Mi insólito matrimonio

La esposa. En busca de Gaia. ¿Quién es ella?

Al final no sabremos quién eres, pero iremos. Iré por ti, sea al mundo, tiempo, o el espacio, o el universo.

 

 

La pista más reciente, y merecedora era esa. La sala Hades, tenía un vínculo especial que no podía explicarse.

Fuimos por ella. Gregory, y Josefina me seguían los pasos. Los tres nos adentramos en la Sala Hades, de frente a nosotros algo muy extraño nos esperaba. Era una figura humanoide que al acercarse fue armándose en carne y hueso. Su cabello color matiz marrón, y su rostro de nuestra edad. Con una altura de un metro setenta. Su nombre era Tristán Neso Cerbero. Un perro del infierno, en armadura de hombre. Nos iba a llevar hacia donde Gaia, y Luna se encontraban. Era increíble, pero no podíamos saber lo que ocurría. Un reino rival, solo eso me mencionó, y Josefina que lo conocía muy bien. Y el gato llamado Mikonos, que podía hablar era parte de toda esta fiesta de locos, y extraños seres.

Fuimos por el camino al final donde Júpiter y su mujer nos vigilaban, al ingresar por el corredor, Josefina se aferró en un descuido a Tristán por el susto al ver las caras de cerámica colgadas en las paredes como siniestra mordacidad hacia nuestras personas. Al ingresar en la pequeña sala. Estaba allí esperándonos.

 

 

    • A la princesa y su súbdita, no podrán encontrarla. Me resta llevarlos con ella
    • ¿Princesa y súbdita? - Expresó Josefina aún con enojo con Tristán.

 

    • Gaia viene de una familia real. Ella está en una isla, ¿Cómo puede llevarnos al sitio en el cual se encuentra?
    • En efecto esa isla no es posible encontrarla en el mapa – Confeso Gregory.
    • Si, de hecho hemos analizado todo. Absolutamente todo.
    • La isla no la encontraran. Esa isla se encuentra escondida. Entre muchas otras. Ustedes no podrían llegar.
    • ¿Hy Brasil, San Boronbon? – Apresuré respuesta. –
    • ¿Cómo?
    • Hay leyendas de islas que aparecen y desaparecen. Son leyendas – Expresa Gregory. Asentí a sus palabras
    • ¡Cada vez todo es más confuso!
    • ¡Tú nos convocaste aquí! Al final de cuentas, tú, Tristán querías esto. – Dinos como ir. –
    • En efecto. Te he estado vigilando Júpiter Anónimo Ruppert. Tuve mis intenciones para contigo, creyendo que eras una persona perjudicial para ella, pero la princesa no lo quiso así. Como un caballero debo procurar por los objetos que han venido extraviados, o mejor dicho hurtados sin el permiso.
    • ¿Por qué nosotros?
    • Ustedes ya saben todo, y tienen cierto poder para manipular y romper el esquema del tiempo, es por eso que recuerdan todas las situaciones. Nadie logra recordar nada y siguen sus vidas. Si es así, entonces pueden saber todo lo que ocurre. Gaia se casó contigo. Es tu esposa, por lo tanto debes reclamar su unión, y ustedes dos saben todo. Tu Gregory, tienes algo de Luna que debes devolver, y tú, lo siento por todo Josefina, o mejor dicho Náyade, deber ir y ya sabrás el porqué
    • Nadie me ha llamado por ese nombre – Dijo Josefina – Solo lo escuché una sola vez –

 

    • Lo siento - Asintió Tristán –
    • ¿Así que tengo algo de Luna? No importa de todas maneras iba a ir por ella. Te traeré de nuevo Luna. –
    • Te salvaré Gaia. Yo Júpiter Anónimo Ruppert.
    • Pueden optar quedarse, si es así. Nadie los obligará a ir, y si están decididos, síganme, por aquí, e iremos a la puerta.
    • ¿Puedo hablarte algo? Dijo Josefina. – Tanto Tristán como ella se apartaron un segundo.
    • ¿Por qué Neso?
    • ¡Lo siento! Es muy peligrosa mi vida, y tú perteneces a otro lugar, y no me refiero a éste sitio.
    • No lo sientas, y no me importa a donde pertenezco, solo dime ¿Si todo lo que viviste conmigo te hizo realmente feliz?

El miró el techo como cuando observó la luna.

 

    • ¡Nunca fui tan feliz! – Y sonrió como aquella vez en su sombría forma.

 

Ella se emociono al oírlo.

 

    • ¡¡Eres un estúpido!! ¿Sabes? - Mientras se secó alguna lágrima.
    • Lo sé. -
    • ¡No me importa! ¡¡¿Entiendes?!! Nada me va separar de ti. Yo soy la pieza que te falta, como tú para mí. No lo olvides. Nunca lo olvides Tristán Neso Cerbero.

Tristán suspiró y fue hacia la puerta. Y ella se fue acercando a él.

 

    • Esta vez mi mano te alcanzará y tomó su capa, haciendo que éste se detuviera. Él se dio la vuelta, y poco a poco fue quitando dedo por dedo. Ella no le quitaba la mirada sonrojada de esperanza. Y él volvió a sonreír, y continuó.

 

Al legar recitó unas palabras. Y luego Me habló. -

 

    • Tu Júpiter conoces muy bien la puerta. – Dijo Tristán. – Lo has tenido aquí para ti, si hubiera optado por usarlo, tendría que matarte. – Expresó. Al oírlo, mi mente se llenó de un cierto escalofrió. Su tez pálida como espectro asustaba, como su cabello blanco, y su rostro lleno de manchas oscuras. -

La efigie se fue abriendo, como si su rostro se dividiera en dos, con una luz mágica que intentaba absolver todo alrededor.

    • Es hora de irnos – Mire a Gregory y Josefina.
    • Perdón por todo esto – Les dije tanto a Gregory como Josefina. -
    • No debes disculparte de nada. No voy abandonar a Luna, y tampoco te voy a dejar solo viejo. Estamos en esto, y debo ir por Ella. Sera una gran historia – Confesó Gregory. –
    • Y que podría decirte Ruppert, ya sé todo el asunto y lo observó a Tristán. Y para sincerarme, no sé quien es Náyade, solo me han llamado así cuando nací. ¡¡Vamos de una vez a saber ¿Quién soy? Y vamos por ese hombre que se fue un día de mi vida, y lo observa a Tristán, Vamos por Luna, y por tu esposa!! - Expresó Josefina.
    • ¡¡Vamos entonces!! - Dije. - Los tres asentimos. –




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.