Veneno

Han pasado dos horas.

No me desespero. En cualquier momento mi hermano subirá.

No tengo idea de lo que pasará. Lo más probable es que quiera matarme. Y estará bien.

Será mi manera de saldar mi deuda con todos aquellos que murieron por mi culpa o que sufrieron por culpa de mi hermano.

Mi vida por la de todos ellos. No es justo.

Por más que lo pienso, sigue pareciéndome injusto, pero mi vida, es todo lo que puedo ofrecer. Es todo lo que tengo.

Tres horas... cuatro...

Tocan a la puerta.

Respiro profundo y me preparo para lo peor.

Debes ser valiente. Sé valiente.

- Adelante.

Es él. Se acerca en silencio.

- ¿Por qué, Inés? ¿Por qué lo haces?

Me retiene la mirada.

- A veces no entiendo tu actitud- dice decepcionado-.¿Cuál es tu juego?

- ¿...? – Lo esperaba enojado. ahora soy yo quien no entiende.

- ¡Ni siquiera bajaste a despedirlos!

- ¿...? ¿Des… pedirlos? ¿Se fueron?

- ¿Acaso eres tonta? Les hablé de ti, que empiezas a actuar normal. Esperaban verte bajar, como solías hacer antes. Me has hecho quedar en ridículo.

Qué infantil era mi hermano a veces.

- Sé que no te caen bien, pero has un esfuerzo por mí. Trabajan para mí, los necesito. Me siento mal cuando alguno de ellos sugiere algo negativo sobre ti.

- Yo... Creí que tenían una reunión... algo formal.

- ¡Bah! – desdeña con un gesto de la mano-. Cuando llegué, la reunión era todo menos formal- se dirige al minibar y mientras habla se sirve un trago-. Habían tomado demasiado. No debiste pedir que les sirvieran trago. No saben cuándo parar.

- Y-ya. Debiste excusarme. No me he sentido bien, lo sabes...

Olvidaron que hoy enterraron a Antón, y se enfocaron en festejar.

“Malditos…”

- ¿Sigues aquí? – me trae mi hermano de vuelta a la realidad.

- Sí... es solo que... necesito estar sola.

Vuelve a mirarme como si me analizara, entonces deja el vaso y se marcha.

¿Qué falló? Tal vez no puse suficiente veneno en las botellas...

- ¡Ah! Dios...- que frustrante- ¿Acaso no puede salirme una sola cosa bien? ¿Una sola?

Tanta rabia e impotencia...

Pienso en la muerte de todos mis amigos.

- No. No puedo simplemente dejarlo- me digo. Y vuelvo a recobrar el ánimo.