Mi Imbécil Favorito

16

ASEOS, FIESTAS Y SECRETOS

~NICK~

—¿Qué haces aquí? —abro la puerta y ahí estaba Will, estropeando el momento. resoplo y dejo que pase.

—Mear, ¿para qué crees que está el aseo? —se ríe.— ¿Y tú, qué haces aquí?

—Yo... pues... nada. Lo mismo que tú —¡Mierda! Ha sonado a una mentira como un camión de grande.

Los dos nos acercamos a los urinarios e hicimos nuestras necesidades uno al lado del otro.

—¿Has visto como está Nora hoy? ¡Dios!

Un sentimiento extraño me recorrió de pies a cabeza al escuchar tales palabras salir de su boca. Lo normal hubiera sido que yo las dijera y él me mirase mal, pero esta vez habíamos intercambiado los papeles.

—Si —respondo a regaña dientes.

—Creo que voy a decirle a Nora de quedar luego —¿Quedar, Nora y Will? ¡¿Solos?, NO!

Abroché el cierre de mi pantalón, lavé mis manos y salimos de aquel baño, donde tantas cosas habían pasado en no más de 15 minutos.

—¡Justo a tiempo chicos! —nos dijo la madre de Nora, tan alegre y risueña como su hija.— ¿Qué queréis de postre?

—Yo tarta de fresa con chocolate —dice mi hermano.

—Yo una tarta de limón, gracias. —el camarero apuntó los pedidos y se marchó.

—¡Qué coincidencia, a Nora también le encanta esa tarta!

—Ya lo creo —asiente la hija. Le dedico una amplia sonrisa y paso a sentarme a su lado de nuevo— ¿Me copias en algo más? —estaba por responderle, pero toda la mesa empezó a reír ante el sarcasmo de la linda chica de ojos verdes que se sentaba junto a mí. Por supuesto, yo también reí.

—Nora —la llama Will obteniendo la atención de todos—, luego vamos a ir a tomar algo, ¿vienes?

Ella miró a sus padres, que asintieron dándole permiso.

—Llevar cuidado y traerlas pronto a casa —señala refiriendose a su hija y  sobrina—. Y ya sabes, nada de drogas o alcohol —dijo tajante mirando a su hija—. Y vosotros dos las manos quietas —Will y yo soltamos una risa nerviosa después de que dijera eso y le respondidos con un "si, señor". Las chicas reían por lo que acababa de decir el Sr. Smith, pero yo no podías. Si supiera lo que ha pasado en el aseo me quedo sin día del padre... 

—Ya Eduard, deja a los jóvenes —le regaña su mujer, él le dedica una sonrisa de lo más tierna y pasan a despedirnos .

Nos levantamos de nuestros sitios. Nora se acerca a sus padres, les da un beso en la mejilla a cada uno y sale después de que Dana hiciera lo mismo con sus tíos y Paris con nuestros padres. Nick y yo nos acercamos a los nuestros y mientras el se despedía de nuestra madre yo me acerqué a nuestro padre.

—Llevad cuidado, no quiero sorpresas —ruedo los ojos y asiento para que no me de mucho la chapa.

Me acerque a mi madre y le di un beso en la mejilla.

—Con cuidado, eh. Te quiero cariño.

—Y yo mamá —me despedí de todos con un "adiós" y me fui de allí.

 

~NORA~

Estábamos en el coche de Paris de camino a una fiesta, Paris obviamente iba conduciendo, de copiloto iba mi  prima Dana, quien mantenía una animada charla con mi amiga. Detrás íbamos Will, Nick y yo que me había tocado medio de ellos dos porque era más "pequeñita" habían dicho ambos.

—¡Joder! —exclama mirando su móvil algo alterado Will. Creo que ha empezado a sudar tras leer un mensaje de su móvil. Se está agobiando.

—¿Pasa algo? —susurro a su lado. Hace caso omiso a mis palabras y teclea algo rápido en su teléfono.

—Para —Paris mira por el espejo retrovisor hacia su hermano un tanto extrañada—. Paris, para ya —vuelve a insistir Will. Paris no dice nada y para. Will se apresura a bajarse y antes de que pueda desaparecer por las oscuras calles de Nueva York Paris le habla.

—Si necesitas que te recoja llámame. 

—Me llevarán, tranquila —ha vuelto el verdadero William. El cariñoso y tierno, pero casi al instante deja su cara de tranquilidad y vuelve a verse reflejado en sus ojos esa preocupación que ha mostrado antes. Mi amiga vuelve a poner el coche en marcha y volvemos al camino hacia el local que transitan mis amigos fuera del internado.

—¡Llegamos! —exclama Nick saliendo del coche.

Nick se acercó a mí para pasar su brazo sobre mis hombros. Mientras las demás entran y se perdían entre la multitud de mesas del local, yo me perdía en los susurros que Nick deposita en mi oído — Princesa, ¿debería preocuparme que no me hayas dicho nada después de nuestro beso?

—Solo te he utilizado, lo siento —bromeo. Me dedica una sonrisa y quita su brazo de mis hombros para posteriormente darme la mano y dirigirnos a la mesa donde Paris y Dana nos esperan.

—¿Qué quieren tomar? —el camarero acaba de llegar a nuestra mesa. Es bastante guapo, pelo perfectamente peinado de color negro y unos ojos oscuros casi negros que te pueden atrapar con facilidad.



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En el texto hay: adolescentes, amor, apuestas

Editado: 24.07.2021

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