SIDESTORYS

EXTRA 2: GATO FUERA DE LA BOLSA

Han pasado un par de semanas desde que la universidad comenzó y me arrepiento de haber deseado que comenzara. Las clases, actividades extracurriculares, ensayos, trabajos en equipo y mi trabajo de medio tiempo están acabando conmigo.

Me dejo caer en un banco medio escondido bajo un enorme árbol frondoso a mitad de uno de los caminos hacia el edificio de arte mientras espero a Cristopher para ir por un café antes de mi siguiente clase.

Mi celular vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón y realmente espero que no sea él cancelando nuestro café porque necesito la cafeína. Nunca pensé decir esto, pero es lo único que me ha ayudado a pasar estas dos últimas semanas. Creí que ya tenía experiencia con el ritmo de vida ajetreada.

Dios, que equivocada estaba.

Lo sacó y leo la pantalla con ojos entrecerrados.

Callaghan.

Una sonrisa automática aparece en mi rostro. A pesar de vivir literalmente enfrente el uno del otro contrabajo nos vemos un par de horas al día.

La sonrisa se convierte en una pequeña risa que se convierte en una risa en toda regla cuando me siguen llegando los mensajes uno tras otro al abrir el primero.

¡¿Cristopher es gay?!

¡Isis! Acabo de verlo tomado de la mano de un chico.

No se volvió gay solo porque no le hiciste caso, ¿verdad?

¡Lo acaba de besar!

Ya se me hacía extraño que nunca hubiésemos visto a su novia a pesar de que siempre hablaba de ella. Resulta que no era una “ella” sino un “él”.

Los estudiantes pasando por el camino comienzan a dar un gran rodeo al acercarse a mí y detengo mi risa antes de que rumores extraños se propaguen por ahí.

Aunque según Krisha, es demasiado tarde para ello. Todos los de primer año, saben de mi y mis rarezas. Según ella, el primer rumor que escuchó sobre mí fue el que hablaba con fantasmas.

¡Había tenido a algunas chicas acercándose a mí por eso durante la primera semana!

Algún estúpido chico o chica me había visto hablando sola en voz alta y estúpidamente creyó que era algún tipo de vidente o algo así. Al parecer, la universidad no era sinónimo de madurez. Los chicos seguían siendo igual de tontos no importaba el grado educativo.

Me aclaro la garganta y comienzo a escribir.

Yo: ¿Importa si es gay?

Callaghan: Por supuesto que sí.

Yo: …

Callaghan: Nena, si nunca ha estado detrás de ti no hay razón para que me caiga mal.

Una risita tonta sale de mí al leer eso.

Yo: ¿Eso es todo?

Callaghan: ¿Hay algo más para decir?

Cierro los ojos y respiro profundamente al cielo.

Yo: Tal vez, deberíamos ir a una cita doble, así estas tranquilo 100%.

Callaghan: Si eso significa que te voy a ver más de un par de horas al día, me apunto.

Yo: …Te amo.

Callaghan: Te amo más <3.

- Cof, Cof. Lo siento, Ray se pasó por aquí a traerme algo que había olvidado – llega Cristopher corriendo.

- ¿Qué te parece salir en una cita doble mañana? No tengo turno en el restaurante -.

Cristopher abre los ojos como platos.

- ¿Le dijiste? - acusa.

- Oye, no me veas así. Fuiste tu el que dejo escapar el gato fuera -.

Me mira confundido.

- Te acaba de ver con Ray – me encojo de hombros.

Cris empalidece.

- … ¿Qué dijo? -.

- Que le encantaría ir a la cita y esta en la luna de enterarse que no vas tras mis pantalones -.

Se deja caer a mi lado limpiándose el poco sudor que le ha cubierto la frente.

- ¿Eso es todo? – pregunta, incrédulo.

- Eso es todo – confirmo sonriendo – Te dije que no iba a tener problemas con eso -.

Se queda mirando un par de minutos al cielo.

- ¿A qué hora mañana? – dice finalmente.

Me pongo de pie y extiendo mi mano hacia él.

- Vamos por ese café y ahí nos ponemos de acuerdo – lo jalo en posición vertical y aprieto su mano manchada de pintura.

- Tengo que avisarle a Ray – murmura caminando a mi lado.

- ¿Crees que no quiera ir? – lo miro de reojo.

- Oh, para nada. Ray salió fuera desde la secundaria, no tiene problemas por eso -.