Capítulo 21: S-422051

Sábado 4 de Febrero 2051

Leah

9:00 am

Han pasado 7 días en que lo he visto estar de pie durante 1 hora esperando por mi, ayer estuvo con un pequeño ramo en sus manos. Me sentí un poco mal probandolo.

Pero hoy se cumple una semana así que iré a su encuentro, espero que no se haya rendido.

¿Me debería poner algo bonito?

Raúl.

9:00 am

Hoy termina mi último día y recibiré mi sueldo. Podré comprar un ramo más grande; mi amigo me comentó que ella fue al local y recibió mi carta, ¿será que no quiere saber nada de mi? Eso me ha entristecido, pero no quiero perder la esperanza, tal vez ha estado ocupada.

12:00 pm

¡No puedo creerlo! Vino a mi. Y se veía hermosa, más de lo normal (bueno de lo poco que la he visto). Llevaba una falda negra cortada pegada a su cuerpo con varios bolsillos sobrepuestos, un top negro y sobre ella una camisa transparente con tonalidades azules con rojo amarrada en un nudo adelante. Su pelo estaba suelto pero llevaba decoraciones plateadas en el cabello y varias joyas.

Cuando llegó frente a mí, me dijo un tímido Hola, miraba el piso, nunca la había visto así, en todas nuestras interacciones había sido un poco ruda, siempre colocó un muro. Debo decir que me gustó esta versión de ella, la hace ver tierna.

Después ella dijo algo que me dejó en shock: “Perdón por dejarte esperando tanto tiempo, te veías adorable”. Ella estuvo todo este tiempo probándome. Wow, eso no me lo esperaba, pero supongo que aprobé, porque vino a nuestra “segunda cita” y vino tan hermosa. Aún no puedo creer todo lo que he pasado este mes y recién empieza el año.

Leah

12:00 pm

Ahí estaba, esperando por mi, como todos estos días, solo que esta vez con un ramo de flores mucho más grande… ¿Tendrá una cita? Esperaré un poco más tiempo para ver si llega alguien.

Después de media hora me decidí y me acerqué a él. Su rostro era un poema, cómo podía creer que estaba ahí, me miró por mucho rato mi rostro con los ojos brillantes y luego me miró de arriba a abajo y se sonrojo, se veía adorable.

Me entró el ramo de flores con un dulce “son para ti, espero que te gusten”. Olían extremadamente dulce, hizo el momento más azucarado, una parte de mi se asqueó y la otra se derritió por toda esta situación.

Caminamos por la playa en silencio por un buen rato, pero no era un silencio incómodo, sino todo lo contrario, hasta que me preguntó cómo estaba; me limité a un corto bien y tu. Me contó que luego de su despido comenzó a trabajar en una librería aunque seguía buscando trabajo en su área de estudio. Me contó un par de cosas de su vida, al parecer es bastante hablador; en cambio yo no tenía mucho que contar y tampoco sentía la confianza necesaria.