Mi hermano el presidente

El principio del fin

He llegado a casa, el patio está repleto de guardias. Al ver el auto se apresuran a abrir el portón. Fuera de esto, ninguno de los agentes de seguridad me hizo el menor de los casos. Un mal presentimiento me recorre el alma.

Me estaciono en la misma entrada, abandono el coche jadeante, desaliñada y salpicada de sangre me introduzco en la casa. 

- ¡Ah!

Ahogo un grito de terror apenas entrar a la sala. El cuerpo de Tita cuelga del candelabro. Las manos atadas a sus espaldas. Ahorcada.

- ¡Tita!

Estoy tan conmocionada que no noto cuando los hombres de negro me rodean.

-¡Pero que han hecho!

Me sujetan, me sacan nuevamente de la casa y me suben de vuelta al coche.

-¡Suéltenme! ¿Dónde está mi hermano? ¡¿Qué creen que están haciendo?!

Aún tengo la pistola en el bolso y dos cargadores extras, pero ellos tienen sus armas en las manos.

Lo que ocurre es obvio. Finalmente, mi hermano ha decidido matarme.

~¤~

Me condujeron hasta el palacio.

Dos guardias abren la puerta, me extraen del auto y me escoltan por los pasillos hasta el ascensor.

Estoy siendo degradada. Supongo que ya no disfruto de privilegios. Así es como sabes que todo está llegando a su fin.  Tus actos, lo que has sembrado, se vuelve contra ti.

Mientras avanzo todos me miran de forma extraña… tal vez por mis fachas. No parecen saber lo que en realidad pasa.

Me introducen en el ascensor. Ellos delante de mí. ¡Ja! Me dan la espalda, ignoran que estoy armada.

No permiten que nadie más suba con nosotros y presionan el botón del último piso.

- Estamos subiendo con el paquete- avisan por la radio, pero en cuanto el ascensor comienza su ascenso, saco mi arma y les disparos dos veces a ambos. Dos balas en la espalda.

- Estos no tienen chaleco.

Detengo el ascensor. Es el tercer piso, así que tomo las escaleras. De nuevo desciendo. Control de seguridad está en el segundo piso, me dirijo hacia allá mientras recargo mi pistola. Dispongo de poco tiempo antes de que empiecen a buscarme.

~¤~

Antes de volver al pasillo, guardo nuevamente mi arma. Pese a mi desaliño y acciones aceleradas, nadie me detiene. Significa que no han dado la voz de alarma, significa... que mi hermano está manejando "nuestro asunto" con discreción.

~¤~

Dos nerds y dos guardias se encargan del manejo de la sala de control. Los cuatros están sentados frente al panel monitoreando las pantallas.

Entro y todos voltean a mirarme. Me habían visto llegar por el pasillo a través de las cámaras.

- ¿Qué hace aquí, señorita Inés? – pregunta uno de los guardias-. Pérez, llévela con el presidente- ordena al de menor rango.

Pérez se levanta dispuesto a cumplir la orden, pero se detiene al verme sostener el arma.

- Señorita Inés...

- ¡Nadie se acerque!- grito amenazante.

- S-señorita… No necesita usar esa pistola. Nadie quiere hacerle daño. Sólo debe ir a hablar con su hermano- aclara uno de los nerds.

- No iremos a ninguna parte- les aseguro.

El de mayor rango aprovecha mi distracción y saca su arma. Le disparo. El de menor rango intenta sacar su arma obligándome también a matarlo. Los dos nerds se rinden en el acto.

- ¡No dispare, señorita! ¡No estamos armados! – suplican.

- Sé que los gorilas de mi hermano ya vienen por mí, así que no me entretengan. Desconecten todo. Las cámaras, las alarmas, las puertas, las rejas... ¡todo!

- No podemos hacer eso- asegura uno

Le disparo dos veces a las piernas y me vuelvo hacia el otro.

- Que hay de ti, ¿crees que puedas?

- ¡Rayos!

-¡Desconecta todo! ¡¡Ahora!!

Obedece.

Veo los guardias acercarse a través de las cámaras.

- ¡Rápido! ¡Rápido! – apresuro al tarado.

- ¡Listo! ¡Todo está desconectado!

- Gracias- disparo todas las balas que quedaban en el cargador al panel de control. Nadie más puede volver a utilizarlo.

Recargo la pistola. Es el último cargador y salgo a toda prisa colocándola en mi bolso.

~¤~

Casi tropiezo con los 8 gorilas. Ocho... todos armas en mano. Las personas corren o despejan el camino al verlos.

Abandono el pasillo a toda prisa y vuelvo a las escaleras.

Subo hasta el quinto piso, pero tan pronto abro la puerta, 4 gorilas me detienen.



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En el texto hay: asesinato, dictadura, disputa familiar

Editado: 20.12.2020

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