Mi hermano el presidente

Funeral

inesYo vigilada, los revolucionarios siendo capturados, Antonio muerto y Laura desaparecida.

Un resumen mal elaborado. Una lista incompleta.

Me encerré en mi habitación sin hacer nada más que llorar. Todos los días, todo el día, sin comer.

Nuevo chofer, nueva mucama.

No volveré a reunirme con nadie. No volveré a inculcarle mis ideas liberalistas a nadie más.

Nadie más morirá por mi culpa. Nadie.

Rezo todas las noches por el perdón de mis pecados.

~¤~

Los más altos dignatarios, familiares, amigos, parientes y yo, asistimos al funeral de Antón.

Incluso en su féretro, con la tez pálida y el agujero en su frente, parece un príncipe, dormido para siempre.

El senador está destruido. No llora, no gime, no habla. No está con nosotros. Taciturno y lejos. A veces mira fijo al cielo. Otras al suelo.

Las personas murmuran. Dicen toda clases de especulaciones en torno al trágico asesinato del único hijo del senador.

Una mujer le disparó, llegó a la casa diciendo ser empleada del presidente y lo mató.

Laura... había desaparecido también aquel día.

La tarde era soleada y bella.

No puedo dejar de ver su ataúd, en pocos minutos será enterrado y todos se olvidarán de él. Ha muerto el hijo del bastardo senador.

Su padre compró para él una parcela junto a su madre, en un hermoso y apartado Jardín Memorial. Un cementerio para ricos.

¿Qué pasará ahora? ¿Quedará alguien más con vida? ¿Habrá otro Antonio entre ellos?

Una vida más sesgada sin necesidad... Tantos sueños tirados por el suelo.

- Sé lo mucho que Antón significaba para ti.

No había notado la presencia de mi hermano a mis espaldas.

- No. No lo sabes-contesto.

Mi hermano sonríe mientras recuerda.

- Siempre decías que no te casarías y que morirías sola. Pero un día me confesaste que estabas tan enamorada de Antón, que serías capaz de casarte por la iglesia, si él te lo pidiera.

-¡¿...?!

- ¿En serio no lo recuerdas?

- ¿Por qué te diría eso?

- Siempre confiaste en mí. Fue una gran sorpresa para todos cuando ustedes dos rompieron.

- ¡...! Yo... - no lo recuerdo.

- Lo siento. No debí mencionarte esto ahora.

¡Dios! ¡Otra vez estoy confundida! ¿Fui novia de Antonio y... no lo recuerdo? ¿Qué rayos está pasando?

Me siento mal... todo me da vueltas.

- Estás bien, Inés – se preocupa mi hermano-. ¡Santo Dios! ¡Necesitas comer! – me sujeta y me susurra.

- Llévame a casa- pido desfalleciente.

~¤~

Nos dirigíamos al coche cuando empezaron a salir los cuervos.

- Ya se va, señor presidente? - pregunta uno.

- Sí, mi hermana quiere descansar.

Con ayuda de los de seguridad, entro al coche.

- Señor presidente, tenemos asuntos de suma urgencia que discutir- escucho decir al secretario.

- Bueno,...

- ¿Por qué no los invitas a casa después del funeral? - sugiero.

- Pues...

- Así no me dejarás sola.

Le toma unos segundos, pero finalmente, mi hermano se convence.

- Ya escucharon, señores. Los espero en mi casa esta noche.



#6758 en Thriller
#2637 en Suspenso
#16272 en Otros
#2589 en Acción

En el texto hay: asesinato, dictadura, disputa familiar

Editado: 20.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.