Lucy Loud.
Mi mente se encontraba en otro lugar. Un sitio distante, una ubicación la cuál yo no conocía y la verdad es que no me importaba mucho.
Mientras caminaba por los pasillos de la escuela mi hermana Lynn saludaba a muchos de sus compañero.
Varios chicos y chicas le saludaron con mucho ánimo y una sonrisa en sus rostros.
Una sonrisa se dibujo en mis labios a ver eso.
Mi hermana era muy amistosa con todos. Siempre tan alegre, fuerte y animaba.
Devia de admitir que envidiaba esas cualidades de ella.
Si fuera un poco más fuerte, tan solo un poco más parecida ella. Tal vez lucharia por lo que quería.
Pelearia por lo que mi corazón deseaba y no me quedaría como una tonta solo mirando como alguien más me arrebataba lo que era mío.
—Tengo que volver a mi clase.
Mi hermana dijo esas palabras y me miró a los ojos. Era como si preguntaba si estaría bien yo sola por un rato.
—Estare bien yo sola por un rato, no te preocupes.
Lynn entrecerro los ojos y me miró de una manera que me resultó incómoda.
Era como si con esa mirada tratará de ver si había alguna mentira en mis palabras.
No le estaba engañando, si bien me parecía un poco incómodo volver a mi clase y estar sola sin ella, sabía que no podía evitar que volviera a sus actividades.
Sería maravilloso y ella y yo compartieramos la misma clase.
Pero por desgracia ese no era el caso.
—Esta bien, solo trata de no mirarlos, se que es un poco difícil para ti, solo soportarlo.
La mire a los ojos y asentí.
¿Soportarlo?
Yo no quería hacer eso. Ese no era mi deseo. Ahora mismo lo que quería era desaparecer.
Quería evitar por todos los medios pocibles el tener que volver a mi clase.
La clase. Que compartía con mi hermano.