Mi hombre

Capítulo 58 Mi Rabia

Do estaba exhausto de luchar contra Re. Aunque ganó esta batalla, todavía tenía que regresar a su mundo y explicarle mucho a la casta. Hasta que simplemente se derrumbó de la impotencia en el suelo, que era fresco y relajante. Estaba lleno de ira y dolor por lo que había hecho. Do también sintió un extraño dolor por todo su cuerpo. Este sentimiento lo asustó y pronto dio paso a un dolor agudo y ardiente en su brazo derecho. Do agarró su mano y vio en ella un anillo de fuego que rodeaba su muñeca y quemaba la piel de su brazo. Do gritó de dolor, agarrando su mano en el lugar de la quemadura, se quemó y la palma de la cual tocó el anillo de fuego en su brazo.

- Joseph, explícame. ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo Do que tengo en la mano? - Tenía un dolor insoportable.

Joseph hubiera estado feliz de responder a Do, pero para él y para sí mismo lo que estaba pasando era un misterio no entendía el origen de este fenómeno.

Mi emergió de la espesura del bosque, miró al dolido Do y sonrió con desdén. Vio todo lo que pasó. Chow Do mató a Re y lo enterró en las profundidades de la tierra.

- Mi, ¿qué haces aquí? - Do esperaba que Mi no viera cómo mató a Re. Porque contaba con su apoyo.

- Lo vi todo, no trates de justificarte o mentir sobre algo. Mataste a uno de nosotros, ahora estás marcado con la marca del asesino. Le contaré todo al elenco. No tendrás piedad. - Nunca habías visto a Mi tan agresiva. Siempre pensó que era neutral y que nada lo pasaba por alto. El dolor en la mano disminuyó gradualmente, pero donde estaba. Había una marca de fuego ahora en el brazo era una cicatriz roja. Siempre estará con Do, ya que se imprimió no solo en su cuerpo, sino también en su código genético. Ninguna reencarnación borrará jamás esta cicatriz de su mano.

- No entendiste Mi. Yo…- Do vio la mirada en el rostro de Mi preparándose para la batalla.

- Callarse la boca. Lo sé todo. Siempre quisiste el poder y no te gustó estar sujeto a una casta. Lo he visto todo durante años. Pero has cruzado todos los límites. Te mataré. - Mi comenzó a gritar por su grito, el agua en el aire comenzó a acumularse en enormes gotas que comenzaron a dar vueltas sobre la cabeza de Do. El aire se secó.

- Stop Mi no necesitamos enemistad, podemos unirnos. - Do trató de ganar tiempo, sabiendo que pronto no podría usar su poder.

Mi siguió gritando y pronto las gotas se durmieron para convertirse en enormes cuchillas afiladas. Mi puso todo su dolor por perder a Re en el ataque.

Do solo tuvo tiempo de levantar una barrera de tierra, ya que no habría tenido tiempo de esquivar el golpe. Do docenas de cuchillas de hielo afiladas perforaron la barrera de tierra creada por Do. Quien atravesó la barrera e hirió a Do. La hoja más afilada entró directamente en el ojo izquierdo de Do, robándole la visión en su ojo izquierdo.

La barrera de tierra se derrumbó cuando Do ya no pudo controlarla con su voz. Quien ahora temblaba por el dolor en su ojo herido. Mi quitó las cuchillas de agua. Dejando escapar un pequeño grito.

- Quieres poder Do. Solamente tú eres débil para ella, ni siquiera puedes decir nada. No puedo matarte. No eres un oponente digno. - Mi en realidad deseaba morir, pero no podía luchar contra un enemigo desarmado. Empezó a alejarse sin mirar atrás.

- No soy débil. ¡Lucha! - Do la orden al perro Do. El ojo le sangraba por el suelo de la cara.

Mi no entendió las palabras de Do, pero al darse la vuelta, sintió un fuerte golpe en el pecho, pero no pudo entender de quién provenía. El perro comenzó a rasgarse las manos y morder donde golpeaba. Mi sintió que sus dientes se clavaban en su carne. Este terrible dolor le era familiar por alguna razón. Ella evocó tanto alegría como dolor en él. No resistió a la bestia.

Habiendo captado el momento, Do comenzó a gritar, emitiendo una onda de sonido, la tierra volvió a temblar, enormes grietas la atravesaron. Dado que Do realmente no podía controlar la onda de sonido debido al dolor, esperaba que Mi cayera en una de las grietas.

Mi no esperaba de hasta que una nueva manifestación de sus poderes fue tomado por sorpresa y cayó en una grieta. Do detuvo la onda de sonido y cerró todas las grietas con la esperanza de que Mi hubiera golpeado una de ellas.

Kira sangraba, su hijo sostenía su herida en su estómago, pero el sangrado no se detenía. Todo alrededor estaba en humo y en llamas. Apenas podían ver lo que estaba sucediendo en la distancia.

- Quién no ayudará. - El hijo de Kira comenzó a gritar en un intento de ayudar a su madre. Lina era la más cercana a ellos. Se puso en cuclillas mirando alrededor y corrió hacia Kira con su hijo.

- Maldición. - Al ver la completa dijo Lina entendió que Kira no era una inquilina con tales heridas. Se quitó la camiseta, dejándose solo el sostén y aplicó la tela a la herida, ayudando a tensar la herida de Kira. Mike, hijo de Kira, se sonrojó y se alejó de Lina sin decir una palabra.

- ¿Qué estás haciendo? Mira la herida. Nunca has visto senos. No te distraigas. - Lina estaba muy enfadada con el chico.

- Lo siento, pero todavía no he visto los pechos en esto y me di la vuelta para no avergonzarte. Mike dijo sonrojado.

- Al diablo con sus pechos. Ahora debes encontrar a Nick con urgencia. Me quedaré con Kira. Ve... - Lina no le dijo a Mike que Kira ya no podía ser ayudada, pero esperaba que él no viera cómo se estaba muriendo.




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