La esposa. Gaia desaparece. La realidad de todo.
Era más extraño de lo que parece. La sala Hades guardaba muchos secretos, pero no pensé que fuera ello.
Gaia estaba soñando, y yo podía compartir su sueño aquel sábado de madrugada.
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- Tiene una cara que se olvida en un par de días
- Deja de decir eso
- Es porque es divertido atormentarte. ¿Pero de hecho te gusta que te atormente no?
- Deja de decir ridiculeces
- ¿Prefieres que nunca más juguemos? ¡Ja! ¡Ja! Eres gracioso – Esa expresión introvertida me gusta ¿sabes?
- Que bello cumplido
- Gracias, seguro lo olvidaré en unos días, Pero – Y pasó su mano en mi mejilla – Nunca olvidaré éste tiempo que pasamos juntos. Ella se había bebido una copa completa de una bebida con alcohol, pero era para decir las cosas de manera decidida.
Y le dí un beso. -
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- Siento que esta plática es poco sería
- Entonces no sería una plática – Respondí. -
- Siento que no parezco alguien normal, pero por una vez quiero hacer algo contigo para siempre -
……….Pronto me iré….tenlo presente…pero tú no lo comprenderás…olvídate de mí…y de todos estos momentos………..
Al despertar ella descansando. Había dormido solo dos horas, y volví a recostarme.
Lo usual hubiera sido seguir descansando, pero francamente no podía. Tenía dentro de mí como un pálpito que retumbaba en todo mi cuerpo. Como si pudiera predecir que algo sucedería. Me aferré a la idea de que solo era alguna emoción pasajera. Esas que vienen como noticias a querer producir algún tremor. Y luego me venía la figura de Gaia ¿Qué haremos?
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- ¡¡Ohhh!! …..- Un bostezo de Gaia se inicia repentinamente – veo que estas despierto Danna.
- Si, no puedo dormir.
- ¿Has estudiado? – Preguntó tajantemente. Su ánimo era bajo y hostil.
- Si ¿Noto que te has puesto un tanto celosa?
- Para nada – expresa con orgullo.
- Bueno tampoco deberías hacerlo.
- ¡Bien!. Uff… - Suspira – Supongo que no tengo derecho a reclamar nada.
Ya hemos conversado sobre nuestra situación. Pero bien, espero la hayan pasado satisfactoriamente. – Colocó un rostro poco amigable en cuanto iba al baño a darse una ducha.
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- ¡Si te preocupa! Puedes quedarte más que tranquila. No hice nada que pudiese ser comprometedor. A parte de que no tenía deseos de ir.
¿Gaia?
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- ¡Dime! – Ella estaba en el baño. -
- ¿No te gustaría que fuéramos al cine hoy?
- ¿Ir al cine? No estaría mal. Hoy es tu día libre y yo a ver…Déjame pensar..
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- ¡Nunca hacemos nada juntos! Nos casamos. Si entiendo que es todo un arreglo. Pero parte de ello era tener citas. No hemos hecho nada en estos meses. Incluso creí que solo había pasado apenas dos meses y llevamos más.
- Hemos hecho muchas cosas Danna.
- ¿Hemos? Deja de decir tonterías.
Gaia se mantuvo firme en silencio unos segundos. Luego se observó en el espejo
¿Y se dijo por qué?
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- ¡Éste tonto! ¡Tonto Júpiter! Si solo pudiera ¡¡No!! ¡¡No Gaia!!
- Bueno. De todas maneras es como habías dicho es todo un arreglo. Creo que podríamos darnos tiempos libres. Para no estar presos.
- Puedes hacer lo que quieras. Invita a tu compañera si te parece bien – Dijo Gaia remordiéndose los dientes como si detestará las palabras que ha dicho.
- No lo sé. Pero mis sentimientos son claros.
- ¿Tus sentimientos? – Se dijo Gaia – Como quisiera que fuese diferente todo – Júpiter creo que tienes razón. Haz lo que consideres acorde.
- No me parece que este bien.
- Hace un momento dijiste que no lo sabías. Que debíamos tomarnos un tiempo.
- No es eso.
- ¿Y entonces? Ya ponte de acuerdo.
Inmediatamente me enfadé retorciéndome y fui al baño y por acto reflejo le dije desde el otro lado. -
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- ¡¡¡LO QUE QUIERO DECIR ES QUE TE AM……..
El móvil sonó. Un respiro de ella, que se sintió aliviada. Fui por el móvil que estaba haciendo un batifondo terrible, y mi confesión se guardaba por ahí a
la espera. Fui a responder de muy mala manera. Al arrojar el móvil contra el suelo por una tontería, fui al baño nuevamente y sin darme cuenta ante los nervios abrí la puerta.
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- Lo que quería decirte Gaia es que TE AM….. – Y sin darme cuenta la vi allí en su plenitud con su cuerpo despojado de prendas. Había cometido el error por descuido.
Allí una Gaia sorprendida totalmente desnuda se me quedó mirando fijamente. Su rostro rojo como su cabello extenso aflorando como si hubiera viento dentro de un baño vacio. No me había proclamado a ella, por esa interrupción, pero ella sabía bien lo que vendría. Podía ver su figura detallada y como ese cabello salvaje tomaba vida en cada punto, y en diferentes direcciones. Estaba anonadado de tal belleza. Su piel blanca, su pecho robusto, sus pezones en alto y todo ese camino hasta llegar a su sexo. Ella rápidamente se tapó como podía.
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- Ehh..eh…eh – no tenía palabras ella.
- Lo..lo..lo siento.- cerré la puerta. Me había puesto rojo como ella de la vergüenza ajena. – Perdona será mejor que vaya a la cocina a preparar el desayuno.
- Si está bien – Dijo con una voz titubeando - ¿Qué fue eso? Nunca nadie me había visto desnuda ¡¡Por dios!! – Se dijo así misma. – ¡¡¡¡Lárgatele de aquí!!!!! - Se sonrojó aún más delo debido. Su vergüenza no llegaba a ser cubierta por sus pequeñas manos. Volvió a titubear entre enfadarse por el hecho y mis palabras. La confusión generó un choque de planetas como cuando se estrellan de repente y muchas partículas luminosas escapan. Y luego el silencio rotundo al esparcirse y la oscuridad de no existir más que un rancio y plutónico ambiente. Ella me explayó sin poder tal vez cavilar en la sorpresa - Lo siento Júpiter. No puedo corresponderte. En definitiva soy una cobarde. Si supieras que desde el día que te vi guardo sentimientos por ti, pero no puedo. ¡¡No!!, no puedo