La esposa y la búsqueda. La salida del bosque, la ciudad de Tsukue. Intento de escape de Gaia. Mikonos y Gregory son parte de una tribu. Rhin y el encuentro con Júpiter. -
Hasta el momento solo estamos
recorriendo, nuevas aventuras y nuevos personajes.
- Seren estaba con una rama jugando en medio de un lago. Me
preguntaba si esta niña, tenía el mismo problema que Libia. Ambas perdidas en medio de estos lugares. Seren a diferencia de Libia, poseía un aspecto sucio, e incluso en su vestimenta. Me dio un poco de pena, al verla en ese estado. Libia se comportaba un poco mejor. No poseía ese aspecto salvaje.
Libia jugaba en la altura de un tronco, y yo decidí sentarme. Tomé mi lanza para verla. Era el arma que me había dado Mikonos. Era bastante interesante, parecía de acero, pero no era tal. Es muy liviana en su maleabilidad, inmediatamente no sé lo que toqué en ella, que una luz comenzó a reflejarla haciendo que la suelte de inmediato por el miedo.
- ¿Qué ocurre? ¡Maldito Cucho!.Esa suspicacia me irrita las
venas. ¡Ese gato quisquilloso me las va a pagar! – Podía ver su mirada, antes de separarnos y en casa momento bregando con seres extraordinarios que detestaba. –
- Esa arma es ideal para ti.
- ¡Claro! Como si supiera manejarla.
La luz se propagó por todo mi alrededor y parecía querer consumirme, antes que pudiese escapar se fue mimetizando en mi
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cuerpo cegándome y extinguiéndose en mi cuerpo. Libia saltó del árbol y fue en dirección a mí, y junto a ella se acercaba Seren. Me arrodillé al suelo un tanto aturdido con una jaqueca que me molestaba con punzadas en mi cerebro. Me mantuve en el suelo unos momentos y cerré los ojos. En mi mente se generó una serie de colores como si estuviera ingresando a esos aparatos de realidad virtual, viajando por un ente dimensional.
- ¡Dios! ¡¡Cuchooo!! ¡¡Tu!! ¡¡Y tus armas!!
- Eso te pasa por tocar, algo sin sabes – Sentía la voz del gato.
- ¡¡Danna!!, te lo dije. Es tu culpa.
- Gaia, ¿Tu también?
Sus imágenes se iban escuchando en mi mente como formando una broma entre ellos. Era un sueño no tan profundo. -
- No, ya te dije que no quiero salir contigo, no podemos ser
pareja - La voz de Josefina
- ¡Oye!, ¿Tu qué rayos haces aquí en mi sueño? Y no me
interesas en lo más mínimo, estoy enamorado de Gaia. Lárgate
de aquí
- ¿Otra vez esa mujer? – Dijo Gaia.
- No, amor no es lo que piensas.
- Yo me retiró – Dijo silbando despacito Josefina.
- Lo importante es encontrar la respuesta – Comenta Tristán
- ¿Y tú?...¡¡Ahh!!..Gracias por tu respuesta ambigua, me ha
quedado una claridad en mi cerebro. Siento como mis neuronas
se activan, unas con las otras – Comenté con sarcasmo.
- ¡¡Danna!! No interrumpas – Expresa enojada Gaia.
- ¡Ey!..tu mujer te está hablando – Se ríe Mikonos. –
- ¡Cállate! Gato mugroso..¿Qué me hiciste?
- Júpiter…dejar de hacer idioteces… -Gregory, se encuentra en un
pupitre escribiendo.
- Gregory..tu eres el único cuerdo aquí..¿Qué hago?
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- ¿Cuerdo?.. ¡Ja!..¡Ja! –y arroja un sinfín de papeles.
- ¡Grr!..ven aquí tu escritor…no te olvides de mí…. – Expresa
Luna. -
- Ya voy.. y tú también Júpiter debes ir..
Todos estaban en fila e iban desapareciendo en sus imágenes. Solo estaba Gaia frente a mí, mirándome y reflejándose en los ojos de mi razón y corazón. -
- ¡Gaia!, ¿realmente eres tú? Ya no me regañes
Ella lanzó una de sus risitas.
- No lo haré tontín..debes quedarte en tu mundo. Solo soy tu
mente que invoca lo que amas.
- No lo haré. Vine por ti, y solo me iré contigo.
Ella se acercó
- ¡Todo estará bien Danna! – Acarició mi mejilla con su mano y
fue acercándose para darme un beso. – Por favor regresa, no tengo solución – Expresó triste
- ¡¡Me rehúso!! – Objeté de mala gana y la abracé. – Somos un
equipo, ¿Lo recuerdas?
Ella colocó un semblante triste y de emoción a pesar de solo ser una imagen. Hasta los recuerdos suelen tener sentimientos, y no nos damos cuenta de ella. Sus labios se juntaron con los míos y su figura se fue desmantelando.
Al abrir los ojos sentía corrosión en mis labios, y estaba abrazando un tronco. Al verlo lo solté de inmediato lanzándolo a un costado de mi brazo derecho. Libia y Seren me miraban con signos de interrogación en su cabeza.
- ¿Júpiter, está bien? – Pregunta Libia – Libia preocupada. -
Seren se colocó a mi lado.
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- Tranquilas. Estoy bien.
De inmediato, se formó en mi mente visual una pantalla. Al ver a ambas niñas. Se armó en mi frente de aquel difusor, una serie de ítems. Podía ver como un cuadro de todas las características de aquellas. Era muy extraño. Con mi mano izquierda me tomé la cabeza, por la jaqueca que estaba concluyendo.
- ¿Esto?..¡¡Mikonos!!
- Ya te dije, que te servirá. ¡¡Eres un idiota Júpiter!!
- ¿Todavía estas aquí gato mugriento?
- ¡Es cierto! ¡Perdón!, ¡Soy solo parte de tu mente!...¡¡Adiós!! -
Se esfumó
Las niñas me miraban sin entender. Y seguía avistando lo cuadros. Al parpadear, aquellos desaparecieron.
- ¿Se borró? – Me pregunté. Levanté el dedo índice de mi mano
izquierda y volvió aparecer. Parpadee y desapareció. Era como un juego de esos de plataforma. Pero no entendía que estaba pasando. Respiré hondo y Libia me expresó que debíamos ir por tal lugar. Seren no se me despegaba. Ella es mucho más pequeña que Libia. Podría entender un cierto miedo.
- Niñas, sigamos, mejor.
Libia estaba aferrada a mí como con un miedo.
- ¿Y a ti que te ocurre?
Hizo un ademan negativo. Como no soy una persona que sepa bien de los niños supuse que estaba cansada.