Mi hermano el presidente

Paz

Como habíamos acordado, Laura me ayuda a escabullirme nuevamente dentro de la casa.

- ¡Señorita! - me mira aterrada-. Su hermano llegó. Ha preguntado mucho por usted.

Miro su rostro difuminado, mis ojos están demasiado hinchados.

- Está en su alcoba- dice.

Y vuelvo a ser un zombi, que no piensa, que no siente.

- S-sí..., iré- me dirijo hacia la habitación de mi hermano.

- Señorita... ¿irá vestida así?

~¤~

¿Qué hice?

¿Me duché? ¿Qué me puse?

Laura se encargó de mí y ahora estoy de pie, tocando a la puerta de los aposentos del presidente.

- Pasa- lo escucho al otro lado.

- ¿Te pasa algo? - pregunta al verme

- N-no... nada.

- ¿Dónde estabas?

- ¿Desde cuándo reporto mis movimientos?

- Desde que estás sufriendo de delirios patrióticos.

- Me voy a acostar. Estoy muy cansada- giro sobre mi talón para marcharme...

-¡Inés!- pero su voz me detiene-. Mírame.

Obedezco.

- Sé que te preocupas por mí. Yo me preocupo por ti más de lo que crees. ¡Eres mi hermana!

Y vuelven a mí las ganas inmensas de echarme a llorar.

- Mira - saca un ramo de flores frescas que había ocultado- ¡Son tus flores!

Otra vez las rodillas me fallan. Caigo en el piso golpeada por mis propias emociones.

-¡Inés! - corre hacia mí.

- ¡No! – lo detengo con un gesto de la mano-. ¡No te acerques!

No me hace caso. Camina hacia mí y se arrodilla para alcanzarme.

-Inés... - retira el pelo de mi cara y con infinita ternura, seca mis lágrimas- ¿sigues triste?

No quiero volver a hablar de mis penas. No quiero ser más la chica triste. ¡Quiero ser fuerte!¡Pero Luis está muerto! ¡Muerto! ¡Asesinado por mi propio hermano! El mismo que ahora me arrulla con cariño entre sus brazos.  Siento en mi interior una amarga tristeza.

- Son tus flores, ¿lo recuerdas? ¡La mandaste a cuidar!

- Sí...

Me levanto con su ayuda y tomo las flores.

Son rosas cargadas de recuerdos... y las abrazo, me abrazo a ellas llorando.

- Inés... ¿No estás feliz? Dijiste que las rosas te harían feliz...

Me aparto.

- Supongo que ahora... le quitarás el agua a ese barrio...

Y se aleja de mí. Su rostro vuelve a cambiar.

- Escúchame bien, Inés. No quiero que te metas más en mi forma de gobernar, ¿comprendes?

Seco mis lágrimas.

- Está bien.

El me mira extrañado.

- No volveremos a discutir sobre esto- prometo-. Gracias por las rosas.



#6762 en Thriller
#2640 en Suspenso
#16276 en Otros
#2588 en Acción

En el texto hay: asesinato, dictadura, disputa familiar

Editado: 20.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.