucho, no quería que se les ocurriera que debía hacer un tiroteo en mi escuela. Y, de pronto era más el sonido de mis pensamientos que el de la televisión encendida, debía parar de pensar o me volvería loco. Basta, basta, basta
Mejor subí a mi cuarto y prendí la computadora.
Quiero anotar esto aquí, ya que probablemente, la persona que llegue a leer estos diarios, se pregunte porqué me utilizan a mí, en lugar de matarme directamente. Diez días antes de que comenzara esto, estaba con Josh en un foro de una red insegura de internet, es decir, en una parte de internet donde se encontraban cosas ilegales, tráfico de cosas, diversas acciones, objetos, gente, empresas ocultas, todo. Aunque nunca nos involucramos con nada que pudiera comprometernos con la policía, porque no hicimos nada ilegal.
Y si no hicimos nada ilegal..., ¿por qué me siguen?, creo que lo tenía resuelto. En uno de esos foros encontramos el caso de un chico (hoy desaparecido), que narraba como le habían estado tomando fotos a su casa y publicado en ese foro. Pero Josh y yo nos lo tomamos en serio cuando decidimos buscar la dirección de desde donde venían las fotos. Fue difícil, pues había varias medidas de seguridad puestas para que cualquier aficionado no pudiera hacer lo que nosotros.
Y seguimos recolectando las pequeñas piezas del rompecabezas que se iba formando con direcciones web extrañas y páginas con códigos cifrados. Pero en un momento Josh tiró a la pereza y abandonó lo que llevábamos hecho hasta ese momento, ‘debe ser que hizo algo ilegal y lo van a secuestrar, Alex, no tiene chiste’, dijo en un momento. Pero la curiosidad a mí me seguía picando las costillas, y seguí, pero no vi mucho, excepto que casi daba con los servidores de 3223, o eso creo yo. Aún así, fallé en dos caracteres, pero casi lo hago. Mi conclusión es que esos servidores no son públicos, esconden algo claramente, y yo, casi lo encuentro todo.
¿Por qué matarme?, porque casi doy con su base de datos, y si llego, puedo filtrar toda la información.
No voy a mentir, no deduje todo esto de la noche a la mañana, pero uní las suficientes pistas para llegar a la conclusión, y ahora lo que no entiendo, es porqué no matarme directamente.
Después de escribir esto, y comer, vino Josh a la casa, comimos frituras y vimos la televisión, preguntó la causa de mi constante ausencia, pero sólo le dije que había tenido problemas con mi mamá (que no es cierto), pero bastaba bien decirlo por el momento. Nos dio la puesta de sol, y él tuvo que marcharse, tenía una reunión de algo que no recuerdo qué era, aunque sí me lo contó. Llamé a Ethan para preguntar como seguía Michael, a lo que me dijo que sólo seguía en coma, sin nuevas noticias, y subí al piso de arriba a querer estar en la computadora un rato. Duré hora y media hasta que me aburrí, la tentación que tenía era la de entrar a la página de 3223, donde encontraba fotos mías demasiado extrañas, pero no quería llevarme una mala sorpresa, así que me contuve.
Era medianoche y me asomé por la ventana, viendo al tipo de siempre mirando desde la ventana, pensé que era buena idea bajar a ponerle candado a la puerta principal, así que comencé a bajar las escaleras, pero al ir bajando vi desde la sala (que estaba terminando los escalones), a un hombre como los que golpearon a Michael, la mascara cosida en forma de ave, un cuervo quizá; bata de tela vieja, tenía un gorro puesto y me miraba fijamente. Que por más que intenté analizar, no podía verle los ojos, parecía todo oscuro. No sabía si hablar, si subir, no sabía si me atacaría, no sabía nada, hasta que vi más por la puerta de atrás de mi casa, eran tres, que abrieron la puerta y traían a rastras a Josh. Se veía apaleado, confundido, con sangre manchada en su ropa y su nariz goteando de sangre, quizá le habían roto el tabique. Uno de ellos sacó una pistola y le disparó en la cabeza, me quedé espantado, temblando y sin saber cómo reaccionar, él disparó destrozándola y haciendo que se embarre todo el departamento de sangre y sesos.
Me aventaron la pistola y se fueron por la parte de atrás, mientras en la puerta delantera se veía aquel tipo vigilándome a lo lejos, como de costumbre, con su sombra tan distintiva y sabiendo que estaba destrozándome la vida, un gran don el de ese hombre.”
Aquí terminaba el primer diario de Alex, que se sentía como haber narrado un capítulo trágico de su vida. Quizá era momento de que la mamá aceptara que su hijo ya no estaba, sin buscar las razones, quizá era momento de dejar todo justo aquí, sin saber más de porqué ya no está con ella. Tal vez debía dejarlo ir.