Mi Luna es Mayor & Difícil

Prólogo: Bajo la Luna y el Humo

68747470733a2f2f73332e616d617a6f6e6177732e636f6d2f776174747061642d6d656469612d736572766963652f53746f7279496d6167652f594479616651756f5744445675773d3d2d313534323237383632372e313834343135383633646130653837363331393330393331303035332e706e67

Estaban todos allí.
Los cuatro amigos.

En las montañas Superstición de Arizona, el mundo parecía detenerse.

Desde su rincón en la montaña, el horizonte se abría como un suspiro eterno. El atardecer los envolvía con sus colores cálidos, desplegándose sobre un cielo despejado.

Y la luna…
Ya estaba allí, redonda y brillante, como si los estuviera observando.

—No me gusta cómo me siento —murmuró Kai, sentado muy recto, mirando fijamente una roca frente a él—. Creo que no debí haber hecho esto.

Sus amigos, tan perdidos como él —o quizá más—, estallaron en carcajadas.

El humo del cannabis flotaba aún entre ellos, denso y perfumado, como si formara parte del paisaje.

Todo les daba vueltas.
Todo parecía tener sentido... o ninguno.

—Relájate, Kai... Acuéstate y mira el cielo —le dijo Elan, completamente hipnotizado por cómo el firmamento giraba sobre él.

Kai obedeció. Se recostó.
Cerró los ojos. Inhaló profundo.
Y al abrirlos, fue como flotar entre estrellas.

—No puedo esperar a encontrarla —dijo Johnny, con la voz entrecortada por la emoción o el vértigo. Sentía que su cuerpo ya no pesaba.

—¿Saben cómo se sabe… que la encontraste? —preguntó Adrián, el único que seguía sentado, fumando con una lentitud casi ritual.

Parecía mirar a sus amigos, pero en realidad miraba hacia la nada.

—¿Cómo? —preguntó Elan, con una sonrisa perpetua, como tatuada en el rostro.

—Cuando la encuentras... primero te da diarrea —dijo Adrián con una solemnidad absurda, y luego aspiró de nuevo su porro.

Los otros estallaron en risas una vez más.

—Yo escuché que huelen a canela —añadió Kai, olfateando el aire como si pudiera confirmarlo ahí mismo.

—Si huele a canela... me caso ese mismo día —dijo Johnny con total convicción.

Las risas volvieron.

Se elevaron como humo, se mezclaron con el viento y, poco a poco, se perdieron en el silencio dorado del desierto.

—Yo creo que mi mate es Verónica —dijo Elan, rompiendo el silencio con voz soñadora.

—¿La de Instagram? —preguntó Johnny con una mueca de asco.

—Se cree que porque le da likes, ya es su mate —bufó Adrián, divertido.

Otra ola de risas se elevó, rodando entre ellos como una corriente eléctrica.

—Yo creo que seré alérgico a la mía —dijo Kai, con tono dramático, como si estuviera a punto de llorar.

—¿Por qué? —susurró Elan, contagiado por el tono solemne.

Kai inhaló hondo. Y soltando el aire, respondió con gravedad:

—Porque cada vez que huelo a las chicas... estornudo.

Ahí sí que las risas estallaron de verdad.
Les dolía el estómago.
Tenían los cachetes entumecidos.
Se les salían las lágrimas.
Y alguno juraría que... hasta un poco de pis se les escapó.

—Ohhh... tenemos que hacer esto de nuevo —dijo Adrián aún entre risas, abrazándose la panza.

El viento sopló.
Suave.
Fresco.
Los jóvenes seguían allí.
Serenos.

Adrián también se había recostado, como los otros.
Todos observaban el cielo nocturno.
El sol se había ocultado por completo.

Johnny inhaló.
El aire de la noche llenó sus pulmones.

—Yo solo quiero que, cuando la encuentre —murmuró Johnny, con voz soñadora y la mirada perdida en el cosmos—, ella me quiera. Porque, aun sin conocerla... yo ya sueño con ella.

Todos sonrieron.
Compartían el mismo anhelo.
Esa esperanza.
Esa fe silenciosa que se tiene a los diecisiete.

—Pero si tenemos aquí al poeta de los lobos —se burló Elan, soltando una carcajada.

Johnny rodó los ojos, sin salir de su mundo.

—Yo creo que la Luna, en vez de un alfa... parió a un poeta —bromeó Adrián.

—Ya no seremos la manada Colmillo de Fuego… ahora nos llamaremos Colmillo Entre Versos —remató Kai.

Y entonces nadie pudo aguantarse más.

Con lo último que les quedaba esa noche, la despidieron entre carcajadas que dolían.

De esas carcajadas que nunca se olvidan.
De esas carcajadas que duran toda una vida.

___________________________

✨ Antes de leer ✨

Bienvenid@ a Mi luna es Mayor y Difícil, una comedia romántica ligera con colmillos, pasteles, divorcios y lobos adolescentes con crisis existenciales.

📅 Historia terminada.
Estaré subiendo capítulos nuevos todos los días, para que no te falten drama, risas ni aroma a canela en tu rutina.

💌 Apoya esta historia
Soy una autora independiente que escribe con café en vena, sarcasmo en vena... y mucho corazón.

Si esta historia te hace reír, suspirar o sentirte menos sola en el caos de la vida:
comenta, vota y compártela.

Menciónala en TikTok, Instagram, WhatsApp o en la panadería del barrio (de preferencia sin palomas vigilantes).
Tu apoyo me ayuda a seguir escribiendo y soñando.

Gracias por estar aquí. 🫶
— J. Almodóvar

⚠️ Advertencias:
Esta historia contiene lenguaje fuerte, sarcasmo intenso, pasteles robados por gatos, divorcios tristes, redención emocional y hombres lobo hormonales.

No es erótica, pero sí tiene momentos íntimos con mucho amor y cero vulgaridad.
+18 recomendado por temas emocionales (y porque Catherine se merece su libertad sin censura).

📝 Esta historia es un primer borrador.
Tiene errores, sí.
Pero no pienso editarla por ahora, así que… esto es lo que hay.
Lean bajo su propio riesgo y con una taza de café (o paciencia).
Gracias por no lanzarme la chancla. 😌




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.